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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de noviembre, 2018
¿AUTOSUFICIENCIA DE RUSIA EN GENÉTICA AVÍCOLA?
Según una reciente noticia de Bloomberg, Rusia está desarrollando sus propias líneas de reproductores pesados con el fin de que su producción de carne de pollo no tenga que depender de las dos principales empresas multinacionales actuales.
La línea de genética que se intenta lanzar al mercado es la Smena – “cambio, en ruso -, proveniente de los años setenta, es decir, de la época soviética y de la “guerra fría”, cuando el extinto régimen político ya quería independizarse del mundo occidental para su aprovisionamiento de carne de ave. Luego, a partir de los años noventa, con la entrada de las genéticas de reproductores pesados que predominan en el mundo, el proyecto quedó en la nevera, aunque se mantuvieron los stocks originales para unas posibles necesidades futuras.
Ahora, Vladimir Putin, el Presidente de Rusia, no quiere jugárselas en esta dependencia del país del exterior. Según ha indicado, el enorme poder que tienen los proveedores de reproductores pesados en el suministro de los 4 millones de toneladas de carne de ave que requiere anualmente Rusia para el abastecimiento de la principal fuente proteica de su población representa un riesgo inaceptable ya que “nadie sabe cual será la próxima tontería que se le ocurrirá a Mr. Trump”.
Según Vladimir Fisinin, Presidente de la Unión Avícola de Rusia, la responsable del proyecto, que el año pasado se enfrentó al contratiempo de tener que sacrificar a unas 200.000 aves a causa de un brote de influenza aviar, el resurgimiento actual de su propia genética se debe a la necesidad de prepararse para lo peor a la vista de la impredecible política de la Casa Blanca. Sin embargo, por parte norteamericana se afirma que, por ahora, ellos han sido muy escrupulosos para evitar la imposición de sanciones a Rusia para restringir el envío de alimentos y medicinas, pero que legalmente y técnicamente sería muy fácil el hacerlo.
El desarrollo de los reproductores Smena forma parte así del proyecto ruso de reducir su dependencia exterior de productos de primera necesidad, de igual forma que también lo están intentando con otros artículos, como son las carnes de vacuno y de cerdo, las patatas, la remolacha, etc.
Por su parte, Fisinin critica a aquellos que creen que la dependencia mundial de las actuales estirpes de reproductores pesados es incuestionable, diciendo que el proyecto Smena llegará a copar el 25 % del mercado ruso en el año 2025. En su grupo incluso de muestran optimistas de cara a la exportación, principalmente hacia algunos países asiáticos como puede ser Vietnam.•