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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de junio, 2017
Una vez los directivos de ambas organizaciones acuerden la estrategia a seguir, se mantendrán encuentros con las asociaciones citadas. Últimamente ASEPRHU ha conversado con varios medios de comunicación interesados en este asunto, a los que se ha informado sobre la realidad de la producción de huevos española y de la UE y las estrategias de las organizaciones veganas.
¿Hay respuestas adecuadas a estas campañas?
No es fácil diseñar una respuesta conjunta del sector y buscar aliados frente a la amenaza de los activistas. Entrar en un debate público entraña un riesgo enorme, ya que es un territorio en el que los activistas se mueven bien, como expertos manipuladores de opinión. Cuentan además con la ventaja de que manejan aspectos emocionales difíciles de contrarrestar desde el sector productor, que se arriesga a aparecer como “el malo de la película”. También entran en juego los cálculos de oportunidades que se abren para las distintas partes interesadas, a priori preferibles al enfrentamiento abierto.
Los activistas veganos desencadenan acciones de presión contra grandes empresas con cartas y campañas amenazantes, denigran a los productores de huevos y siembran dudas al consumidor sobre cómo se producen los huevos, un alimento básico. Consiguen repercusión social, notoriedad mediática, donativos y afiliaciones a su causa. Y crean el clima propicio para las futuras campañas contra otros sectores, que reproducirán la misma estrategia exitosa.
Mientras tanto, la distribución e industria alimentaria, a priori objetivos de las campañas “antijaulas”, no denuncian las presiones y amenazas de los activistas. Dado que la corriente de opinión va a favor de sus demandas, y sus campañas han triunfado ya en otros países, pueden aprovechar las ventajas de ceder a sus peticiones. De un lado, mejoran su imagen si justifican la decisión de suprimir los huevos de jaulas en sus tiendas como una cuestión ética, de responsabilidad social, de defensa de las preferencias y deseos del consumidor – aunque no lo sea -… y por otro, estas decisiones se traducirán en resultados económicos, ya que el margen comercial de cualquier huevo es mayor que el de jaula. Y nadie querrá ser el último en apuntarse a la moda “sin jaulas” una vez los primeros se decidan.
El productor, que en España sigue siendo mayoritariamente de huevo en jaula, a la vista de la evolución del mercado y las tendencias de consumo, busca diversificar su producción poniendo el foco en el huevo alternativo. Si puede, tratará de posicionarse mejor que su competencia y ofrecer los huevos que decidan vender sus clientes, para ganar cuota de mercado de cara al futuro, haciendo de la necesidad virtud.
El consumidor, con unas asociaciones que están de capa caída tras la crisis, no ha aparecido aún en escena para reivindicar su papel: ser quien elija lo que quiere comprar, con información adecuada y una oferta variada y suficiente en el mercado. Será, como ha ocurrido en otros países, utilizado como excusa para las decisiones que tomen otros en su lugar. Y es, además del productor, quien más tiene que decir en este debate.
El sector debe ser tenido en cuenta antes de que se adopten decisiones por parte de la distribución, la industria alimentaria y la restauración que afecten a la oferta de huevos que los productores pondrán en el mercado. Hay que debatir sobre si procede y es viable poner fin, y cuándo, a la jaula enriquecida. Y no menos importante, qué sistema o sistemas la sustituirán. Y si esta segunda reconversión de las granjas tendrá alguna garantía de “duración mínima”. No es previsible que los activistas vayan a conformarse con eliminar las jaulas, y encontrarán nuevas reivindicaciones contra la producción ganadera. Es su trabajo.
Los productores necesitan unir sus esfuerzos y adoptar una estrategia común para salir -si es posible sin demasiados daños- de esta nueva encrucijada, algo que no se prevé nada fácil.
¿Qué han dicho hasta ahora las empresas de la distribución?
En abril El Corte Inglés anunció su compromiso de ir retirando poco a poco de sus supermercados los huevos de gallinas criadas en jaulas, con la idea de que en el año 2030 el 100% de las ventas sean de huevos ecológicos o procedentes de gallinas criadas en libertad. Ahora mismo, el 50 % de los huevos que venden son de este tipo. Tras Francia, en Italia las cadenas de supermercados están anunciado una tras otra el compromiso para no vender estos huevos a partir de
una fecha determinada. Carrefour, en marzo, fue la última en sumarse a esta iniciativa que ya habían tomado otras compañías como Coop, Auchan y Esselunga.
En España, de momento, las empresas de la distribución consultadas por GranConsumoTv, señalan que dejar de vender huevos de gallinas enjauladas no entra, en general, dentro de sus prioridades. Fuentes de Mercadona señalan que la compañía “es consciente de la creciente sensibilidad de la sociedad sobre todos los aspectos relativos al bienestar de los animales” y, por ello, destacan que la cadena valenciana fue “pionera”, junto con su interproveedor Huevos Guillén, en comercializar huevos de gallinas camperas en los años 90. “Durante 2017 vamos a seguir trabajando para ampliar las opciones de huevo de gallinas en libertad”, añaden.
Carrefour España, por su parte, indica que no traerá a nuestro país las decisiones ya tomadas por la cadena gala en Francia e Italia. El Grupo Dia tampoco tomará esta medida, asegurando que desde la compañía “se respeta a los animales y se cumple escrupulosamente con las leyes en este ámbito, tanto regionales como nacionales e internacionales”. “Dia ofrece diversas opciones que se adaptan a todos los consumidores; en este sentido, desde hace años pueden encontrar huevos de gallinas criadas en libertad en los lineales de las tiendas, una opción que escogen algunos de los compradores”, comentan las fuentes consultadas.
Lidl indica que es “una empresa que vela por la sostenibilidad, el medio ambiente y el cuidado de los entornos en los que opera, tratando de minimizar el impacto de su actividad”. “Eso implica también el respeto por el entorno animal, que defendemos y por el que abogamos; en este sentido, la cuestión de los huevos de gallina enjauladas es un tema que estamos analizando”, afirman fuentes de la compañía alemana. Alcampo y Eroski no han querido pronunciarse sobre este asunto.