Este artículo es parte de la edición de marzo, 2020

Mejora de la bioseguridad en las granjas

La bioseguridad en las granjas avícolas ha recorrido un largo camino pero todavía queda mucho por hacer

Joseph Giambrone . Poultry Health Today

  • El mantenimiento del bienestar de las manadas y la reducción de pérdidas económicas son dos incentivos obvios para aumentar la bioseguridad, pero ello no es suficiente.
  • En Estados Unidos, las granjas con influenza aviar de baja patogenicidad que deben sacrificar a sus manadas no serán compensadas por el gobierno si no han implementado unas buenas medidas de bioseguridad.
  • En general, la mayoría de las granjas avícolas de Estados Unidos están haciendo un buen trabajo con la bioseguridad.

 

Lo que les gusta es:

  • Que los vehículos generalmente se estacionan fuera de la granja y, en algunos casos, los visitantes tienen que tocar la bocina, lo que hace que el criador salga y revise las medidas de bioseguridad.
  • Que las granjas utilizan habitualmente pediluvios pero debido a que los que contienen líquidos tradicionales pueden contaminarse con material orgánico, ahora se están sustituyendo con un polvo que contiene lejía.
  • Que la mayoría de las granjas avícolas ahora están cercadas y cerradas con letreros sobre los procedimientos de bioseguridad.
  • Que todos los que entran a la granja deben registrarse.
  • Que las bolsas desechables para zapatos y las batas se han convertido en algo estándar.
  • Que se pide a los visitantes que se froten las manos con un desinfectantes antes de ingresar en las naves.

 

Otras tendencias positivas incluyen

  • una mejor desinfección del agua,
  • asegurarse de que los piensos no contengan virus o bacterias,
  • proporcionar una mejor ventilación y
  • un buen manejo de la yacija y realizar más compostaje.

 

Fallos restantes

Pero aun así, hay un amplio margen de mejora, aunque no todas son soluciones rápidas..

  • Por ejemplo, creemos que algunas granjas están demasiado juntas, lo que puede facilitar la transmisión de enfermedades por el viento. No hay mucho que se pueda hacer al respecto, pero idealmente las granjas deberían estar separadas por al menos 4 o 5 km.
  • Otro reto importante es la aplicación continua de las normas de bioseguridad ya existentes. En muchas granjas grandes los criadores tienen empleados externos y contratan personal de fuera pero no siempre se asegura que se cumplan las reglas, lo que es un fallo.
  • Además, no todos los productores entienden que visitar a familiares o amigos que tienen aves en otras granjas puede ser un vector de enfermedades. Del mismo modo, es importante asegurarse de que los cuidadores no tengan aves de corral.
  • Otra preocupación es que hay muchos nuevos productores en el sector avícola, que de repente deciden que quieren ingresar en él, pero no necesariamente entienden la microbiología.

EN CONCLUSIÓN

El personal de servicio de un criador debería sentarse con ellos para recalcar la importancia de la bioseguridad y recomendar controles de rutina que incluyan la inspección de la granja y el control de los datos de la misma.

Con respecto a los nuevos criadores, el personal de servicio debe inspeccionar las granjas para verificar la limpieza y el saneamiento antes de que lleguen las aves. Y durante esa primera semana de la crianza es fundamental reunirse varias veces con ellos.

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