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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de febrero, 2018
Poultry Health Today, Nov. 2017
Dos veterinarios especialistas en avicultura dicen que en la prevención de Escherichia coli la infección es clave en el manejo de las aves camperas y la reducción de empleo de antibiótico.
El E. coli es una bacteria que típicamente causa la infección conocida como colibacilosis en las aves domésticas a través de la exposición a agua contaminada, heces y polvo. Habitualmente asociado con las enfermedades respiratorias, el E. coli está relacionado con una variedad de patologías, como celulitis, colisepticemia, aerosaculitis, pericarditis, perihepatitis, sinovitis y peritonitis (1).
La colibacilosis puede tener un importante tributo económico. En las ponedoras, causa mayor morbilidad y mortalidad, especialmente cuando alcanzan el pico de puesta o después de retos físicos o infecciosos (2). En los broilers, la infección se ha relacionado con un tamaño y pesos inconsistentes en el procesado, así como con un aumento de decomisos por celulitis y al aerosaculitis (3)
Riesgos al aire libre
En los sistemas convencionales de producción de ponedoras y broilers, las estrategias de manejo de E. coli se han basado principalmente en la bioseguridad, el saneamiento y los tratamientos antibióticos según sea necesario. Pero Lloyd Weber, – veterinario y consultor avícola de Guelph, Ontario – dice que el aumento de los sistemas de aviario y camperos ha hecho más difícil el control de los factores de riesgo ambiental. Según él, “los niveles más altos de polvo se están convirtiendo en un problema”, dice Weber. La contaminación del agua en los recogedores de las tetinas es otro problema.
Los riesgos ambientales inherentes de la producción sin jaulas han hecho que la prevención sea aún más crítica, dice Weber. Además, el aumento de la presión para eliminar, o al menos reducir, el uso de antibióticos ha hecho que el E. coli más difícil de manejar.
Para combatir al E. coli en manadas de alto riesgo, Weber ha estado usando una vacuna en sistemas de puesta camperos y ecológicos que han tenido problemas con esta infección, aunque también ha encontrado que es eficaz en gallinas en jaulas.
Normalmente administra la vacuna en el criadero, asociada con una vacuna contra la bronquitis infecciosa. Sin embargo, también ocasionalmente ha administrado la vacuna en el agua de bebida más tarde de la vida de las pollitas para reducir el nivel de E. coli al cambiarse a la nave de puesta, no habiendo visto ningún efecto secundario.
Según la experiencia de Weber, la vacunación es especialmente importante para controlar la peritonitis por E. coli en las pollitas de 24 a 35 semanas, cuyo sistema inmunitario puede alterarse cuando entran en producción.
También ha estado usando la vacuna en granjas de broilers cuando los decomisos por celulitis han sido un problema. “No nos damos cuenta del número de aves que se decomisan por celulitis subcutánea o infección por E. coli “, dice.
Según Weber, cualquier decisión de usar una vacuna se basa en tres factores clave: seguridad, eficacia y coste. Hasta ahora, él está recibiendo buenos informes de los productores que sienten que la inversión les rinde beneficios.
“La vacunación también puede ofrecer alternativas para la protección de la salud, ya que los antibióticos se utilizan menos o se vuelven menos eficaces”, agrega.
Mike Petrik, director veterinario de los servicios técnicos en McKinley Hatchery, en St. Mary’s, Ontario, está de acuerdo en que la prevención de la infección por E. coli es vital ya que el sector continúa avanzando hacia los alojamientos de aviarios y tiende a dejar el empleo de antibióticos. “Con la escasa disponibilidad de antibióticos para las gallinas ponedoras y el aumento de la presión de infección con estos nuevos sistemas de alojamiento la prevención se convierte en una parte más crucial de los programas de salud”, dice.
Según Petrik, la planta de incubación comenzó a utilizar la vacuna contra E. coli cuando se dispuso de ella hace unos 5 años, originalmente para abordar los problemas de alta mortalidad en las manadas problemáticas. Petrik ha observado una reducción de la mortalidad en las aves vacunadas, tanto en sistemas camperos como en jaulas enriquecidas.
Ahora, administra la vacuna contra E. coli por nebulización, junto con una vacuna viva contra la enfermedad de Newcastle y otra contra bronquitis infecciosa a las 5 y 10 semanas de la edad. Así Petrik acepta la sugerencia de Weber de que puede ser interesante la revacunación contra E. coli más tarde en la vida de las pollitas, sin haber ningún efecto secundario.•
(2) Hy-Line colibacilosis en ponedoras: revisión. Ver http://www.thepoultrysite.com/articles/3378/colibacillosis-in-layers-an-overview/
(3) Poultry World. Colibacilosis. Ver http://www.poultryworld.net/Health/health_tool/colibacillosis-coli-granuloma-mushy-chick-disease-cellulitis