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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de abril, 2017
Un problema asiático
Recordaremos, ante todo, que el origen del virus se halla en la situación endémica de Asia, especialmente de los países de la antigua Indochina y otros vecinos, como la propia India, Indonesia, etc., ya desde hace años.
Concretamente en el último mes los informes sobre la presencia del virus han llegado de Taiwán, China, Nepal, Malasia, Vietnam, Bangladesh y Japón, en todos los casos con el de alta patogenicidad – HPAI – como protagonista, con el primero de estos países llevándose la peor parte al haberse confirmado 62 brotes, con más de 110.000 aves muertas solo en lo que llevamos de este año.
Y saltando por un momento de continente, por la coincidencia en las condiciones en las que se propaga el virus
– alta presencia de aves migratorias acuáticas -, añadiremos que en el último mes el mismo también se ha detectado oficialmente al menos en dos países africanos, Nigeria, Egipto y Camerún, aun sin descartarse su presencia en otros de la misma área.
El virus en la especie humana… en China
Lo más preocupante de todo ello, al menos a nivel de las autoridades sanitarias, es el pase del virus a la especie humana, también en China. Aunque el problema no es nuevo pues en este país ya se había detectado hace unos 4 años, desde el pasado diciembre ya se dado casi 200 casos, con 20 fallecimientos en el último mes, añadiéndose a la relación de los 1.300 que se han registrado desde el 2013.
El protagonista, en todos los casos, ha sido el virus H7N9 – diferente de los predominantes en Europa -, coincidiendo también el historial de los fallecidos, la mayoría habiendo estado en contacto o habiendo visitado mercados de aves vivas. Y el lugar de mayor riesgo en cuanto al origen de la infección de las aves, la provincia de Guandong, en donde se ha visto que la mortalidad ocasionada por este virus se produce tan solo 48 horas después de la infección.
Por lo que parece, las medidas implantadas hasta ahora por las autoridades chinas en cuanto al cierre de los mercados de aves vivas no han tenido éxito, dando la impresión de que el problema les está desbordando. Sin embargo, de ahí a que pueda desarrollarse una pandemia media un buen trecho, teniendo en cuenta que las infecciones producidas en China se han producido en condiciones muy concretas con un contacto muy íntimo entre las persones y las aves infectadas y una deficiente situación sanitaria.
Y, de nuevo, en el continente americano
Mientras, a gran distancia, en el estado norteamericano de Tennessee, una explotación de reproductores pesados resultaba afectada por un brote de IA a comienzos de marzo, obligando al sacrificio por eutanasia de sus 73.500 efectivos. El culpable, también en este caso, el virus H7N9, calificado por los veterinarios oficiales como genéticamente distinto de los que han afectado al continente asiático.
No obstante, el problema no se ha limitado a este brote, sino que con posterioridad se han detectado otros varios en los Estados vecinos de Kentucky y Alabama, en un lote de aves comerciales en aquel y en otro de aves camperas en éste, indicándose en ambos casos que el agente causal era un virus de IA de baja patogenicidad. La ruta del virus, en todo caso, parece clara, el valle del Mississippi, en el que el pasado enero ya se registró la muerte de un ave migratoria en el Estado de Montana.
El problema, en Estados Unidos, es que al recordar la situación por la que pasaron hace un par de años, que ocasionó la pérdida de unos 50 millones de aves – principalmente ponedoras y pavos -, ahora se extreman las medidas de precaución, con la correspondiente cuarentena alrededor de los focos sospechosos, prohibición de exposiciones y mercados de aves vivas, etc.
más cerca, en Europa
Ya más cerca nuestro, en la vieja Europa, las cosas no pintan mejor pues concretamente en la UE, a excepción de tres países -Estonia, Malta y Chipre – todos los demás han sufrido los embates de la IA, aparte de otros extra-comunitarios – Macedonia, Suiza, Serbia, Ucrania y Bosnia-Herzegovina-. La situación peor ha sido la de Alemania en cuanto a la detección del virus en aves silvestres, aunque en lo referente a explotaciones comerciales han sido Francia y Hungría los países más afectados, en nuestro vecino especialmente en sus granjas de palmípedas del sudoeste.
La situación de nuestro continente se halla recopilada de forma permanente por nuestro MAPAMA, por lo que omitimos describirla. Pero sí recordaremos que a finales marzo 2017 el 57% de los casos se han detectado en aves silvestres, siguiéndoles con un 40% las aves camperas, mientras que las aves en confinamiento no llegan ni al 2% de los casos de IA.
Lo cual evidencia algo ya sabido: que la cría de aves comerciales en libertad significa un riesgo infinitamente superior para perpetuar la propagación de enfermedades
como la IA.
En cuanto al tipo de virus, el H5N8 – de alta patogenicidad– es el que se ha detectado en la mayoría de brotes – incluyendo los del Sur de Francia y España – Cataluña -, aunque el H5N5 también se ha confirmado en Serbia y Eslovenia y el H5N6 en Grecia.
Del total de focos de IA en Europa, ocurrida en las aves en cautividad no llegan ni al 2%
Por último, España
Tras nuestra extensa recopilación sobre los brotes de IA que se dieron en Cataluña el mes pasado (*), la situación al cerrar este comentario, a comienzos de abril, parece controlada, sin que hayan aparecido nuevos focos aparte de los indicados inicialmente.
Así las cosas, hemos de destacar lo siguiente:
- La modificación por el MAPAMA, mediante la Orden APM/233/2017 de la Orden APA/2442/2006 de las zonas de especial riesgo y especial vigilancia en torno a la IA, por la concentración de aves silvestres en sus rutas migratorias en los humedales incluidos en sus anexos.
- El fin de las medidas de restricción, el 1 de abril, en las zonas de protección y vigilancia en las zonas afectadas – la provincia de Girona y las comarcas del Vallés Oriental y Occidental-, lo que significa el levantamiento de las mismas para los movimientos de aves y productos avícolas a nivel nacional e intracomunitario.
- En cuanto al comercio de aves y productos avícolas con terceros países, de acuerdo con el Código Sanitario de la OIE, que indica que un país puede o territorio puede recuperar su estatus 3 meses después de la desinfección de todas las explotaciones afectadas, la citada provincia y comarcas se hallarán en esta situación a partir del próximo 3 de junio, aunque siempre que el país de destino aplique la norma de la OIE.
- El Departamento de Agricultura – DARP – de la Generalitat de Catalunya indemnizará con cerca de 300.000 € a los propietarios de las granjas afectadas por los brotes de IA que han tenido que sacrificar a sus aves a consecuencia de ello, según una propuesta hecha de acuerdo con los precios del mercado, enviada al MAPAMA y que este Ministerio trasladará a la Comisión Europea.
- Sin embargo, a comienzos de abril la Unió de Pagesos ha solicitado al Gobierno catalán que, además de la antes citada indemnización, también se compense a los criadores afectados, en concepto de lucro cesante, por el período improductivo al que se han vistió sometidas sus explotaciones.
En resumen, ahora solo nos falta insistir sobre extremar las medidas de vigilancia de las aves silvestres y muy especialmente las de bioseguridad de las granjas. Solo así podremos tener una mayor garantía de que esta enfermedad, un verdadero azote del sector avícola de todo el mundo no nos visita de nuevo.
(*) Ver Editorial y página 12 del número de marzo.