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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de septiembre, 2017
Avicops
Ya están aquí. Son prototipos, y no son baratos, pero una vez se empiecen a fabricar de manera industrial su precio caerá. Coexistirán con el cada vez más empresario-avicultor y menos operario-avicultor.
Hasta ahora hemos tenidos automatismos y sistemas integrales de control ambiental, ahora está llegando el turno a los robots. Para las granjas de pollos ya hay prototipos de robots que remueven y fumigan la cama, “patrullan la nave”, miden la “vitalidad” de nuestros pollitos y monitorizan los niveles de gases a la altura de los pollos y con lecturas no ya en el punto donde podamos tener las sondas sino a lo largo de toda la superficie.
La recogida automática de bajas es otro de los temas en que se está trabajando para automatizar.
En esencia se trata de pasar de los sistemas de automatización, circunscritos a un espacio 2D y “tontos”, a sistemas robóticos que puedan operar en las 3D y con sistemas de inteligencia artificial quea les permita tomar decisiones de forma autónoma, cómo por ejemplo discernir con plena seguridad entre un ave viva o muerta.
Para las granjas de ponedoras hemos podido ver desde robots tipo aspiradoras automáticas que dificultan/impiden la puesta en el suelo, o robots ya operativos en Japón desde hace años que circulan por los pasillos de naves industriales con jaulas limpiando y desinfectando todos y cada uno de los pisos y jaulas de esa nave, con ninguna intervención humana y permitiendo el uso de productos que requerirían grandes niveles de protección para el operario. Hasta incluso en granjas de ponedoras camperas con salida a parque ya se están usando a nivel experimental drones de 50 Euros con rutas automatizadas para ayudar a recoger las gallinas ponedoras del parque al atardecer, entre otras funciones. No creemos que ninguno de estos robots avícolas, “avicops” vaya a sustituir al buen avicultor, pero sin duda le permitirá reemplazar horas/persona dedicadas a tareas tediosas para invertirlas en horas/persona allá donde son más rentables, en vender mejor nuestros huevos o carne y el análisis y mejora continua de nuestros resultados zootécnicos.
El estudio de caso de este mes explica el caso de la granja de Alejandro Viguera en Litera, Huesca, totalmente autosuficiente y sin conexión a la red electrica en esta nave de 50.000 pollos.