Este artículo es parte de la edición de junio, 2017


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Momento en que se abrieron las trampillas y las gallinas salían al patio por primera vez.

Tras heredarla de “el abuelo Nano”, fue hacia 1967 cuando la fundaron los hermanos Marcelo y Antolín Pinilla, ya jubilados, quienes la cedieron a sus hijos, Jesús y José del primero, y Rubén, del segundo. Una nueva generación de jóvenes productores de huevos que ya han presenciado el cambio de unas jaulas de puesta convencionales por otras enriquecidas y que en el futuro se enfrentarán, posiblemente, a otro aun más drástico al que antes aludíamos.

Siguiendo con la empresa Pinilla, diremos que ésta dispone actualmente de tres granjas de puesta, en Olmedo, Alcazarén y Megeces – Valladolid -, la primera con una población de 650.000 gallinas y las otras dos con 200.000 en cada una. La primera es la que visitamos y en la que una pequeña parte de su población, 36.000 gallinas, se halla alojada en una nave equipada con un aviario TECNO mod. AS-580-480, instalado por la empresa Ingeniería Avícola, de Valladolid.

Antes de describir el nuevo aviario, motivo de nuestra visita, diremos que la granja visitada, en Olmedo, cuenta con unas modernas instalaciones de jaulas, hasta de 6 pisos, repartidas en 8 naves de diferentes características, montadas en el último decenio por dos empresas nacionales. En ellas todas las gallinas son de color, de diferentes edades a fin de asegurar una producción regular de huevos.

Aparte, un almacén para secado de gallinaza y un no menor centro de clasificación de huevos, con el correspondiente equipo para la comercialización del mismo. Dotado éste con la más moderna tecnología, su última incorporación ha sido un detector de manchas de sangre por visión artificial, prueba de la calidad con la que desean garantizar su producto, actualmente englobado como granja asociada del Grupo Guillén, para un cliente, Mercadona.

En cuanto a la recría de pollitas, hasta ahora ésta se ha llevado a cabo en Megeces y en otra granja de Peñafiel, aunque en baterías, esa decir, destinada a repoblar solo las actuales naves de puesta. Esto ha hecho que, por ahora, el origen de las gallinas del nuevo aviario haya tenido que ser diferente, en este caso de una granja de Galicia en la que las pollitas se criaron también en un aviario.

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Exterior de la nave del aviario, con los paneles de refrigeración evaporativa en primer término

Lo destacable de este aviario son los 3 niveles de que disponen las gallinas para moverse.

 

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El muro piñón por el cual se realiza la extracción del aire viciado en la ventilación en modo túnel.

 

La nave del aviario

Ante todo creemos importante aclarar que el aviario se ha montado por sugerencia del Grupo Huevos Guillén, el mayor productor español de huevos, pionero ya hace años en este campo por la instalación de un aviario en Valencia y que ahora, asociado en este aspecto con Pinilla, que es quien ha hecho la inversión, ha querido diversificarse con estas nuevas tendencias imperantes en diversos países de la Unión Europea.

En cuanto a la edificación en si, ésta se halla en línea con las otras 7 naves de baterías y, por supuesto, con el centro de clasificación. A éste llegan pues las líneas de huevos de todas las naves, obviamente identificados por su procedencia según el número de la nave, los de las jaulas para ser estampados con el número 3 en la cáscara y los del aviario con el número 1, por la salida al exterior de las gallinas de éste.

La nave del aviario es una construcción de ambiente controlado, de 124 x 20 m, en el que se han instalado 36.000 pollitas recriadas, alojadas a la densidad requerida de 9 aves/m2 de superficie útil, incluyendo la del suelo y la de los 3 niveles del sistema en los que pueden moverse.

El edificio tiene 3 m de altura en los aleros y 6 m en la cumbrera, unas medidas algo superiores a lo normal, pero necesarias para la instalación del modelo del aviario elegido de Tecno entre uno de los varios de que dispone este fabricante. Su diseño y montaje corrió a cargo de la citada empresa Ingeniería Avícola, responsable también de la climatización.

La estructura de la nave se halla realizada mediante pórticos de acero a 4 m entre sí, cerrándose con paneles sándwich con un aislamiento de 4 cm de poliuretano montada sobre un zócalo de 30 cm de hormigón. La cubierta, aislada con 6 cm de poliuretano, con las vigas y correas vistas.

La ventilación se realiza por medio de unas trampillas de entrada de aire del exterior, situadas en la parte alta de ambas fachadas principales y la salida por medio de 10 extractores verticales en el eje central de la cumbrera de la nave. Esto es lo habitual en condiciones de invierno pues para verano o situaciones de calor se cambia automáticamente a una refrigeración en “modo túnel”, teniendo lugar la entrada de aire a través de paneles “coolings” situados en la parte alta de un muro piñón – 16 m2 – y al principio de las fachadas más cercanas al mismo – 80 m2 –, de celulosa y 15 cm de grueso – y su salida mediante 12 extractores situados en el muro piñón opuesto y otros 2 en cada una de éstas, todos ellos Munters de 36.000 m3/h.

El aviario en sí

Más que con palabras, creemos que la mejor apreciación que se puede tener del aviario que describimos es por medio de los esquemas adjuntos, en el primero de los cuales se muestran sus dimensiones en relación con la figura humana.

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Al no contar con el antiguo foso de deyecciones de las simples instalaciones para ponedoras sobre yacija de antaño, toda la superficie ocupada por el aviario se halla disponible para las aves, aunque en la nave en cuestión se hayan dejado libres unos 12 m entre ambos extremos del local. El conjunto ocupa 11,60 m en el eje central de la nave, disponiendo por tanto las aves de una amplia zona de suelo a cada lado del mismo, además de la central, que en el caso que nos ocupa se había cubierto con una fina capa de arena.

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Interior del aviario, en la zona central del mismo.

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Vista del aviario desde arriba.

Lo destacable de este aviario son los 3 niveles de que disponen las gallinas para moverse, en cuando a su acceso al ponedero, al comedero, al bebedero y a los aseladeros, además de las correspondientes zonas de slats desde las que acceden a estos equipos, debajo de las cuales unas cintas de polipropileno recogen las deyecciones con la frecuencia que se desea.

El ponedero es comunal, con protección de su frente mediante una cortinilla roja, pendiente en el suelo – cubierto con Astroturf – hacia la parte posterior y recogida de los huevos mediante cinta de 35 cm. El comedero, de canal, con transporte del pienso mediante cadena clásica, mientras que los bebederos son de tetina.

Con respecto a la iluminación artificial, la de la nave en general se realiza mediante tubos fluorescentes colocados verticalmente en los muros laterales y tres hileras más en el techo. Pero además, en el foso que queda debajo de la parte central del aviario hay otra hilera de fluorescentes para iluminar esta zona, mientras que bajo los slats inferiores del mismo unas tiras de LEDS sirven para desincentivar la puesta de las gallinas en este lugar, lo que ocurriría en caso de no estar iluminado.

Otro detalle de la nave es la existencia de 5 departamentos en el sentido de su longitud, mediante malla metálica hasta el techo y las correspondientes puertas a un lado y otro del aviario, algo a primera vista innecesario. Su finalidad era evitar la tendencia de las gallinas, cada vez más “dóciles” o “curiosas” –como se las quiera calificar– en las actuales estirpes marrones – por desplazarse hacia el hombre al entrar éste en la nave, con lo que así se evita el amontonamiento de la totalidad de la manada en un extremo.

Por último, destacar la existencia de 30 trampillas en la parte inferior de las fachadas principales de la nave, con el fin de permitir la salida de las gallinas al parque exterior. Con unas dimensiones de 3 x 0,50 m., su abertura es mecanizada, por medio de cremallera.

En cuanto parque, partiendo de los 4 m por gallina, obligados por la legislación actual, la población de esta nave requiere una extensión de prácticamente 15 Ha, un campo ya dispuesto y vallado para ello.

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El almacén de gallinaza de la granja en la que ésta se puede recoger durante varios meses.

El manejo y otros aspectos

Estrenada el pasado 1 de diciembre, con la entrada del primer lote de pollitas recriadas de 16 semanas de edad, en el momento de nuestra visita, el pasado marzo, las aves se hallaban en plena puesta, contándose tenerlas en producción, al igual que las de las otras naves de baterías, durante un período de 14 meses, sin muda.

Según José Pinilla, han trabajado con las estirpes Hy-Line, IsaBrown y Lohmann, siendo de esta última las aves que vimos en nuestra visita. Las diferencias entre ellas, muy pequeñas …

El manejo de esta nave está a cargo de una sola persona, aunque con ayuda en momentos puntuales de otros operarios de la explotación, 40 en total, incluyendo todos los del centro de clasificación, oficinas, etc.

La mayor carga de trabajo es a partir de la instalación de las nuevas pollitas en el local, por la necesidad de tenerlas confinadas en el interior de la superficie ocupada por el aviario con el fin de que se adapten al sistema. Esto se realiza por medio de la colocación de una malla metálica en ambos costados del aviario en sí, que se retira al cabo de 10 días, a partir de cuyo momento las aves ya tienen acceso a toda la superficie del suelo e incluso diríamos que a “las 3 dimensiones” del local.

Sin embargo, aún así no se puede evitar del todo uno de los problemas pueden tener este tipo de instalaciones, la puesta de huevos en el suelo. Aunque pequeña, apenas el 1% al cabo de 3 meses de puesta en esta primera manada, la recogida de estos huevos es una tarea que hay que llevar a cabo diariamente para evitar que las aves se acostumbren a ello.

En relación con los hábitos de las gallinas es de destacar que al atardecer, al apagárseles la iluminación, de forma gradual, todas ellas acceden al aviario, no durmiendo ninguna en el suelo, aunque durante el primer mes se requiere el trabajo del granjero de recoger las que están en el mismo para llevarlas a los aseladeros.

La mayor carga de trabajo es a partir de la instalación de las nuevas pollitas en el local, por la necesidad de tenerlas confinadas.

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Juan Luis Galarza, de Ingeniería Avícola, y José Pinilla, frente a una perspectiva de varias de las naves de puesta de la granja.

Referente a la iluminación, el fotoperíodo aplicado hasta ahora ha sido de 16h.

En cuanto a la alimentación, el pienso es almacenado en dos silos metálicos de 25 m3, a los que se une un tercero más pequeño – 14 m3 – para carbonato cálcico. El pienso es elaborado por la fábrica propia que Pinilla tiene en Megeces, contando con la formulación y el suministro de los correctores por parte de dos empresas dedicadas a ello, lo que incluye también el asesoramiento veterinario.

Al igual que en el caso de las gallinas en batería, al entrar las pollitas en el aviario comienzan recibiendo una ración de pre-puesta durante un máximo de un mes. Suministrada en harina, luego reciben de igual forma otra de primera puesta, durante 15 semanas, seguidamente otra durante 20 semanas y finalmente dispondrán de una última hasta el final de la manada.

A destacar algo muy interesante que siempre convendría tener en cuenta: un suministro de carbonato de cal granulado a partir de la segunda mitad del período de puesta. Ello se realiza por la tarde y en base a unos 2 g por ave y día, lo que ayuda a la formación de la cáscara del huevo en las horas nocturnas en las que las aves más necesitan el calcio para ello.

En cuanto al consumo de pienso, hasta el momento de la visita, con gallinas que ya llevaban tres meses de puesta, nos indican que ha sido de unos
125 g por ave y día, alrededor de unos 16 a 17 g superior al que, en iguales circunstancias, tienen las alojadas en baterías.

Por último, las deyecciones acumuladas bajo los slats del aviario se recogen mediante cintas dos veces por semana, llevándose mediante otra cinta transversal hasta fuera de la nave. En el exterior caen a un foso en el que discurre otra cinta que, al mismo tiempo, va recogiendo las deyecciones procedentes de las restantes naves con gallinas en batería, depositándolas en un gran almacén bien ventilado en varias pilas de secado. Y la verdad es que las pilas compactas del mismo no despedían ningún olor, lo que facilita su acumulación en función de la demanda, variable según la época del año, para su empleo como abono en el campo.

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Un chorro de huevos de las varias de las naves de puesta de la granja Pinilla, a su llegada al centro de clasificación.

 

Por último, las deyecciones acumuladas bajo los slats del aviario se recogen mediante cintas dos veces por semana.

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