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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de agosto, 2017
COSMA SE AFIANZA EN
NAVES PARA PRODUCIR
HUEVOS ECOLÓGICOS
Considerando el más elevado coste de la producción del huevo ecológico – código ”0” -, en comparación con los restantes tipos, es de sentido común que quien desee introducirse en este negocio desee aquilatar muy bien su inversión con el fin de operar en este mercado, ya de por sí difícil, entre otras cosas, por la creciente competencia a la hora de la venta.
Valga este preámbulo para explicar la decisión tomada hace un par de años por Josep Mª Galofré, al iniciarse en esta actividad y elegir para la instalación de su primer gallinero a la firma navarra COSMA, S.L. que, aportando una calidad demostrada desde hace años, resultaba la más interesante por la inversión a realizar en el mismo. Una decisión que ahora ha reconfirmado al ampliar la granja con la con la puesta en marcha de un nuevo gallinero montado por la misma empresa.
Situémonos en la granja
Pero antes de proceder a la descripción de la nueva granja, diremos que está situada en las afueras de Vila-rodona, en un lugar de difícil acceso, por lo escarpado del terreno, a unos 550 m de altitud.
Vila-rodona es una pequeña población enclavada en la comarca tarraconense de L`Alt Camp, lindante con la barcelonesa de el Penedés, caracterizándose, al igual que ésta, por la abundancia de viñas, en el caso de esta granja, casi hasta los mismos muros de las naves.
Obviamente, así no es de extrañar el nombre de esta granja, “Entrevinyes”, por esta ubicación en el lugar.
Dada esta dedicación de la zona al mundo del vino, una buena ventaja inicial es la de no tener ninguna otra granja avícola cercana. La más próxima, a unos 5 km.
En cuanto al criador, se trata de Josep Mª Galofré, un recién llegado al sector avícola, hace un par de años, pese a que, como todo el mundo en el campo, toda la vida había visto gallinas en su casa. Con 50 años de edad, por ahora opera solo con la ayuda de su esposa, Dolors, en la comercialización de los huevos que produce.
Un detalle a tener en cuenta: cuando, apenas llegados a la granja, hicimos ver a Galofré la conveniencia de disponer de una producción lo más regular posible de huevos para atender a su mercado, lo que resulta algo difícil contando solo con dos naves. Pero su rápida respuesta nos aclaró que, con la nave más antigua seccionada en dos para alojar a otros tantos lotes de gallinas y con la nueva nave, de la misma capacidad, ya en marcha, en la actualidad dispone de tres lotes con cuyas producciones puede atender bien a su creciente demanda de huevos ecológicos.
Las naves Cosma
La estructura de las mismas es la clásica de Cosma, con su característico techado en bóveda. La más antigua está situada en la parte baja de la finca y es de 10 x 54 m, con un almacén central de 4 m, mientras que la última es igual pero añade en un extremo un amplio almacén de 14 m, en el que se clasifican los huevos y se dispone de los servicios necesarios.
Como características constructivas a destacar tenemos las siguientes:
- • La cubierta es de tipo sándwich, estando montada “in situ” y se halla compuesta por un film de polietileno en su cara inferior, una doble manta de fibra de vidrio de 16 cm de espesor en total, como aislamiento y una lona ignífuga especialmente fabricada para Cosma, con un recubrimiento de PVC de 690 g/m2 de color verde, como capa exterior.
- • En los muros laterales y en los testeros, paneles sándwich de doble chapa lacada de 0,5 mm, con 5 cm de poliuretano – 40 kg/m2 – en su interior, colocado hasta el suelo para evitar el puente térmico del murete de unos 20 cm que lleva en su interior en todo el perímetro.
Las capacidades de cada una de las dos partes de la nave más antigua y de la última son casi idénticas, para 1.500 gallinas, a razón de las 6 aves/m2 que permite la legislación para una granja productora de huevos ecológicos.
Las dos naves tienen una orientación casi perfecta, con el eje largo en sentido E-W. En la cubierta de la nueva Galofré cuenta instalar este año placas solares fotovoltaicas, para poder tener un cierto ahorro en electricidad.
A destacar, en relación con la ventilación de ambas naves, que en el día de la visita, una de las jornadas más calurosas del pasado junio y sin nada de viento, que el ambiente que se respiraba en su interior era excelente, pese a la elevada densidad de población y a que no se cuenta con las chimeneas en la cúspide de la cubierta que suele ser frecuente ver en gallineros de anchuras superiores.
En la nave antigua las gallinas tienen acceso al parque por ambos lados, pero en la nueva solo por uno, en todo caso a través de 6 trampillas de salida en la fachada. En los parques se cuenta con sombrajos a base de lonas plastificadas sostenidas por varillas metálicas, aunque Galofré nos indica que las gallinas son muy perezosas en salir y se alejan muy poco de las naves. En el momento de la visita, ya al atardecer, aun no se les habían cerrado las trampillas de acceso a los parques – lo que se hace manualmente, por haber querido ahorrar en el mecanismo automático – y había pocas en ellos.
El equipo
El equipo de la nave vieja, ahora partida en dos, es de New Farms, incluido uno de los silos, mientras que el otro es de Insavi. La razón de esta diferenciación, solamente presupuestaria.
En ambos casos la disposición es la misma, con:
- • Un foso de deyecciones central, cubierto con slats de plástico, a unos 70 cm de altura sobre el piso.
- • Un ponedero de recogida automática, en el centro del foso, con un “paso” para personas, entre los dos lados, con un sistema de cierre diferente entre los equipos de los dos proveedores.
- • Un comedero de tolvas Roxell en la parte equipada por New Fams y de canal, con arrastre por cadena, en la de Insavi, situados sobre el foso
- • Bebederos de tetina, con recuperador, también sobre el foso, en una soila línea..
- • Aseladeros sobre el foso, de varios niveles
Un detalle accesorio es el de la colocación de unas rampas de acceso a la superficie de slats del foso, en la nave equipada por Insavi, aunque no en la de New Farms. Aunque, según Galofré, las gallinas no tienen más dificultad en acceder a esta zona con estas rampas o sin ellas.
Para iluminación se dispone de 3 tubos fluorescentes de 56 w en cada nave, en el eje central, además de otros varios.
El manejo
Las pollitas se adquieren en Granja Sta. Isabel, de Córdoba, entrándole con 18 semanas de edad. Obviamente son de crianza ecológica y muy caras, a 7,50 € unidad
Las aves actuales son Tetra en el caso de la manada de más edad y Lohmann las de las otras dos.
En los dos primeros lotes empleó paja en el suelo, pero ahora ya no. Nos dice Galofré que quiere que las gallinas no estén cómodas en él a fin de evitar la puesta de huevos en el mismo.
Al entrar las pollitas recriadas, el primer mes no les deja bajar a suelo a fin de acostumbrarlas a estar sobre los slats y así acceder más fácilmente al ponedero. Para ello se utilizan unas mallas de plástico en la vertical del comienzo del foso, que luego se dejan enrolladas y recogidas cerca del techo.
Luego se tarda todavía otro mes en dejar que las aves salgan al parque. Las trampillas de salida se les abren a media mañana y no se les cierran, según la época del año, hasta el atardecer.
Los ponederos se cierran cada día a las 7 de la tarde para evitar que duerman en ellos las gallinas, por elevación del suelo el de New Farms y por expulsión mediante la parte trasera el de Insavi. Se vuelven abrir puntualmente a las 7 de la mañana de cada día.
El pienso es de Albacete, también muy caro, por su naturaleza ecológica, a unos 0,60 €/kg. Anteriormente lo había adquirido en una fábrica más cercana pero al haberle fallado por una inexplicable caída de puesta de sus gallinas se decidió por esta otra fuente, de la que está satisfecho. Habitualmente se utiliza siempre el mismo, con un 17,5 % de proteína, aunque en algún caso, ante una aparente bajada de la puesta, ha utilizado otro del mismo origen, con un valor proteico algo superior.
Aunque estima que la ingesta de pienso estará algo por encima de los 120 g por gallina y día, no tiene datos exactos de ello. Sin embargo, una observación interesante de Galofré es la de que a diario registra el consumo de agua del día anterior con el fin de detectar cualquier anomalía y tomar la decisión más conveniente para anticiparse a un posible problema.
El período de producción que hasta ahora ha explotado a sus gallinas es de unos 18 meses, una decisión basada tanto en el descenso de la puesta como en una peor calidad del huevo. Un detalle curioso es que, pese a lo poco que valen las gallinas viejas, a él se las han pagado algo mejor debido a su categoría de ecológicas.
El peor problema que hasta ahora ha tenido es del picaje, especialmente en el lote más viejo, con bastantes bajas cada mes, pese a que las pollitas le llegaron con el pico recortado. Por esto le gustaría poder entrar algunas pollitas más que las que le corresponden, aunque ya reconoce que esto no se halla permitido legalmente.
En cambio, un problema menor es el de los huevos puestos en el suelo pues dice Galofré que recogiéndolos con frecuencia al principio de la puesta se solventa hasta reducirlo a una mínima expresión..
Y como depredadores en el parque, el principal es el zorro, por lo que en algún lugar ha tenido que subir la altura del vallado, que este animal había visto que saltaba a veces.
La primera nave Cosma construida, en una foto tomada desde la parte alta de la finca.
La venta de huevos
Los huevos se clasifican con una Moba pequeña. Los de los gramajes L y S se comercializan juntos, poniendo “peso mínimo de 318 g” en la cajita de media docena.
Galofré tiene un estuche propio, con la marca registrada de “Enterevinyes”, pero también estucha para otros, con los envases que le indican.
La vende de los huevos la realiza en pequeños comercios, desde Tarragona hasta algún mercado de Barcelona, llegando hasta el Maresme. El reparto lo realiza él mismo, con su furgoneta. Dice que esto es el trabajo más ingrato: repartir para vender y cobrar ……y esto todos los días laborables de la semana.