Recibe Selecciones Avícolas en versión impresa
SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de julio, 2021
Editorial: Entramos en un nuevo paradigma: la era sin jaulas
Efectivamente, tal como temíamos, la iniciativa ciudadana para acabar con la explotación de todo tipo de animales domésticos en jaulas, presentada a los parlamentarios de la UE el pasado 15 de abril – ver la noticia publicada en SA Nº 749 – y admitida a trámite, ha sido aprobada abrumadoramente por los miembros del Parlamento Europeo el pasado 10 de junio, fijándose de plazo el año 2027 para que la Comisión establezca la legislación pertinente para abandonar esta práctica, al ser considerada como una “crueldad” contra el ganado.
Hasta aquí la noticia, sintetizada – que puede verse ampliada en la sección correspondiente de este número – que, la verdad sea dicha, no nos ha sorprendido pues la evolución del tema en los últimos años, tocando la fibra sensible del gran público – acusando a los ganaderos, en general, preocupados por sus beneficios, de un maltrato animal – así lo hacía presagiar.
En materia de la avicultura intensiva, como es sabido, ello afectará únicamente al sector del huevo, representando una nueva vuelta tuerca en un sector en el que ya en 1986, tuvo que aceptar la imposición de un espacio mínimo por gallina enjaulada, en 1999 una nueva ampliación del mismo y en el 2012 la entrada en vigor de esto último y la prohibición de las jaulas convencionales. ¿Y ahora qué?, se preguntarán nuestros lectores. Pues sencillamente, que con casi total seguridad, cuando entre en vigor la nueva propuesta, en el 2027, se nos dará un plazo de “x” años para que dejemos de tener a nuestras gallinas en jaulas y las bajemos al suelo, poniendo fin así al huevo nº 3 producido de forma tan “cruel”.
Y esto por lo que respecta a nuestro sector mayoritario, sin mencionar ya otros dos de la producción avícola, el del engorde del pato y la oca para foie gras y el de la codorniz para puesta, para los que, hoy por hoy no vemos más solución que su práctica desaparición, al menos tal como están montados. Se da la circunstancia, además, de que en Francia, preparándose ya para tal decisión, el Consejo de Estado ha apremiado a su Gobierno para que en el plazo de seis meses éste regule la prohibición de instalar cualquier nueva explotación de ponedoras en batería. Y, de no cumplirse, se dice que este último tendrá que abonar una multa de 200 € diarios………..
Como se puede ver, el cerco a las gallinas en jaulas se está estrechando, lo que, de momento, ya ha significado la casi práctica desaparición de los huevos de éstas de los lineales de los supermercados y el lógico encarecimiento de los que ahora hallamos en ellos, que cabe esperar que, en pocos años, serán los únicos que encontrará el comprador. Y nuestra pregunta es: ¿tan ricos somos los europeos comunitarios como para permitirnos esta primacía en el mundo?
Federico Castelló
Real Escuela de Avicultura