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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de septiembre, 2018
SENDAS REMONTADAS
Finalizado ya el verano al redactar este comentario, veamos la evolución de los precios de nuestros productos en una época tan especial como es ésta, no tanto por su climatología como por los efectos de los masivos cambios en los flujos turísticos.
Comenzando por el pollo, nuevamente hay que destacar que mientras agosto se ha caracterizado por un mantenimiento de todas las cotizaciones del género en vivo, a lo largo de setiembre se han producido unos movimientos opuestos en los dos tipos que reseñamos, al alza el amarillo y a la baja el blanco. El hecho es tanto más paradójico si observamos la evolución de este artículo en las mismas fechas del año pasado, ante lo cual caben toda suerte de especulaciones…
En el sector del huevo, que recordemos había ido registrando una continua caída de precios en los últimos 4 meses, agosto reaccionó con un “sin cotización” en el mercado reseñado, cual si el producto ya hubiese tocado fondo. Pero luego, apenas iniciado septiembre, cambio súbito de panorama, con un alza continuada en todas las cotizaciones durante el mes.
A destacar, finalmente, la absurda diferncia entre las cotizaciones de los dos calibres superiores, ¡triplicada en lo que llevamos de este año!. Una situación que no recordamos que se hubiera producido con anterioridad en otros ejercicios y que, aun teniendo en cuenta los efectos del calor sobre la puesta y el peso de los huevos, nos lleva a plantearnos la lógica del planteamiento de algunos consumidores que tal vez ignoran que el de mayor calibre no es precisamente el de ”la compra maestra”, sino todo lo contrario.