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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de febrero, 2022
El Ministro Garzón abre el debate sobre el modelo de ganadería de España
En declaraciones a un diario británico cuestiona la calidad de la carne española
La reciente entrevista al Ministro de Consumo, Alberto Garzón, en un diario británico, ha desatado una amplia polémica, al aprovechar un medio extranjero para criticar los modelos de producción de muchas de las empresas y ganaderos españoles. Sus declaraciones sobre las granjas de gran tamaño («macrogranjas», según el término ya generalizado), y que, según mantiene públicamente, se han sacado de contexto y circulado como bulo, son (traducidas): «Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados”.
La polémica está servida, dada la importancia económica y social que la producción ganadera y las industrias de la cadena de la carne tienen en nuestro país. Más aún cuando su estrategia sobre estos temas debería ser compartida y debatida previamente con los restantes miembros del gobierno afectados (ministerios responsables de agricultura, economía, medio ambiente y comercio, al menos). Los efectos de esta crisis mediática están siendo, por el momento, sobre todo políticos, con posicionamiento de los distintos grupos ante las declaraciones, aprovechando la llegada del período electoral en zonas de España en las que el medio rural y la producción agraria tienen un peso relevante, como es Castilla y León.
La imagen de descoordinación del gobierno de coalición y los ataques repetidos de los partidos de la oposición han abierto los informativos de casi todos los canales, y las declaraciones de ganaderos y sus organizaciones y de los responsables de organizaciones medioambientalistas y animalistas han alimentado la polémica. El Ministro se ha ratificado en su posición, apoyado por su partido, y los socios de gobierno parecen no compartir su visión.
Diversas organizaciones profesionales vinculadas al sector primario, partidos políticos y algunas entidades y responsables públicos han pedido la dimisión o el cese del ministro, entre ellas, Cooperativas Agrarias de España. Las organizaciones interprofesionales de los sectores cárnicos también han escrito al presidente del Gobierno pidiendo que no se repitan hechos tan graves.
El sector está inmerso desde hace años en una transformación para mejorar las condiciones medioambientales y de bienestar animal, según establece el modelo europeo de producción, el más exigente del mundo. Pero es evidente que los esfuerzos de los profesionales no se conocen ni se reconocen por la sociedad, o tienen más peso las voces críticas en una sociedad cada vez más alejada del mundo rural.
Los ataques más graves contra la ganadería proceden de un amplio abanico de organizaciones animalistas, ecologistas y veganas, que han encontrado apoyo en plataformas «contra las macrogranjas» y en pequeños productores que desean destacar las ventajas de su modelo productivo. No es fácil en este contexto mantener un debate sosegado y productivo sobre el modelo que se desea promover para España. El sector del huevo se mantiene atento ante esta polémica, ya que el debate, más allá de la producción cárnica, podría derivar en iniciativas que afecten al conjunto de la producción ganadera española.