Este artículo es parte de la edición de mayo, 2012

25.000 gallinas camperas … y aún son pocas

José A. Castelló

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En nuestro afán por conocer “in situ” todo lo referente a la avicultura, pero muy especialmente la que se aparte de lo tradicional, entendiendo por ello a lo peyorativamente llamado “industrial” –broilers o gallinas en batería -, hace un tiempo tuvimos ocasión de hacer una visita a una granja cuyos aspectos más relevantes consideramos interesante explicar a nuestros lectores.

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Exterior de una de las nuevas naves, con Jesús Ciria padre e hijo y el encargado en el centro.

“La Cañada Soriana” cuenta con dos explotaciones, con dos naves de producción en cada una, estando situadas en el término municipal de Aldealafuente, población cercana a Soria, en un terreno llano a unos 1.000 m de altitud y desde la cual, por el este, se tiene una bonita vista del monte Moncayo.

Hacemos la visita acompañados del propietario y gerente de las explotaciones, Jesús Ciria García de la Torre, Ingeniero Técnico Agrícola y de su padre Jesús Ciria Ciria, Dr. Ingeniero Agrónomo y Catedrático de Producción Animal, recientemente jubilado de su puesto como profesor de la Escuela Universitaria de Soria.

Vale la pena decir aquí que la primera granja inició su actividad hace unos 10 años, con la idea de ser dedicada a la producción de pollos camperos. Esto se llevó a cabo entonces en una de las dos parcelas de que consta la granja, habiendo montado con tal fin un pequeño matadero en la misma finca con el fin de sacrificar en el mismo los pollos que producía.

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Un cambio de actividad

En 2005, y a raíz de las Jornadas Profesionales de la Real Escuela de Avicultura, celebradas en Toledo, se toma la decisión de hacer un cambio radical, dedicándose desde entonces la granja a la producción de huevos camperos es decir, “código 1”, producidos por gallinas con acceso a parque. Actualmente, aunque el padre ya está jubilado, su afición a la avicultura le incita a ir a la granja frecuentemente, tanto para distraerse como para asesorar a su hijo, que es quien lleva el negocio.

A partir de aquellos momentos, en que ya se tenía en marcha una nave con gallinas camperas y otra con pollos, tras la crisis de la gripe aviar lo que se hizo fue, aparte del cierre del matadero, transformar la nave en la que estos se criaban en una nave de puesta. Y, como es obvio, ya se disponía frente de cada una de ellas del suficiente terreno para que las gallinas tuviesen acceso a parque.

Sin embargo, la capacidad productiva de estas dos naves, para unas 10.000 ponedoras camperas en total, pronto se encontró insuficiente para el potencial de crecimiento de este mercado que contemplaba Jesús Ciria. Esto fue lo que le condujo a montar, en otra parcela de 112.500 m2 situada en al misma localidad que la anterior, otras dos naves de puesta con capacidad para mas de 13.000 gallinas, que le han permitido más que duplicar la producción.

En el momento de nuestra visita, en medio de las dos naves de la parte nueva se está montando un centro de clasificación de huevos al que se harán llegar, por medio de cintas, los producidos en las mismas. Las obras están en sus comienzos, pero se espera acabarlas en el plazo de un mes, teniendo ya concertada la adquisición de una clasificadora Moba.

Las instalaciones

Las naves de la granja vieja son una de panel de chapa sandwich y otra de mampostería, estando equipadas en su totalidad por Big Dutchman.

Los muros, en ambas naves, muy altos, de unos 3 m, con ventanas también muy altas y, en todos los casos, ventilación natural por el caballete de la cubierta, detalle del que Ciria nos indicó que estaba muy satisfecho y que volvería a repetir.

En la granja nueva, montada ya expresamente para gallinas camperas, las dos naves son de 12,50 x 70 m, lo que, a razón de 8 aves/m2, significa una capacidad productiva para 7.000 gallinas.

Estas dos naves son de un tipo con techo en bóveda, de un modelo francés, habiendo sido montadas por una empresa portuguesa. Su altura en la cúspide es de unos 5,50 m y la estructura es de un tipo parecido a las naves de un modelo navarro ya descrito en estas páginas, con cubierta de lona, aislamiento en la misma de lana de vidrio, zócalos de hormigón y cerramientos de panel de chapa sándwich de 50 mm. El equipamiento fue realizado por Mogapesa.

Un detalle interesante es el de que, a diferencia del piso de las naves viejas en las que está a nivel, en las nuevas es a dos aguas, con pendientes desde el eje longitudinal hacia ambas fachadas principales, unos 7 cm. Con el fin de poder evacuar las aguas de lavado, en la parte inferior de los zócalos se han dejado unos orificios de unos 100 x 30 mm a distancias de unos 6 m, tapados con unos tacos de madera que, en el momento que interesa, se retiran con un simple golpe.

Los parques

Todas las naves tienen parque alrededor, y trampillas por un solo lado, la fachada Sur, para dejar salir a las gallinas al exterior a partir de media mañana, aspecto en el que los Ciria hacen hincapié por indicarnos que así la mayor parte de los huevos ya han sido puestos en los nidales.

El espacio disponible cubre sobradamente los 4 m2 por gallina que se requieren legalmente para este tipo de producción y en los parques, vallados, hay una hierba, muy agostada en invierno, en el momento de nuestra visita, contando con unos pequeños refugios, a los que también obliga la ley.

El cierre de las trampillas se hace al atardecer, queriendo hacerlo forzosamente a mano con el fin de inspeccionar el parque para detectar que no quede ninguna gallina en el exterior.

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Panorámica interior de una de las nuevas naves de la granja La Cañada.

El equipamiento

La disposición de todas las naves – incluso en las viejas – es la misma, con un foso de deyecciones central, cubierto con slats de plástico, sobre los cuales se halla, en el eje central, el ponedero de recogida automática, dos hileras de aseladeros y dos de comederos a cada lado y otras tantas de bebederos.

El ponedero de la nave más reciente construcción es Vencomatic, con recogida de huevos central, diciéndonos Ciria que prefiere esto en vez de la salida doble de la otra nave. A cada lado del mismo se halla la superficie de slats, también de la misma marca, colocados de forma algo inclinada hacia las fachadas de la nave.

Los comederos, bebederos y silos – de éstos, dos para cada nave – son TIGSA, estando Ciria muy satisfecho de ellos. Los comederos son de reparto de pienso mediante sinfín y en platos, mientras que los bebederos son de tetina, con recuperador.

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Los aseladeros son de concepción propia de la granja, estando Ciria muy contento con ellos, por su facilidad de colocación y limpieza. Colocados en dos bloques sobre la superficie de los slats, consisten en simples tubos de 3 cm de diámetro y unos 4 m de longitud, de chapa galvanizada, empalmados mediante trozos de tubería algo más ancha. Descansan sobre unos soportes con la forma del dibujo adjunto y están ideados para que, una vez retiradas las gallinas de la nave, puedan ser desmontados fácilmente. Hay dos grupos de ellos a cada lado del ponedero, lo que viene de cubrir las necesidades de las aves para aselarse, a razón de 15 cm por cabeza.

La zona de cama es relativamente estrecha a cada lado del foso – unos 2,50 m, cubriendo un tercio de la superficie total – utilizándose paja inicialmente para la misma, que no se cambia durante toda la vida del lote.

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Otra vista interior de la misma nave, con mayor detalle de su estructura y la fachada.

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Las gallinas, comenzando a salir de la nave, al cabo de unos segundos de haber abierto las trampillas.

El manejo

Las pollitas recriadas se reciben a 17 semanas de edad y los 15 primeros días después de la entrada de las aves se mantienen encerradas sobre los slats, por medio de mallas plásticas, para que se acostumbren a ellos y a los ponederos.

Hasta ahora se ha trabajado siempre con aves IsaBrown, suministradas por la granja Pinseque, de Zaragoza, estando muy satisfechos con ellas por los resultados que han tenido con los lotes anteriores.

El pienso utilizado ha sido siempre de la Cooperativa COPISO, de Soria, de la que La Cañada Soriana es socio, obteniendo precios en el pienso muy competitivos y que, al final de año, les reintegra el excedente que pueda quedar en función de las fluctuaciones de precios de las materias primas. Recientemente han comenzado a probar el sistema “split-feeding”, de Nanta, para lo que han tenido que instalar otro silo. Aunque nos dicen que el coste del pienso les puede resultar algo mas elevado que el de la Cooperativa, confían en sus resultados, documentados por los que la empresa les ha mostrado de las pruebas realizadas, sobre lo que ya se ha informado en este medio.

Para eliminación de los cadáveres se dispone de un arcón congelador, situado en el almacén de una de las naves de cada granja, depositándolos en el mismo a medida que se recogen. Luego, al estar lleno, los pasan a un depósito de plástico, situado en el exterior de las naves, junto al acceso a la granja, para evitar la entrada del vehículo de transporte, recogiéndoselos la empresa con la que se tiene concertado este servicio, tan pronto como se les avisa.

Para la limpieza y vacío sanitario de las naves entre lotes necesitan un mes entero, desmontando los aseladeros y los slats del foso y elevando hasta el techo los comederos y los bebederos.

El manejo de las dos explotaciones se lleva a cabo entre dos personas, Marioara Guidiu, y el Ingeniero Técnico Agrícola, Raúl Gonzalo Labanda.

Tienen a las aves un año escaso en producción, sacándolas a veces con un 80 % de puesta, simplemente en función del empeoramiento paulatino que se va produciendo en la calidad del huevo, especialmente en la cáscara.

Como resultados, es de destacar los que, de promedio, están obteniendo con las circunstancias actuales de su trabajo:

  • Nº de huevos por gallina …………………..…. 285
  • Consumo medio de pienso, g/ave/día …..125-135
  • Mortalidad total …………………… menos del 8 %
  • Huevos en el suelo …..………………. del 1 – 2 %

Referente a estos últimos, en las naves en las que entramos los vemos justo al lado de la puerta, el lugar casi exclusivo de puesta en el suelo. Según nos dicen, la concentración en este punto es una suerte pues así cuesta menos recogerlos que si estuviesen repartidos por la yacija de toda la nave .

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La furgoneta de reparto de La Cañada, al lado de una nave. En medio de las dos puede verse el centro de clasificación, en construcción.

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Reparando la valla del parque para evitar que las aves se acerquen a la zona en obras.

La venta de huevos se hacen con las clases M y L mezcladas, con precios por encima de 1,30 €/docena, según presentación, y durante todo el año sin variar, de lo cual se muestran muy satisfechos. Los XL se venden aparte y los S y desclasificados, a industria. Se comercializan tanto en la propia zona, como en Madrid, Zaragoza y hasta en Barcelona.

Pero lo bueno de todo ello es que, en esta situación, Jesús Ciria está muy satisfecho y con ganas de ampliar…

Con el apoyo de:
En esta edición mayo, 2012

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