Recibe Selecciones Avícolas en versión impresa
SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de junio, 2019
Ni bonita, ni hueca, la palabra sostenibilidad ha venido para quedarse.
En una sociedad cada vez con mayor conciencia sobre el calentamiento global y la contaminación por plásticos, el consumidor pide, exige, cada vez mayor sostenibilidad.
No busca “palabras bonitas”, sino que realmente aquellos alimentos que compra cada vez sean más sostenibles, y no quiere que le engañen.
Esto, que algunos pueden verlo como otra vuelta de tuerca, tras las presiones por la calidad, la salud y el bienestar animal, puede convertirse en un problema o en una oportunidad. Ya no es cuestión que la ley obligue o no, sino de atender lo que el mercado demanda.
Hay modas y tendencias, esto no es una moda, es una tendencia.
Dentro de la sostenibilidad, está la galopante preocupación y rechazo al uso indiscriminado de plásticos que tardan miles de años en desintegrarse.
Una alta sensibilidad a este rechazo al uso de plásticos, marketinizando la marea antiplásticos, es lo que ha hecho la cadena madrileña de supermercados “delicatessen” Sánchez Romero anunciando que, desde junio 2019, además de tener el 100% de sus huevos provenientes de sistemas libres de jaulas – que es una manera simple de decir que tienen huevos 2, 1 y 0 – no venderán tampoco ni un solo huevo envasado en plástico.
¿Un grano de arena?, quizás, pero estamos seguros de que esta estrategia que han adoptado de vender solo huevos envasados con envases sostenibles y con 0% de plásticos propulsará sus ventas de huevos y mejorará su imagen.
Hay que tomar nota pues para nuestro próximo encargo de envases de huevos, y en todas nuestras fases de producción de huevos o carne, la sostenibilidad no puede ser solo una palabra bonita, debe ir acompañada de hechos, u otros nos tomarán el relevo.
Federico Castelló
Real Escuela
de Avicultura