Este artículo es parte de la edición de mayo, 2019


La densidad de población puede afectar más a la  temperatura corporal que la temperatura del aire

Michael Czarick y col

Poultry Housing Tips, Univ. of Georgia, 30: 6. 2018

A menudo se asume que las aves más grandes son más propensas al estrés por calor, principalmente debido a su tamaño. Después de todo, el ave más grande produce más calor que otra más pequeña. Además, un ave grande tiene una menor relación área/volumen, lo que esencialmente significa tiene menos superficie por cada unidad de calor para producir carne, lo que dificulta su enfriamiento a través del movimiento del aire. Por último, pero no menos importante, un broiler muy grande tiende a estar mejor emplumado que otro más pequeño y, por lo tanto, mejor aislado que éste. Aunque el tamaño de las aves es un factor importante que contribuye al estrés por calor, lo que realmente tiene mayor influencia es la densidad de población en la que se crían. Cuanto mayor sea la densidad, menor será el movimiento de aire entre las aves, lo que hace que menos se disipe su calor. Además, un menor movimiento de aire alrededor de un ave conducirá a un aumento de la temperatura y humedad en sus inmediaciones, lo que reduce aún más su capacidad para perder el exceso de calor.

 

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Fig.1. Lote experimental de baja densidad

Fig.2. Lote experimental de alta densidad
 

La figura 1 ilustra la temperatura corporal profunda de 7 grandes broilers colocados en unidades de investigación a una densidad extremadamente baja:  6 m2 /pollo, como se muestra en la foto adjunta. Había un movimiento de aire mínimo sobre las aves de siete semanas de edad al no haber ventiladores en marcha ni enfriamiento evaporativo de la nave, con lo que durante los dos primeros días del estudio la temperatura se mantuvo entre unos 24-25 ºC

Las altas velocidades del aire, han permitido criar unos pollos a unas densidades imposibles de otra forma durante el verano.

Y aunque la temperatura de la nave estaba unos 6 ºC por encima de lo que normalmente se recomienda para los pollos de engorde de siete semanas – 18 ºC -, la temperatura corporal de todas las aves se mantuvo dentro de un grado de lo que se consideraría normal – 41 ºC -. Incluso cuando la temperatura de la nave aumentó por encima de los 30 ºC en el tercer y cuarto día del estudio, la temperatura corporal profunda de las aves solo aumentó 0,6 ºC, a excepción de un ave sola cuya temperatura aumentó en 1,1 ºC. Las aves no mostraron ningún signo de estrés por calor durante el estudio y el mínimo aumento se la temperatura corporal visto en el tercer y cuarto día del estudio no habría afectado adversamente al peso o a la conversión.

 

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Fig.3. Temperatura corporal profunda de las aves colocadas a una densidad de 6 m2 /pollo = 0,6 kg/m2

 

 

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Fig.4. Temperatura corporal profunda de las aves colocadas a una densidad de 0,93 m2/pollo = 35 kg/m2

 

En un lote adyacente, los pollos se colocaron a una densidad comercial de unas 10,8 ave/m2 = 35 kg/m2. Aunque la temperatura del aire, la humedad y el movimiento del aire fueron los mismos que los de los otros pollos criados a una densidad extremadamente baja, las temperaturas corporales fueron muy diferentes – figura 4 -. Durante los dos primeros días del estudio, cuando la temperatura ambiente estaba entre 24 y 25 ºC las temperaturas corporales de las aves fueron de 1,2 a 2,2 ºC por encima de lo normal. En el tercer día, cuando la temperatura de la nave subió a 29 ºC, las temperaturas corporales fueron de 1,7 a 3,4 ºC por encima de lo normal y en el último día estudio cuando la temperatura ambiente alcanzó 30,6 ºC, las temperaturas corporales eran de 2,2 ºC o más por encima de lo normal, teniendo en cuenta que cuando la temperatura corporal pasa de 45,5 ºC el ave sucumbe por el calor. Como se puede suponer, el aumento de peso durante el período de estudio para estas aves fue la mitad del de los criados a la muy baja densidad de 0,6 kg/m2.

 

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  • Fig.5. Imagen térmica de los pollos criados con una velocidad del aire de unos 150 m/min. «La densidad puede tener mayor impacto en el confort térmico que el tamaño del pollo e incluso que la temperatura de la nave»
  • Fig.6. Imagen térmica de los pollos criados con una velocidad del aire de unos 90 m/min.
  • Fig.7. Imagen térmica de las aves a alta densidad cerca de los paneles de refrigeración.
 

Es interesante hacer observar que no hubo una correlación muy fuerte entre la temperatura corporal y el tamaño de las aves. Aunque los pollos 1 y 2 pesaron esencialmente lo mismo – 3,4 y 3,2 kg -, aquel tenía una de las temperaturas corporales más bajas del grupo, mientras que éste una de las más altas. Aunque se hubiera podido esperar que el ave 4, siendo la menos pesada – 3,0 kg -, tendería a tener uno de los temperaturas corporales más bajas, de hecho tuvo algunas de las más altas en el tercer y cuarto día del estudio. La relativamente mala correlación entre el peso de las aves y la temperatura corporal indica que ésta resulta afectada por una variedad de factores, no solo el tamaño. Estos factores incluyen el ritmo de crecimiento, el consumo de alimento, la cobertura de plumas y la genética, por nombrar solo a algunos. Pero en este estudio no fue el tamaño de las aves ni ninguno de estos factores la causa principal de las elevadas temperaturas corporales, sino densidad de población.

¿Significa esto que las aves no pueden criarse en densidades comerciales tradicionales durante las épocas de calor sin experimentar incrementos dramáticos en la temperatura corporal y/o unas reducciones igualmente dramáticas en el rendimiento? Por supuesto que no.

«Aunque el tamaño de las aves es un factor importante que contribuye al estrés por calor, lo que realmente tiene mayor influencioa es la densidad de población en la que se crían.»

Nuestro estudio fue llevado a cabo sin el nivel de movimiento de aire que se experimenta típicamente en cualquier nave comercial moderna de broilers – más de 180 m/min – y sin el beneficio del enfriamiento evaporativo – figuras 5 y 6 -. Numerosos estudios han demostrado que con el adecuado movimiento de aire sobre las aves el rendimiento y la comodidad de éstas se pueden mantener durante el tiempo de calor mientras se esté criando a unas densidades comerciales tradicionales.

Pero lo que este estudio señala es que la densidad puede tener un mayor impacto en el confort térmico de un pollo que su tamaño o incluso que la temperatura de la nave. Por ejemplo, para las aves criadas a un una densidad extremadamente baja, aumentando la temperatura de la nave 4,5 ºC, de 23,9 a 29,4 ºC, la temperatura corporal aumentó aproximadamente uno grado por encima de lo normal. Pero a una densidad de 35 kg/m2, la temperatura corporal fue de unos 1,7 ºC por encima de lo normal a 24 ºC. Se podría argumentar que pese a que el termómetro indicaba que la temperatura de la nave era de 24 ° F, el aumento de la temperatura corporal es más indicativo de cómo reaccionarían las aves si la temperatura de la nave fuera superior a 29,4 ºC si se hubieran criado a muy baja densidad.

«La densidad puede tener mayor impacto en el confort térmico que el tamaño del pollo e incluso la temperatura de la nave»

En otras palabras, la densidad aumentó la temperatura efectiva del aire – la que las aves perciben –en más de 5,7 ºC. Nuevamente, el estudio se realizó en una nave sin el movimiento de aire suplementario que existiría en cualquier granja comercial, pero ilustra el papel tan importante que juega la densidad en la comodidad de las aves a cualquier temperatura de la nave.

Este estudio demuestra que hay más factores para determinar la «temperatura ideal del aire» que solo la edad de las aves, como son la humedad y el movimiento del aire. Y aunque la densidad de población afecta al acceso de un ave a los comederos y bebederos, en igual a mayor medida de importancia, afecta a su confort térmico. Se debe prestar tanta atención al manejo de la densidad de población en una nave que a la temperatura, la humedad relativa y el movimiento del aire para maximizar la comodidad y el rendimiento de las aves.

Por ejemplo:

1) No tener en cuenta la densidad al determinar las temperaturas objetivo puede originar una reducción del rendimiento de las aves. Por ejemplo, la temperatura óptima del aire para un broiler de 35 días depende de cuándo se vaya a vender. Si es a los 42 días, el espacio alrededor de las aves a los 35 días tenderá a ser muy bajo en comparación el que habría si se saca a los 60 días. Un menor espacio alrededor de cada ave tenderá a aumentar la temperatura corporal en comparación con la de aquellos criados hasta 60 días, lo que significa que se necesitaría una temperatura ambiente más baja y más velocidad del aire a mantener a que las aves de 35 días se sientan confortables y que puedan criarse hasta de 42 días en comparación con las criadas hasta 60 días.

2) Las velocidades de aire objetivo en naves con ventilación túnel pueden ser más de una función de la densidad a la que se colocan las aves que el tamaño real de los pollos criados. A menudo se piensa que las velocidades del aire pueden ser mucho más bajas en las naves que crían los pollos hasta 2,3 kg que en las que lo hacen hasta 3,6 kg. Aunque un pollo mayor puede ser más difícil de enfriar que otro más pequeño, el hecho es que aquel produce más calor por kilo que este último. Y un espacio reducido entre las aves al final de la crianza puede tener un efecto tan perjudicial sobre la temperatura corporal de una pequeña ave, y por lo tanto sobre su rendimiento, como sobre unos pollos más grandes. Por lo tanto, la velocidad del aire ideal para naves que crían broilers pequeños y grandes pueden no ser tan diferentes como muchos creen.

3) El efecto que la densidad puede tener en la temperatura efectiva para un pollo de engorde se ve normalmente en naves con ventilación túnel – figuras 7 y 8 -.
Aunque las temperaturas del aire son más bajas en el extremo de la nave con los paneles de refrigeración, muchas veces las aves más pesadas se pueden encontrar hacia el otro extremo de la misma, en el cual las densidades son más bajas debido a la migración que ha habido.

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Fig.8. Imagen térmica de aves a baja densidad cerca de los ventiladores del túnel, en la nave de la foto anterior.

 

4) Para asegurarse de que la temperatura efectiva sea la misma en toda la nave, las cercas de migración deben instalarse durante todo el año. Aunque las diferencias de densidad de aves tienden a ser más problemáticas durante la época de calor, la densidad de población puede tener un efecto significativo sobre el confort térmico de un ave cuando las temperaturas de la nave son poco más de los 20 ºC. Así que aunque el sensor del controlador puede mostrar una pequeña diferencia, el hecho es que si hay distintas densidades dentro de una nave, las diferencias en la temperatura efectiva podrían ser mucho mayores que lo que indica éste. Para ayudar a manejar uniformemente la densidad de población las cercas de migración deben colocarse cada 30 m e instalarse dentro de las dos primeras semanas.

«Para ayudar a manejar uniformemente la densidad de población las cercas de migración deben colocarse cada 30 m e instalarse dentro de las dos primeras semanas»

5) Cuanto mayor sea la densidad de población menos representativos son los sensores de temperatura ambiental percibida por las aves. Cuando hay mucho espacio alrededor de las aves, normalmente hay una mínima diferencia en la temperatura del aire a unos 60 cm sobre el piso en relación con la que se encuentra a nivel de las aves Pero a medida que aumenta la densidad hacia el final de la crianza y disminuye el movimiento de aire entre las aves la temperatura del aire y la humedad entre las aves tenderá a ser más alta que la que hay a unos 60 cm por encima de ellas. Cuanto mayor sea la densidad, mayor es la diferencia entre lo que el sensor indica sobre la temperatura de la nave y la que se percibe por las aves.

6) Para crear una curva precisa sobre el «efecto de enfriamiento» gracias a la velocidad del aire, no solo es necesario tener en cuenta la edad de las aves y la temperatura de la nave sino también la densidad de población. Cuanto mayor sea la densidad, independientemente de la edad, menor será la cantidad de refrigeración producida a cualquier velocidad del aire.

7) Las altas velocidades del aire, corrientes en las naves modernas con ventilación túnel, han permitido a los productores criar unos pollos a unas densidades imposible de otra forma durante el verano. Sin el beneficio de la velocidad del aire y el enfriamiento evaporativo que se realiza en las modernas naves comerciales, las densidades tendría que reducirse dramáticamente para que los pollos se sientan confortables, incluso unas épocas moderadamente cálidas. De hecho, en base a los datos de los aumentos de peso recogidos en este estudio, la densidad de aves probablemente tendría que reducirse a la mitad.

 

 

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