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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de junio, 2019
En Estados Unidos cunde la preocupación del sector avícola y las autoridades sanitarias por los numerosos brotes que se han presentado últimamente en los últimos meses de la enfermedad de Newcastle, una afección de las aves domésticas cuyo último brote detectado databa del año 2003.
La enfermedad, conocida también como “peste aviar” – aunque erróneamente – ya que ésta es la actualmente preocupante influenza aviar, por su propagación por todo el mundo – se ha extendido mayoritariamente en el Estado de California en el que se ha informado de 400 brotes en los últimos meses, además de otros dos en los Estados vecinos de Arizona y Utah. En todos los casos ha afectado a aves de traspatio, aunque la mayor preocupación viene de que, en California, en tres de ellos se trataba de manadas comerciales de ponedoras.
Todos los brotes han sido producidos por la variante velogénica o muy virulenta de la enfermedad, cursando con claras lesiones en el tracto respiratorio y el digestivo. Según el Prof. Giamborone, de la Universidad de Auburn, su difusión más probable ha tenido lugar a través de aves silvestres, contra las cuales las aves de traspatio no se hallan protegidas mediante la vacunación, como ocurre con las aves comerciales.