Este artículo es parte de la edición de julio, 2022

Factores de riesgo para la salud y el rendimiento en los sistemas europeos de producción de broilers (I)

Aunque haya alguien al que le llame la atención el haber reproducido el texto de una investigación realizada en el año 2016, ello se explica por la relevancia de la misma debido al detalle con el que aborda la amplia variedad de aspectos que configuran el éxito de cualquier granja de broilers. Indudablemente, todos somos conscientes de que en los años transcurridos desde entonces son muchos los aspectos que han ido cambiando en las granjas de broilers a causa de la propia dinámica del sector. Basta pensar, por ejemplo, que en el último medio siglo cada año transcurrido ha significado que la edad del broiler para llegar a su peso comercial se haya reducido en un día, con el proporcional ahorro de pienso, para comprender que este máximo exponente de la tecnificación ganadera ha tenido que apoyarse, al mismo tiempo, en unos cambios muy significativos para su desarrollo. Y esto, pues, es decir, tales “pequeños” detalles en torno al alojamiento en sí y el manejo de la granja, en general, es lo que se analiza en este trabajo para hallar su correspondencia con los resultados productivos de las explotaciones.      

Resumen

El objetivo de este estudio ha sido investigar los factores de riesgo y/o protección para la salud y el rendimiento en las granjas europeas de broilers mediante el desarrollo de unos modelos mixtos lineales multivariables, utilizando tres modelos diferentes para investigar la mortalidad, otros tres para el rendimiento y dos para los datos del matadero. Los resultados del análisis mostraron que se requieren mejoras tanto en el manejo, como en el alojamiento y los programas sanitarios aplicados en las explotaciones, con un mayor profesionalismo de los productores para mejorar el rendimiento y la salud de los pollos.  

Antecedentes

La producción de carne de aves domésticas ha crecido rápidamente durante los últimos 40 años y se espera que continúe creciendo debido al aumento de la demanda a causa del crecimiento de la población, el aumento de los ingresos y la urbanización. Sin embargo, aunque el sector del broiler ha tenido éxito en la mejora del rendimiento y la sostenibilidad avícola, todavía hay una brecha entre el potencial de las aves y los rendimientos reales logrado en condiciones prácticas en el campo. Esto significa que para ser lo más sostenible posible es necesario restringir la huella ecológica de esta producción, por más que, en comparación con la de hace 60 años, por cada 1000 kg de carne de ave producida en la actualidad se requieren menos recursos en el uso de la energía fósil (un 39%), del agua (un 58%) y de la ocupación del suelo (un 72%)

Ya se ha identificado un gran número de factores de riesgo infecciosos y no infecciosos que causan una disminución del rendimiento y un aumento de la mortalidad en los pollos. Como ejemplo, tenemos el E. coli patógeno aviar (APEC), sobre el que es sabido que es causa de enfermedad, origina una elevada resistencia a los antibióticos y puede persistir en un ambiente seco y el polvo de las naves, aunque el principal factor predisponente es el estrés, que puede ser inducido por una serie de prácticas inadecuadas de manejo. En otros informes se ha visto que la distancia de la planta de incubación a la granja, el tamaño de la manada, la densidad de población, el empleo de papel para la distribución del pienso durante la primera semana son factores que influyen en la mortalidad de los pollitos de la primera semana. Y de igual forma también se ha indicado que la edad de las naves, el tipo de calefacción y el sistema de control de la entrada de aire pueden relacionarse con la mortalidad posterior. Lamentablemente, muchos estudios sobre los factores que pueden influir en la producción no han tenido en cuenta la naturaleza dinámica de estos procesos, centrándose solo en mediciones tomadas en un punto específico en el tiempo, lo que ha conducido a resultados contradictorios.

Además, hay pocos estudios epidemiológicos que adopten un enfoque más integrado con modelos multivariables para identificar y sopesar los diferentes factores de riesgo que amenazan el rendimiento y la salud de los broilers en condiciones de campo sin centrarse en solo una o unas pocas enfermedades o características clínicas preseleccionadas específicas. Por lo tanto, existe necesidad de estudios dirigidos a los aspectos multivariables de la producción utilizando datos que abarquen los principales países europeos productores de broilers y teniendo en cuenta diversos factores aleatorios y fijos específicos con el fin de encontrar aquellos factores de riesgo sólidos para los sistemas convencionales de producción de broilers en toda Europa.

La principal novedad de nuestro estudio es haber investigado y cuantificado los factores de riesgo y/o protección para diferentes parámetros de salud y rendimiento en las granjas de broilers convencionales en varios Estados Miembros de la UE, utilizando una forma estandarizada de recopilación y análisis de datos.  

 

Características generales de las granjas

El estudio se llevó a cabo sobre un total de 358 granjas de broilers, un 78 % de las cuales indicaron que esta producción era su única actividad, un 80,1% que seguían un esquema de aseguramiento de la calidad y un 52,8% que formaban parte de un sistema de integración con unos procedimientos de manejo estandarizados. Se realizó en 7 países de la UE productores de pollos: Bélgica, Chipre, Finlandia, Grecia, Polonia, España y el Reino Unido (*), como parte del proyecto PROHEALTH, financiado con fondos europeos, en cada uno de ellos habiendo seleccionado unas 50 granjas de pollos convencionales.

Esta selección se realizó por investigadores locales con el objetivo de proporcionar una muestra aleatoria representativa de la producción, excluyéndose las granjas de producían ecológica. La información recogida se basó en un protocolo diseñado para los entrevistadores, garantizando la confidencialidad de los datos y reduciendo el sesgo del cada uno de ellos tanto como fuera posible.

En cada granja se recogieron dos tipos de datos mediante un cuestionario diseñado específicamente que contenía 67 preguntas sobre el rendimiento y la salud de las 6 crianzas anteriores, es decir, al menos durante un año. En él se incluían preguntas sobre: los factores de riesgo potenciales para la salud y la producción, clasificadas en 6 categorías en relación con el alojamiento, el suministro de pienso y agua, las enfermedades y sus tratamientos y el manejo de los pollos. Los parámetros registrados fueron los habituales ya en todas las granjas: el peso de los pollos, el consumo de pienso, el índice de conversión (IC), la edad de las aves al finalizar el engorde, la mortalidad (separando la de la primera semana de la del resto de la crianza), las bajas a la llegada al matadero (DOA) y el índice de producción europeo (EPI). Además, se registraron los problemas de salud que habían ocurrido en una o más crianzas durante los doce meses anteriores, por coccidiosis, septicemia, disbacteriosis, enteritis necrótica, camas húmedas, alta mortalidad y poca uniformidad.

Todo ello se recogió en 8 modelos mixtos lineales, incluyéndose un efecto aleatorio para cada país para corregir la agrupación de granjas dentro de cada uno. De ser necesario, se consideró la transformación de las variables predictoras y luego, las independientes se utilizaron para construir un modelo de regresión lineal multivariable mediante un procedimiento manual de construcción de modelos paso a paso. La significación estadística se evaluó en P < 0,05 En la tabla 1 se ofrece una descripción de las granjas analizadas en base a la calidad del suelo de las naves, su ventilación y su calefacción.

El promedio de las mismas disponía de tres naves de 24 años de edad, cada una de ellas para unos. 24.000 broilers y trabajando con una densidad promedio de 17,5 pollitos/m2. (*) N. de la R.: En el momento del trabajo (2016) el Reino Unido aún estaba integrado en la Unión Europea.  

Tabla 1. Resultados descriptivos del alojamiento en las granjas de broilers del estudio

Parámetros Situación en la granja Nº de explotaciones %
Calidad del suelo Suave e impermeable 132 37,7
  Buen estado 46 13,1
  Algo grietado 165 45,9
  Tierra compactada 15 4,2
Ventilación En el techo 104 29,1
  Cruzada 74 20,7
  En el techo y túnel 72 20,2
  Túnel 40 11,2
  Cruzada y túnel 37 10,3
  Natural 26 7,3
  Otros sistemas 5 1,4
Calefacción (*) Directa 194 54,3
  Indirecta 164 45,7

(*) Por calefacción “directa” se entiende cuando el CO2 se produce dentro de la nave, e “indirecta”· en el caso contrario.

  Casi la mitad de las naves de ventilación forzada también disponían de ventiladores destinados a la recirculación de aire, mientras que la ventilación natural todavía estaba presente en el 7,3% de las granjas estudiadas. El 71,5% de las granjas contaban con algún sistema de refrigeración para la prevención del calor y el 78,8 % de ellas lo realizaban mediante una nebulización en las entradas de aire, mientras que el empleo de paneles de evaporación estaba presente en el 20,7% de los casos.

Para la alimentación se utilizaban dos tipos de comederos: de plato, en el 74,9% de las granjas y de cadena en el resto. La alimentación de los pollos fue solo de pienso en el 55,6 % de las granjas y de pienso con grano en el resto: en el 94,3 % de ellas con trigo y en el resto con maíz o una mezcla de trigo y maíz. Las principales fuentes de agua potable fueron de pozo (el 52,4 % de las granjas) y la municipal, en el resto. Aproximadamente la mitad de las explotaciones (el 49,4%) utilizaron protocolos de desinfección del agua, siendo los productos más utilizados para ello el CO2 (en el 51,1% de casos) y los peróxidos (en el 22,2%).

El sistema de bebida de las granjas investigados tenía en promedio 16 años de antigüedad y más del 89% de todas las granjas de broilers utilizaban bebederos de tetina y las restantes bebederos de cazoleta o de campana.  

 

Las enfermedades y sus tratamientos

La tabla 2 muestra las respuestas con respecto a los principales problemas de salud en las granjas de broilers investigadas. La mayoría de ellas utilizaban una prevención contra la coccidiosis a través del pienso (en el, 96,6% de los casos), aunque en el 11,8 % alternando esto con la vacunación y con esta sola en el 1,7 % de granjas.

Los coccidiostatos más utilizados en la ración de arranque fueron narasina-nicarbazin (en el 54,9% de los casos), seguida de nicarbazina, monensina sódica, narasina y salinomicina.

En la de crianza lo más usual fueron monensina sódica (42,1%), narasina-nicarbazin, salinomicina y narasina y, en la de acabado, monensina sódica, salinomicina y narasina- nicarbazin. Cuando se requirió un período de espera para el coccidiostato, su duración fue, de promedio, de dos días. El “aclarado” de la manada se practicaba en el 70,1% de las granjas y casi la mitad de ellas reiniciaron el suministro de un coccidiostato en el pienso después de ello.  

Tabla 2. Problemas sanitarios de las explotaciones en 2016 (*)

Problemas de salud Sin problemas Problema leve Problema clínico
  % % %
Coccidiosis 232 64,9 94 26,3 32 8,8
Septicemia antes de 7 días 149 41,6 57 15,9 152 42,4
Septicemia después de 7 días 154 43,0 61 17,0 143 39,9
Disbacteriosis 217 60,6 94 26,2 47 13,1
Enteritis necrótica 274 76,4 68 18,9 17 4,7
Síndrome de cama húmeda 145 40,4 190 53,1 23 6,5
Alta mortalidad 284 79,2 56 15,7 18 5,1
Mala uniformidad 189 52,7 160 44,7 9 2,6

(*) En número de las 358 explotaciones participantes en el estudio 

 

Información específica sobre el manejo

Alrededor del 56,9% de los criadores conocían la edad del de los reproductores de donde procedían sus pollitos, mientras que el peso inicial de estos era conocido por el 83,1% de ellos, utilizando esta información para algún cambio en el manejo, por ejemplo elevando algo la temperatura en caso de ser bajo. El tiempo de transporte entre la salida de los pollitos de la planta de incubación y la llegada al criadero fue inferior a 4 horas en el 81,6% de todas las granjas de broilers, aunque el 2,8% de ellas los recibieron después de más de 8 horas. La mayoría de las granjas de broilers (el 71,3 %) siempre recibieron pollitos sin sexar.

En la tabla 3 se ofrece una visión general de los diferentes aspectos del manejo en las explotaciones incluidas en el estudio.

En general, los criadores suelen comenzar a calentar sus naves unas 35 h antes de la entrada de los pollitos, poniéndolas a una temperatura promedio de 33 °C. Durante los primeros tres días después de su llegada a la granja se utiliza un programa de iluminación de unas 24 h de luz diarias y durante el resto de la crianza, se suelen dejar, de promedio unas 6 h diarias de oscuridad.  

Tabla 3. Descripción del manejo de las granjas de broilers del estudio

Aspectos Situación en la granja Nº de granjas % del total
Entrada de pollitos Colocación en toda la nave 206 57,5
  Con medición de la temperatura del suelo 263 73,6
Intensidad de la luz Adaptado al ciclo de producción 245 68,5
Material de la cama Viruta de madera 102 28,5
  Paja trinchada 90 25,1
  Turba 46 12,8
  Cascarilla de arroz 39 10,9
  Paja entera 31 8,7
Registro diario de datos Consumo de agua 314 87,7
  Consumo de pienso 146 40,8
  Peso corporal 97 27,1
Luz en la captura Adaptación de la luz 349 97,5
  Disminuyendo la intensidad 181 51,8
  Uso de luz roja 105 30,1
  Uso de luz azul 63 18,1

  En la tabla 4 figura un resumen de los parámetros específicos a la salud y el rendimiento de las explotaciones, basados en las 2309 manadas en las 358 granjas analizadas,  

Tabla 4. Rendimiento de 2.309 manadas de 358 granjas de broilers en 2016 en 7 estados miembros de la UE

Parámetros Promed io Mini mo Máxi mo
Edad media de sacrificio, días 41,33 30,26 58,01
Peso medio final, kg 2,47 1,66 3,31
Mortalidad total, % 3,82 1,00 14,86
Mortalidad en la primera semana, % 0,94 0,03 3,29
Muertos a la llegada, % 0,20 0,01 4,60
Decomisos, % 1,23 0,05 6,73
IC del pienso 1,74 1,23 2,06
Aumento diario de peso, g 59,79 41,19 72,95
EPI (*) 338,41 183,93 432,17

(*) EPI (Índice Europeo de Producción): (peso corporal x 1/mortalidad) / (IC x días de edad) x 100

 

En el 15,5% de las granjas entrevistadas se colocaban bebederos adicionales a los pollitos recién llegados, eliminándose después de unos 5 días. Casi todas las granjas (el 94.6%) colocaban comederos adicionales para los pollitos recién nacidos y el 76 % de los criadores verificaban el llenado de los buches durante las primeras 24 h después de su llegada a la granja.

Por otra parte, el tiempo medio de retirada de la alimentación antes de la carga final de los pollos fue de 7,3 h, mientras que el agua se retiraba muy poco antes de la misma, alrededor de media hora. Referente a los parámetros registrados en las granjas, la mayoría de criadores comparaban la información obtenida con los datos de los lotes anteriores.

El consumo de agua de bebida era comprobado a diario por el 53,9% de ellos, aunque el 42,2% no todos los días, sino cuando observaban una fluctuación anormal en ello. Los bebederos de tetina y el sistema de alimentación eran revisados diariamente por el 94,1% de criadores. Y casi todos ellos (el 98,3%) dijeron que cuando se observaba un pollo cojo o retrasado durante la inspección diaria, era sacrificado enseguida.

Por último, el 40 % de los criadores declararon que no recibían información del matadero con respecto a los parámetros de salud y / o bienestar de sus pollos.

(Continuará)

  Tommy Van Limbergen y col. BMC Veterinary Res., 16: 2878 (2020)  

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