Este artículo es parte de la edición de junio, 2018

¿PUEDE UNA VACUNACIÓN INADECUADA EMPEORAR LA SITUACIÓN FRENTE AL VBIA?

Según un destacado experto en salud avícola, una vacunación inadecuada no solo conlleva una falta de protección de las aves frente al virus de la bronquitis infecciosa aviar – VBIA -, sino que puede incluso empeorar la situación.

En la conferencia que impartió durante el Congreso de la Asociación Mundial de Veterinarios Avícolas de 2017, Mark Jackwood – (Universidad de Georgia, EE.UU. – subrayó que la vacunación es vital para frenar el ciclo de infección, replicación y mutación del virus de la bronquitis infecciosa aviar que lleva a la aparición de nuevas cepas. Sin embargo, también señaló que una vacunación inadecuada, al ser incapaz de evitar por completo la infección, puede empeorar la situación, ya que posibilita el desarrollo de nuevas variantes contra las que no disponemos de vacunas (1)

“Lo esencial es garantizar una vacunación adecuada. Con un buen programa de vigilancia y una aplicación correcta, las vacunas frente al VBIA funcionan muy bien”, indicó el experto. “Sin embargo, si la vacuna se administra de forma incorrecta, si no es eficaz frente a las cepas de campo prevalentes o induce tan solo una protección parcial, puede facilitar la aparición de nuevas cepas y hacer que el control de la bronquitis infecciosa sea aún más difícil de lograr”.

Una amplia diversidad genética

La bronquitis infecciosa aviar es una enfermedad muy contagiosa que afecta a los pollos y que tiene un gran impacto económico en el sector avícola mundial. El agente etiológico de la enfermedad, un coronavirus, afecta principalmente las vías respiratorias altas, aunque algunas cepas también causan lesiones renales que pueden provocar una nefritis. En gallinas ponedoras, el virus puede multiplicarse en el tracto reproductivo, lo que afecta a la calidad de los huevos y genera pérdidas en la producción (2)

Según Jackwood, la amplia diversidad genética del VBIA se debe en gran medida a la poca precisión en la manera en la que el ARN del virus se replica. Entre los virus ARN, el VBIA destaca por su poca habilidad para “corregir” los errores de replicación de su material genético, lo que se traduce en la frecuente aparición de mutaciones que pueden acumularse y facilitar la irrupción de cepas nuevas y más virulentas.

“La estrategia de los virus ARN es crear una gran diversidad genética que permita a parte de la población sobrevivir y multiplicarse en cualquier hospedador que infecte”, explicó. “Para que una nueva variante del VBIA se convierta en la cepa predominante en el campo debe contar con una ventaja selectiva que le permita eludir la respuesta inmunitaria y replicarse”.

Con el objetivo de ayudar a los productores a controlar las infecciones provocadas por nuevas cepas, los investigadores y fabricantes de vacunas evalúan constantemente combinaciones de vacunas para averiguar si pueden conferir una protección cruzada, una estrategia que ha demostrado ser eficaz con varias cepas del VBIA como la cepa Italian-02 (3). En caso de que la combinación de vacunas existentes no proporcione esta protección cruzada, pueden desarrollarse nuevas vacunas frente a cepas especialmente prevalentes o virulentas, como la variante QX presente en Europa, Medio Oriente y China, o la variante Georgia-08 de los EE. UU.

Sin embargo, ante el continuo surgimiento de nuevas cepas — muchas de las cuales nunca ocasionarán problemas extendidos — resulta imposible desarrollar una vacuna contra cada una de las nuevas variantes. Por este motivo, Jackwood señaló que la mejor estrategia es minimizar los factores que contribuyen a la aparición de nuevas cepas.

Evitar la infección

“El VBIA solo puede multiplicarse en el interior de las células del hospedador, por lo que la mejor manera de evitar la aparición de nuevas variantes es impedir, en primer lugar, que las aves se infecten”, recalcó Jackwood. La vacunación desempeña un papel crucial para evitar la infección, pero la eficacia de los programas vacunales depende de una planificación y administración cuidadosas, puntualizó el experto.

“El éxito de un programa de vacunación empieza con la vigilancia”, explicó. “Necesitas saber a lo que te enfrentas para seleccionar las vacunas que te permitan combatir los patógenos que están circulando en esos momentos”.

Los programas de vigilancia deben incluir tanto técnicas pasivas como activas, recomendó Jackwood. “Las técnicas pasivas, tales como las pruebas diagnósticas rutinarias realizadas en los lotes enfermos, nos aportan mucha información porque si detectas en las aves enfermas una y otra vez un virus en concreto, es un claro indicio de que debes prestarle especial atención. Luego, podemos recurrir a las técnicas activas para dilucidar cuán extendido está el virus en el entorno”.

Resulta también importante realizar un seguimiento para determinar cuándo la población de virus empieza a cambiar, añadió Jackwood. “Las cepas nuevas empiezan a surgir a raíz del fracaso de las vacunas. Los brotes en caso de vacunación son una advertencia para revisar si estamos aplicando un buen programa vacunal y prestar atención a las nuevas cepas que puedan aparecer”.

Seleccionar las cepas

Si se detecta la presencia de cepas de campo para las que no existe una vacuna homóloga, el primer paso es identificar cuáles de las vacunas disponibles confieren protección frente a virus filogenéticamente similares, apuntó Jackwood, y luego analizar la eficacia de distintas combinaciones de estas vacunas frente a las nuevas cepas.

“Algunas veces, las vacunas combinadas permiten lograr un buen control en el campo, pero otras veces no funcionan”, indicó. “Por ejemplo, la cepa DMV-1639 — que está causando muchos problemas en algunas zonas de EE. UU. — no responde a ninguna de las combinaciones que hemos analizado de vacunas disponibles en el mercado”.

El experto también recomendó utilizar varios antígenos vacunales para lograr una mayor protección. El total recomendado para cada ave depende de las cepas del VBIA presentes en el campo y de la duración del ciclo del ave. Así, mientras que dos o tres antígenos vacunales pueden ser suficientes para proteger a los pollos de carne, las pollitas de reposición pueden requerir un total de cuatro o más antígenos para adquirir la protección necesaria frente al mayor número de cepas a las que se verán expuestas a lo largo de su ciclo de vida más prolongado.

Con todo, para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada, Jackwood recomendó no administrar más de tres antígenos vacunales a la vez. “Cuando administras cuatro o más antígenos vacunales al mismo tiempo, el resultado puede ser una respuesta inmunitaria menos potente frente a una o más de las cepas incluidas en las vacunas”, advirtió. “Si los antígenos son muy similares entre sí, el sistema inmunitario del ave puede ser incapaz de distinguirlos y, si hay demasiados, no sabe a cuáles responder, por lo que intenta generar una respuesta frente a todos ellos y ésta queda diluida”.

“Si es necesario emplear más de tres antígenos, es mejor espaciarlos unas pocas semanas y administrar luego un refuerzo inactivado”.

Dosis y administración

Administrar una dosis correcta de la vacuna también es primordial, recordó Jackwood. “Mucha gente reduce la dosis para evitar reacciones intensas a la vacunación, pero olvidan que una reacción leve a la vacuna suele implicar también una respuesta inmunitaria débil”, advirtió. “Si queremos obtener una respuesta inmunitaria potente, debemos aceptar que se produzca algún tipo de reacción a la vacunación. Reducir la dosis permite a los virus de campo seguir multiplicándose y mutando, lo que conlleva un aumento de la diversidad genética y nuevos virus”.

Una vez preparada la vacuna, administrarla correctamente es fundamental para garantizar una protección adecuada, recalcó. “La temperatura es un factor muy importante, ya que las vacunas son frágiles y han de mantenerse frías para conservar toda su titulación”, explicó.

Jackwood también señaló que la vacuna puede estropearse en las cabinas de pulverización si no se realiza un mantenimiento adecuado del equipo o éste no funciona bien.

“La selección de la boquilla y del tamaño de la gota afecta a la uniformidad de la cobertura del aerosol en las cajas de pollitos. La humedad en la incubadora también debe controlarse de forma rigurosa, ya que influye en la tasa de evaporación cuando se administra la vacuna”, añadió.

Las vacunas disponibles en el mercado se someten a pruebas exhaustivas para comprobar su seguridad y eficacia

La vacunación es vital

Como conclusión, Jackwood subrayó la importancia de seguir de forma estricta los protocolos de vacunación.

“Las vacunas disponibles en el mercado se someten a pruebas exhaustivas para comprobar su seguridad y eficacia frente a cepas de campo específicas del VBIA. Pero incluso la mejor vacuna puede fallar si los métodos de vacunación adecuados no se aplican de forma rigurosa. Y si las vacunas frente al VBIA son incapaces de evitar la multiplicación de los virus de campo, el resultado puede ser la aparición de nuevas cepas patógenas”. 

Referencias

  1. «Infectious bronchitis virus: Genetic diversity and challenges for control.» XXth WVPA Abstract Book, 2017; 43
  2. http://www.poultryhub.org/health/disease/types-of-disease/infectious-bronchitis/
  3. http://www.infectious-bronchitis.com/1 BV-ltalian-02.aspx
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