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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de marzo, 2018
COMO RESERVORIO DE ENFERMEDADES
T. Derksen y col.
66th Western Poultry Dis. Conf. Sacramento, marzo 2017
En Estados Unidos, la tenencia de gallinas en casas rurales es una costumbre en auge, estimándose que en los próximos 5 años el 4 % de la población de algunas de las mayores ciudades del país están planeando el hacerlo.
Sin embargo, pese a ello, no se dispone de información acerca de la situación sanitaria o epidemiológica de estas aves, razón por la cual hemos realizado un estudio al respecto en California.
El estudio consistió en una encuesta realizada para averiguar el nivel de bioseguridad de las casas entrevistadas, con 34 preguntas hechas personalmente por la misma persona. Los lugares visitados se hallaban localizados en los condados (*) de Alameda, Napa, Sonoma y Yuba, tratándose de 41 casas rurales entre todas las cuales totalizaban 584 aves, variando entre 2 y 400 el número de cabezas en cada lugar.
Todas estas casas fueron clasificadas en dos grupos, según se hallarán a una distancia menor de 6,4 km de alguna explotación avícola comercial o bien mayor que ésta.
Los análisis de las muestras recogidas fueron realizados con kits comerciales ELISA (**) para los anticuerpos contra Mycoplasma gallisepticum -MG-, Mycoplasma synoviae -MS-, Ornithobscterium rhinotracheale -ORT-, bronquitis infecciosa -IBV-, la enfermedad de Newcastle -NDV-, laringotraqueítis infecciosa -ILT- e influenza aviar -AI-.
(*) “County”: literalmente “condado”, unidad administrativa anglosajona, con un equivalente similar en España como “comarca”.
(**) ELISA: “Enzyme linked immunoabsorvent essay”, Enzima inmuno-ensayo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados de la encuesta mostraron que la mayor parte de las casas visitadas no tenían implementada ninguna medida de bioseguridad que pudiera reducir el riesgo de infecciones en sus aves, como pudieran ser la prohibición de visitas, el ponerse un calzado diferente al manejar a sus aves, el disponer de medidas contra la presencia de aves silvestres, el renovar sus lotes acudiendo a una fuente certificada de confianza o al acudir a un laboratorio para determinar las casas de las bajas.
En cuanto a los análisis serológicos, se observó la presencia de anticuerpos contra ORT, IBV, MS, MG y ILT, con unas prevalencias del 97 %, 75 %, 73 %, 709 % y 49 %, respectivamente. Cinco lotes dieron positivo contra AI con el kit ELISA pero un subsecuente análisis por PCR (***) dio negativo contra este virus.
No se observó ninguna diferencia entre los diferentes lugares según estuvieran más o menos alejados de alguna explotación avícola comercial.
Los propietarios de aves de corral en sus casas demuestran la mayor apatía para implementar unas determinadas medidas de bioseguridad, como pueden ser un simple cambio de calzado o de vestuario o el lavado de manos para manejar a sus aves.
Los criadores deberían conocer unos mínimos requisitos para mantener a sus aves sanas, lo que redundaría en su beneficio por el riesgo que corren de algunas zoonosis de origen avícola, como una salmonelosis o una micoplasmosis.