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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de enero, 2022
La reestructuración del sector del huevo no está escrita en la PAC
En estos días está en revisión el plan estratégico de la Política Agrícola Común (PAC), que España ha enviado a la Comisión Europea para su aprobación y se ha sometido a la consulta pública. El sector del huevo busca esperanzado entre sus líneas las claves para la anunciada reconversión del sector español del huevo a sistemas sin jaula con apoyo de los presupuestos comunitarios. Sin embargo, el plan elaborado por el Ministerio de Agricultura no ofrece expectativas a los productores de huevos para afrontar las inversiones que el sector español necesita.
La proporción de gallinas en jaula en España es del 77% del censo (36,5 millones de los 47,1 millones de gallinas ponedoras). La estimación de las inversiones necesarias para cambiar las jaulas a sistemas alternativos alcanza los 1.000 millones de euros en nuestro país, cifra similar a la facturación del sector en un año.
Los compromisos anunciados por la Comisión y el Parlamento Europeos y que se recogen en la estrategia “Farm to Fork” prevén un cambio obligatorio que se concretará en un próximo reglamento. Europa espera que los Estados miembros incluyan en las líneas de ayudas de la PAC los apoyos financieros para que los afectados por la reconversión de las jaulas puedan afrontar sus costes.Y el MAPA lo recoge así en la presentación de sus objetivos para la PAC. Una opción para ello eran los denominados “eco esquemas”, ayudas no cofinanciadas (es decir, con pago íntegramente con presupuesto de la UE) y que podrían destinarse a la mejora del bienestar animal.
Pero en España no han sido elegidas para este fin. Otro camino es la financiación vía segundo pilar de la PAC, el dedicado al desarrollo rural. Permitiría cubrir un porcentaje de las inversiones en las nuevas instalaciones, así como también parte del sobrecoste que suponen los cambios para mejorar el bienestar animal en las granjas.
Estas líneas de ayudas las definen las distintas comunidades autónomas, que envían sus propuestas a la Comisión Europea. A la vista de las acciones previstas por las autoridades autonómicas en los distintos territorios queda claro que la PAC no está pensada para que los avicultores de puesta resuelvan sus necesidades actuales. Los fondos se pondrán en marcha en un plazo de entre tres y cinco años, mucho tiempo si se tiene en cuenta el ingente trabajo por hacer y la necesidad de empezarlo cuanto antes.
También es difícil que los distintos tipos de empresa que coexisten en el sector del huevo encuentren encajen en las definiciones de los beneficiarios de las ayudas. Y los límites de las mismas son muy inferiores a las cantidades que necesitan la mayor parte de las empresas. Se evidencia así la realidad de que el sector del huevo, que tradicionalmente no depende de ayudas públicas, compite con los receptores habituales de éstas por unos fondos limitados y pensados para otros solicitantes.
Además, en ocasiones se establece como condición para aprobar las ayudas a las inversiones que se trate de mejoras que sirvan para incrementar la productividad o la competitividad. No son estos los objetivos de las inversiones en sistemas sin jaula, y probablemente sean contrarios a la lógica empresarial o comercial. Justamente por eso se necesitan ayudas públicas: para poner en marcha una norma que implica incurrir en costes muy elevados que el mercado y el consumidor no pagan (o no por ahora).
Cambiar las jaulas por sistemas alternativos, no será fácil en la situación económica que atraviesa el sector, y menos a la velocidad que prevé la Comisión. Los productores tendrán que insistir por todas las vías disponibles para que el apoyo prometido se concrete cuanto antes.
María del Mar Fernández Poza Directora de ASEPRHU