Este artículo es parte de la edición de diciembre, 2017

CAMPYLOBACTER: PATÓGENOS MAYORES
HUMANOS Y DE POLLO

T.J. Humphrey y L.K. Williams

XXIII European Symp. on Quality of Poultry Meat. Edinburgh, Sept. 2017

Según la Organización Mundial de la Salud – OMS – los Campylobacter spp. son los patógenos transmitidos por los alimentos más importantes en el mundo desarrollado. Se estima que alrededor del 1% de la población de la UE se infecta cada año y en el Reino Unido se cree que unos 700.000 casos tienen lugar anualmente.

Las dos principales especies responsables de la infección humana son el Campylobacter jejuni y el C. coli. En el Reino Unido el primero causa alrededor de un 90% de los casos y el último un 10%. La infección por Campylobacter puede ser grave y los síntomas principales en personas infectadas son dolor abdominal agudo, fiebre y diarrea abundante, que puede ser sanguinolenta, particularmente en niños. En alrededor del 1% de los casos la infección por Campylobacter tiene consecuencias a largo plazo, como artritis reactiva y el síndrome del intestino irritable. Se han identificado una amplia variedad de vehículos / fuentes de infección en el ser humano e incluyen el agua contaminada, la leche cruda y animales de compañía con diarrea. Sin embargo, la fuente más importante es la carne de pollo contaminado y varios estudios han identificado que hasta el 80% de los casos en humanos están relacionados con éste.

Las investigaciones de los brotes, el examen de los patrones de contaminación de las canales de pollo y los estudios sobre infecciones esporádicas han demostrado, en la mayoría de los casos, que el pollo contaminado con Campylobacter presenta dos amenazas para la salud humana. Se trata de los altos números de bacterias en la superficie de las canales y unos niveles de hasta 109 en las mismas, que representan una amenaza de contaminación cruzada, de los músculos y del hígado, con el peligro consiguiente para la salud si estos tejidos no se han cocinado adecuadamente.

En el Reino Unido, el hígado contaminado y los platos derivados de él son actualmente los vehículos más importantes de infección en los brotes, aunque no se sabe con certeza qué tipo de contaminación representa la mayor amenaza para la salud pública. Gran parte del enfoque de control actual en el Reino Unido está en la reducción de los niveles de superficie de las canales por Campylobacter. No hay duda de que hay fallos graves en la higiene de los alimentos, como el alto riesgo de infección que representa el contacto entre la carne cocida o los vegetales para una ensalada en una superficie sucia contaminada previamente por el pollo. Lo que no se ha hecho es establecer los riesgos y las vías de infección cuando se encuentran bajos números de Campylobacter en las superficies de la cocina.

Parece que hay una creencia general de que la presencia es igual al riesgo y, si bien sería mejor no tener células de Campylobacter en el asa de un armario, por ejemplo, es necesario determinar el riesgo real que esto plantea.

Uno de los problemas con el enfoque actual en la reducción de los niveles de contaminación superficial es que se remonta a artículos publicados hace más de 10 años cuando se sabía mucho menos sobre el comportamiento in vivo del Campylobacter en pollos y su resistencia al calor. La bacteria puede mostrar una resistencia extrema al calor cuando está unida a las superficies de los músculos del pollo y su comportamiento patogénico en los pollos significa que los tejidos comestibles están contaminados con más frecuencia que lo que se pensaba anteriormente. A menudo se dice, incluso en artículos publicados en los últimos 12 meses, que el Campylobacter es un comensal en pollos, pero existe una gran cantidad de evidencia, que se remonta a 1981, que muestra claramente que este no es el caso.

Cuando los pollos se infectan con Campylobacter pueden sufrir diarrea, tener dañada la mucosa intestinal y un menor bienestar y rendimiento. Algunos trabajos han informado sobre una mortalidad elevada y los estudios de campo respaldan estas observaciones. Es importante reconocer que las interacciones entre el Campylobacter y el pollo hospedador pueden depender principalmente de la cepa bacteriana y del tipo de ave. Un Campylobacter y su pollo huésped no siempre muestran un perfil de infección que sea representativo de otras aves y tipos de bacterias. El daño causado a la mucosa intestinal por algunas cepas de Campylobacter y algunos tipos de pollo facilita la propagación extraintestinal a los tejidos comestibles. El Campylobacter también puede causar la enfermedad de la hepatitis vibriónica y hay trabajos que han demostrado que existe una correlación directa entre los niveles macroscópicos observados de la enfermedad en el hígado y el número de bacterias.

La presentación se centra en los riesgos para la salud de los pollos y los humanos que plantea la propagación extraintestinal de Campylobacter, incluyendo la discusión de datos sobre los estudios tanto de campo como de laboratorio.

 
Con el apoyo de:
Categorías
En esta edición diciembre, 2017

Publicidad Leader

Leer

Publicidad Calier

Leer

publicidad CreAMINO

Leer

Publicidad Ige

Leer

Sumario diciembre

Leer

Índice de artículos / noticias publicados en Selecciones Avícolas

Leer

Otras ediciones

12 / 2022 LEER
11 / 2022 LEER
10 / 2022 LEER
09 / 2022 LEER
08 / 2022 LEER
07 / 2022 LEER
06 / 2022 LEER
05 / 2022 LEER
04 / 2022 LEER
03 / 2022 LEER
02 / 2022 LEER
01 / 2022 LEER
12 / 2021 LEER
11 / 2021 LEER
10 / 2021 LEER
09 / 2021 LEER
08 / 2021 LEER
07 / 2021 LEER
06 / 2021 LEER
05 / 2021 LEER
04 / 2021 LEER
03 / 2021 LEER
02 / 2021 LEER
01 / 2021 LEER
12 / 2020 LEER
11 / 2020 LEER
10 / 2020 LEER
09 / 2020 LEER
08 / 2020 LEER
07 / 2020 LEER
06 / 2020 LEER
05 / 2020 LEER
04 / 2020 LEER
03 / 2020 LEER
02 / 2020 LEER
01 / 2020 LEER
12 / 2019 LEER
11 / 2019 LEER
10 / 2019 LEER
09 / 2019 LEER
08 / 2019 LEER
06 / 2019 LEER
06 / 2019 LEER
05 / 2019 LEER
04 / 2019 LEER
03 / 2019 LEER
02 / 2019 LEER
01 / 2019 LEER
12 / 2018 LEER
11 / 2018 LEER
10 / 2018 LEER
09 / 2018 LEER
08 / 2018 LEER
08 / 2018 LEER
07 / 2018 LEER
06 / 2018 LEER
05 / 2018 LEER
04 / 2018 LEER
03 / 2018 LEER
02 / 2018 LEER
01 / 2018 LEER
11 / 2017 LEER
10 / 2017 LEER
09 / 2017 LEER
08 / 2017 LEER
06 / 2017 LEER
05 / 2017 LEER
04 / 2017 LEER
03 / 2017 LEER
02 / 2017 LEER
01 / 2017 LEER
12 / 2016 LEER
11 / 2016 LEER
10 / 2016 LEER
09 / 2016 LEER
08 / 2016 LEER
07 / 2016 LEER
06 / 2016 LEER
05 / 2016 LEER
03 / 2016 LEER
02 / 2016 LEER
01 / 2016 LEER
11 / 2015 LEER
10 / 2015 LEER
09 / 2015 LEER
08 / 2015 LEER
07 / 2015 LEER
06 / 2015 LEER
05 / 2015 LEER
04 / 2015 LEER
03 / 2015 LEER
02 / 2015 LEER
01 / 2015 LEER
12 / 2014 LEER
11 / 2014 LEER
10 / 2014 LEER
08 / 2014 LEER
07 / 2014 LEER
06 / 2014 LEER
05 / 2014 LEER
04 / 2014 LEER
03 / 2014 LEER
02 / 2014 LEER
01 / 2014 LEER
12 / 2013 LEER
11 / 2013 LEER
10 / 2013 LEER
09 / 2013 LEER
08 / 2013 LEER
07 / 2013 LEER
06 / 2013 LEER
05 / 2013 LEER
04 / 2013 LEER
03 / 2013 LEER
02 / 2013 LEER
01 / 2013 LEER