Este artículo es parte de la edición de febrero, 2021

Salud intestinal en la era sin antibióticos

El papel vital que desempeña el tracto gastrointestinal – GIT – en la absorción de nutrientes y la respuesta inmunitaria es probablemente mucho más complejo y dinámico de lo que la mayoría de nosotros creemos. Sabemos, sin embargo, que mantener una buena salud intestinal y minimizar los trastornos intestinales son fundamentales para el crecimiento, la salud y el bienestar de las aves, así como para los aspectos de seguridad alimentaria de la producción avícola moderna.

Esto es especialmente cierto para los sistemas de producción sin antibióticos NAE – (*). Si la digestión y la absorción de nutrientes se ven comprometidas puede haber un crecimiento excesivo de microbios intestinales que, a su vez, afectan la salud y el rendimiento de las aves. Aunque las empresas avícolas con manadas NAE están recurriendo a alternativas antibióticas para promover una buena salud intestinal con pre y probióticos, aceites esenciales, enzimas, etc. -, un GIT que funcione correctamente es esencial para lograr resultados positivos con manipulaciones dietéticas.

 

ALIMENTACIÓN Y AGUA

Uno de los principios más básicos para mantener una buena salud intestinal en manadas NAE es una alimentación y un agua de buena calidad. De hecho, la calidad de la alimentación y el agua debe ser superior. Yo aconsejo a los productores con manadas NAE que se aseguren de que utilicen un pienso de calidad y que se aseguren de que nunca se queden sin él. La mucosa intestinal tarda sólo unas horas en cambiar cuando los pollos no se alimentan, lo que hace que las aves sean más susceptibles a la enteritis. La falta de alimento estimula la producción de mucina por células caliciformes en la mucosa intestinal, cuya mucina adicional entonces es utilizada por las bacterias para irritar la y generar reacciones inflamatorias.

Una buena calidad del agua potable también es de vital importancia para las manadas NAE. Gran parte de mi trabajo de extensión hoy en día se centra en la calidad del agua de pozo para las granjas que crían aves NAE. Es necesario controlar la concentración mineral, la carga bacteriana y el pH del agua.

LA DUREZA DEL AGUA, LA ALCALINIDAD Y UN PH ALTO PUEDEN ALTERAR EL PH DEL BUCHE Y REDUCIR EL INICIO DE LA DIGESTIÓN, EN TANTO QUE LAS BACTERIAS PUEDEN CAUSAR ENFERMEDADES Y AMENAZAR LA SALUD DE LA MANADA, MIENTRAS QUE UN PH BAJO PUEDE IRRITAR EL REVESTIMIENTO INTESTINAL.

La calidad del agua no sólo es importante para una buena digestión, puede minimizar la proliferación microbiana en las conducciones y las tetinas de los bebederos. La falta de supervisión y garantía de la calidad del agua en la granja puede ser perjudicial para la salud intestinal y el rendimiento de las aves.  

 

LA SANIDAD DE LOS REPRODUCTORES

Algo que creo que con demasiada frecuencia se pasa por alto en un programa NAE es el papel clave que desempeñan la salud, la nutrición y el bienestar de los reproductores en la producción de unos broilers saludables. La calidad del pienso y la del agua para los mismos es tan importante como lo es para los mismos pollos de engorde. Las deyecciones sueltas y la yacija húmeda son tan malos en una nave de reproducción como en una de broilers. Los huevos que van a la incubadora deben estar limpios para limitar la carga bacteriana que entra en la misma. Las plantas de incubación también deben estar limpias si quieren producir pollitos de calidad. Las temperaturas de incubación son fundamentales para la calidad de los pollitos al nacer. La incubación subóptima tiende a alargar la ventana de nacimientos, haciendo que algunos pollitos eclosionen demasiado temprano o demasiado tarde, lo que origina problemas con el desarrollo del tejido linfoide relacionado con el intestino. Sin embargo, mientras que la coccidiosis y la enteritis necrótica son sin duda un problema, no son el problema.

El verdadero problema es a menudo un exceso de nutrientes que ha originado una proliferación microbiana, lo que conduce a la coccidiosis y a la enteritis necrótica.

   

ENFERMEDADES INTESTINALES

A menudo veo múltiples problemas simultáneos en granjas con manadas NAE cuando la salud intestinal se ve comprometida por una coccidiosis o la enteritis necrótica. El revestimiento intestinal irritados a menudo origina excrementos sueltos y un excesivo paso de alimento, lo que a su vez conduce a una yacija húmeda. Un excesivo paso de alimento da como resultado un ritmo de crecimiento deficiente y un elevado índice de conversión del pienso. La cama húmeda puede originar un aumento de los niveles de amoníaco e irritaciones oculares y más problemas plantares.

PARA QUE LA SALUD INTESTINAL SE MANTENGA EN LA ERA NAE ACTUAL, LA COCCIDIOSIS Y LA ENTERITIS NECRÓTICA DEBEN CONTROLARSE. EN LOS PROGRAMAS NAE QUE NO PERMITEN MEDICAMENTOS ANTICOCCIDALES, LA PREVENCIÓN DE LA COCCIDIOSIS SE HACE PRINCIPALMENTE MEDIANTE VACUNACIÓN Y UN MEJOR MANEJO DE LA CAMA.

Además, dentro del GIT, hay numerosas interacciones que tienen lugar entre las células intestinales del ave, las bacterianas dentro del ave y los componentes de alimentación. Afortunadamente, la población bacteriana forma un revestimiento protector en la pared intestinal, restringiendo o impidiendo el crecimiento de bacterias patógenas como el Clostridium perfringens – el responsable de la enteritis necrótica -, la Salmonella y el Campylobacter. Esto a menudo se llama exclusión competitiva, pero lo que realmente significa es que los buenos “chinches”, en su mayor parte, luchan contra los malos.  

 

LUCHAR CONTRA EL PROBLEMA, NO LAS CONSECUENCIAS

Hay muchas veces que ponemos el carro antes que el caballo cuando se trata de la salud intestinal. Cuando tenemos un problema de salud intestinal, como una coccidiosis o la enteritis necrótica, tendemos a centrarnos en controlar la enfermedad intestinal. Esto es comprensible porque vemos coccidiosis o enteritis necrótica y nos damos cuenta de que existe un problema.

Sin embargo, mientras que la coccidiosis y la enteritis necrótica son sin duda un problema, no son el problema.

El verdadero problema es a menudo un exceso de nutrientes que ha originado una proliferación microbiana, lo que conduce a la coccidiosis y a la enteritis necrótica.

En el pasado, pequeñas cantidades de antibióticos reducían el número y la diversidad de ciertos microbios y creaban unas condiciones entéricas con menos bacterias malas.

Como resultado, los problemas de salud intestinal se mantenían mejor controlados. Hoy en día los antibióticos – en su mayor parte – se han ido y los microbios son más capaces de proliferar y causar problemas. Sin embargo, los microbios siempre han estado aquí y seguirán estando aquí. Nuestra primera preocupación debe ser abordar la reducción de la digestión o el exceso de nutrientes no digeridos en el GIT, lo que permite que los microbios alteren el equilibrio intestinal. ¿Por qué está sucediendo esto y cómo lo arreglamos?  

 

EQUILIBRIO

La salud intestinal se basa en mantener un equilibrio entre el huésped, los microbios, el entorno intestinal y la composición del pienso. Cuando la salud intestinal es óptima vemos una digestión casi completa de éste y la subsiguiente absorción de los nutrientes. Pero cuando la salud intestinal es subóptima, la malabsorción y un desequilibrio intestinal son probables debido a una digestión incompleta.

Esto puede originar un crecimiento excesivo en la población microbiana y un cambio de bacterias beneficiosas. Así que ahora, los “chinches” malos están luchando contra los buenos.   Cuando practico una necropsia presto especial atención al GIT tanto en su exterior como en su interior.

Incluso si el problema es de tipo respiratorio o por una infección por Escherichia coli y no hay un problema de salud intestinal real, sigo examinándolo de cerca. Miro el buche, el proventrículo y la molleja. En el tracto intestinal en sí busco signos de coccidiosis y enteritis necrótica, intentando ver si la pared intestinal es delgada. Busco vermes. Compruebo la viscosidad del contenido intestinal, los ciegos y el color del intestino en sí. Cualquier cosa fuera de lo común es una bandera roja.

Obviamente, hay una amplia variedad de factores que pueden afectar a la salud intestinal. Además de la alimentación y el agua, las condiciones de la incubación y la limpieza de los envases de los huevos, está el manejo de la granja, del entorno y de las naves en sí, al igual que las medidas de bioseguridad tanto en las explotaciones. Y si esperamos tener programas NAE de éxito en el futuro debemos mejorar en todos estos campos. En comparación con hace tan sólo 3 a 5 años, tenemos una comprensión mucho mejor de que cualquier impacto negativo en la salud intestinal – relacionado con enfermedades o no – afecta negativamente el rendimiento y el bienestar. Las empresas avícolas están aprendiendo a superar los retos relacionados con la producción NAE, refinando sus programas nutricionales, adoptando las últimas tecnologías y cambiando las prácticas de manejo de las aves.

La conversión de la producción convencional a la NAE se puede hacer, aunque viene con una reducción de la eficiencia y un aumento de los costes. El mantener una producción NAE es posible, aunque dependiendo en gran medida de lo bien que entendamos y controlemos la salud intestinal.

 

(*) NAE: “No Antibiotics Ever”, Sin antibióticos nunca.

  TOM TABLER Poultry Health Today, 5-1-2021  

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