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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de mayo, 2019
Es posible que la falta de precisión en las reglas que uno aplica esté afectando a sus resultados de la incubación. Estas se establecieron, desde hace muchos años, a partir de una metodología de carga múltiple y suponen un hábito arraigado para nosotros, aunque ya sea hora de actualizarlas en esta época de carga única en la que estamos para que se adapten al método de incubación de carga única, más preciso y totalmente flexible. Echemos un vistazo a algunas de las reglas actuales.
Al margen de la metodología, el tipo de máquina que se emplee o la experiencia que tenga el jefe de planta de incubación, hay algunas reglas aplicables a todas las nacedoras, puesto que afectan a los requisitos básicos de los embriones:
•Regla nº 1: Los huevos de una alta calidad consistente proporcionan los mejores resultados.
•Regla nº 2 La bioseguridad es de suma importancia.
•Regla nº 3 Los equipos deben disponer de un buen mantenimiento y estar bien ajustados.
Otras reglas no han resistido el paso del tiempo o deben ser matizadas.
El CO2 es perjudicial por encima del 0,45 %
Esta es una frase que aplican sin cuestionar muchos jefes de plantas de incubación. Sin embargo, a pesar de ser una afirmación cierta en la fase exotérmica del proceso de nacimiento, no lo es en la fase endotérmica. La presencia de más CO2 en la fase del desarrollo cardiovascular puede mejorar el conjunto del desarrollo vascular y coronario, así como repercutir en el rendimiento post-nacimiento. Por lo tanto, las máquinas de carga única modernas deben ser estancas para tener la posibilidad de acumular valores de CO2 en la fase endotérmica. Una vez más, en la fase exotérmica, unos perfiles bajos de CO2 resultan fundamentales para la fase de crecimiento del embrión.
Para conseguir una buena incubabilidad hace falta un 12% de pérdida de peso
Otro ejemplo es la regla de que “una pérdida de peso del 12 % es importante para una buena incubabilidad”. A tenor de los resultados de nuestros ensayos, observamos que no es totalmente cierto. Por el contrario, la gravedad específica – densidad y porosidad de la cáscara – parece postularse como el elemento clave en este contexto. Los huevos que tengan una gravedad perfecta proporcionarán los mejores resultados. A todas luces, esto es más importante que una pérdida de peso perfecta.
Los pollitos necesitan alimento y agua inmediatamente tras nacer
Lo mismo sucede con este último ejemplo de que “el suministro inmediato de alimento y agua es importante para el rendimiento post-nacimiento y para el bienestar de los pollitos”, que tampoco es correcto. Se trata simplemente de medir los tiempos. El suministro inmediato de alimento y agua no es necesario, pero sí hacerlo en el momento oportuno. Profundicemos un poco más en este aspecto.
Los exhaustivos ensayos comparativos realizados durante los últimos dieciocho meses han demostrado claramente que existe un momento óptimo para la alimentación de los pollitos. El quid de la cuestión es que, cuando las condiciones de incubación no son las ideales, la ventana de nacimiento que se genera es muy amplia. En una situación de este tipo, huelga decir que el rendimiento de los pollitos a los que se les suministre agua y alimento de inmediato será el mejor.
Sin embargo, ¿qué sucede si no les suministramos alimento y agua de inmediato? Al formular esta pregunta se tiende a pensar en unas consecuencias terribles para el bienestar animal, cuando, en realidad, no hay ningún motivo para el pánico. Solo tras más de 48 horas sin alimento ni agua se produce un efecto negativo sobre el rendimiento de los pollitos, e incluso tras más de 72 horas todavía no se aprecian efectos significativos en la mortalidad. Evidentemente, no es necesario esperar tanto tiempo, pero lo que sí queda demostrado es que los pollitos no necesitan el antedicho suministro inmediato tras su nacimiento.
La naturaleza como referente
Al fin y al cabo, la inspiración de la que surgen las reglas de oro la tenemos justo delante: la naturaleza. Nosotros utilizamos la naturaleza como referente para la optimización del rendimiento y el desarrollo de sus productos y al reconsiderar constantemente las reglas, logramos entender mejor a la gallina madre. Nuestros equipos deben centrarse, fundamentalmente, en alcanzar la máxima incubabilidad y el mejor rendimiento post-nacimiento, sin perder nunca de vista otro criterio igualmente importante: el bienestar animal. Este enfoque nos ha permitido diseñar distintas soluciones que imitan a la naturaleza, desde el almacenamiento hasta el rendimiento post-nacimiento. En resumen, la incubación de carga única con ayuda de las tecnologías oportunas nos permitirá convertirnos en los “padres perfectos”. De este modo, podremos alcanzar nuestro fin último: obtener un beneficio máximo de por vida, mano a mano con la naturaleza.