Este artículo es parte de la edición de abril, 2020

LA FAO alerta de que el Covid-19 afectará a la cadena alimentaria mundial

Oferta, demanda y distribución de alimentos pueden verse alterados en las próximas semanas

  La FAO ha editado algunos documentos de interés para advertir de que es esencial evitar que la pandemia del Covid-19 tenga consecuencias desastrosas, no solo en el ámbito sanitario, sino para la disponibilidad de alimentos de la población mundial. Los Directores Generales de la OMS, la FAO y la OMC, Tedros Adhanom Ghebreyesus, QU Dongyu y Roberto Azevedo hicieron el 31 de marzo una declaración conjunta dirigida a mitigar los efectos del Covid-19 en el comercio y los mercados de alimentos. INPROVO ha resumido las principales conclusiones de dicho informe de la FAO que listamos a continuación:  

Efectos en la cadena de suministro de alimentos

Aunque a nivel mundial hay suficiente comida para todos, los políticos de todo el mundo deben actuar con cautela para no repetir los errores cometidos durante la crisis alimentaria de 2007-08 y no convertir esta crisis de salud en una crisis alimentaria completamente evitable. A medida que el virus se propaga, el sistema alimentario mundial se tensará en las próximas semanas y meses. Los cierres de fronteras, las cuarentenas y las interrupciones de los mercados, la cadena de suministro y el comercio podrían limitar el acceso de las personas a fuentes de alimentos suficientes, diversas y nutritivas, en especial en los países afectados duramente por el virus o por inseguridad alimentaria. Hasta ahora el suministro de alimentos ha sido adecuado y los mercados se han mantenido estables, pero hay cuellos de botella logísticos y es probable que se produzcan menos alimentos de alto valor. A partir de abril y mayo, las restricciones de movimientos y el comportamiento básico de aversión de los trabajadores, pueden dificultar el trabajo de los agricultores y los procesadores.  

Riesgos en la oferta

La organización de la ONU para la agricultura y la alimentación – FAO – está especialmente preocupada por los efectos de la pandemia en los países vulnerables que ya están luchando contra el hambre, que han sido afectados por otras crisis y los que dependen en gran medida de importaciones de alimentos y de exportaciones primarias, como el petróleo. La escasez de mano de obra podría afectar a la producción y elaboración de alimentos, en particular en el caso de los cultivos intensivos en mano de obra. Los grupos vulnerables incluyen también a los pequeños agricultores, que podrían tener dificultades para trabajar sus tierras, acceder a los mercados para vender sus productos o comprar semillas y otros insumos esenciales, y que pasarán dificultades si aumenta el precio de los alimentos por su poder adquisitivo limitado. Además, hay millones de niños que están perdiendo los almuerzos escolares de los que dependen. Los países en desarrollo y África corren un riesgo especial, ya que la enfermedad puede provocar una reducción de la mano de obra para la agricultura, pero también porque la mayoría de los países afectados por crisis alimentarias se encuentran en África subsahariana. No se prevén subidas bruscas de precios en los principales productos básicos en los que hay suministros, existencias y la producción es intensiva en capital, pero son más probables en el caso de los productos básicos de alto valor, sobre todo la carne, a muy corto plazo, y los productos básicos perecederos.  

Efectos en la demanda

Al inicio del brote de COVID-19, ha habido un aumento significativo de la demanda de alimentos. Ésta es en general poco elástica y su efecto en el conjunto del consumo será probablemente limitado, aunque los hábitos alimentarios pueden verse alterados. Por ejemplo, por una reducción del consumo de carne por la creencia infundada de que los animales puedan transmitir el virus, y de otros productos de mayor valor, como frutas y hortalizas, que podrían provocar una caída de los precios. La demanda de alimentos en los países más pobres está más vinculada a los ingresos y su caída repercutiría en el consumo. El temor al contagio puede reducir las visitas a los mercados y restaurantes, y aumentar las comidas en el hogar y las compras en el comercio online – como se observa en China -. Tras el brote de coronavirus, unas medidas destinadas a evitar la propagación de la enfermedad podrían afectar a la producción y el comercio agrícolas, como los controles más estrictos a los buques de carga, con riesgo de poner en peligro el transporte marítimo, o las limitaciones a la circulación de personas – como los trabajadores de temporada -, con repercusiones en la producción agrícola y en los precios de mercado a nivel mundial. FAO invita a los países a favorecer el comercio fluido de alimentos y evitar sobrecostes para impedir que la falta de suministros de alimentos y piensos – así como de insumos agrícolas -, empeoren las condiciones locales ya bajo presión por las medidas de respuesta al COVID-19. También recuerda que es importante reforzar la seguridad alimentaria en los países más prósperos que actualmente están más afectados por casos de COVID-19, ya que es probable que las medidas de confinamiento y parada de la actividad afecten gravemente a los ingresos de los más vulnerables.

Índice Mundial de evolución del Precio de los Alimentos de la FAO. Actualizado hasta marzo 2020 inclusive.

 

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