Este artículo es parte de la edición de marzo, 2017

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Sólo en Reino Unido, se calcula que alrededor de 30-40 millones de faisanes son liberados cada temporada de caza, lo cual sustenta las conocidas cacerías en “ojeo” o “a salto” en todo el país. La misma tradición cinegética existe en Francia, Alemania, Italia y otros países de Centroeuropa, mientras que en España su caza es minoritaria en comparación con la de la perdiz roja -Alectoris rufa-. No obstante, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, existen en nuestro país sobre un centenar de granjas y el censo ganadero ronda los 110.000 faisanes. Por lo tanto, la cría de faisán tiene importancia dentro del subsector de producción de aves de caza.

Los puntos fuertes y débiles del sector

La producción de faisán, como el de otras aves de caza, sustenta la caza de “pluma” en muchos países, dado que la actual demanda supera con creces la capacidad que tiene la naturaleza de producir aves de caza silvestre. Pese a que la mayoría de los faisanes producidos son aptos para su caza directa, desde hace décadas la investigación ha demostrado que la cría en cautividad produce efectos negativos en los faisanes y su manejo asociado podría tener consecuencias negativas en los cotos y en otras especies de fauna y flora con las que los faisanes comparten hábitat. Esta investigación ha sido liderada por la Game Wildlife Conservation Trust – GWCT – del Reino Unido, que aboga por una utilización más racional de las sueltas de faisán. Por otro lado, los movimientos “animalistas” están avanzando en su empeño de prohibir los sistemas de cría intensivos y en la fecha de publicación de este artículo existen restricciones a la hora de importar faisanes desde el Continente hasta el Reino Unido.

¿Podemos hacer que los faisanes sobrevivan más?

Uno de los principales problemas de todas las aves de granja es que su comportamiento difiere notablemente del de sus congéneres silvestres. No en vano, nacer en una incubadora y crecer sin la compañía de “los padres” tiene poco que ver con nacer en el campo y estar sujeto a todo tipo de amenazas y desafíos diarios.

El equipo de investigación de la GWCT y la Universidad de Exeter han estudiado los efectos de varias modificaciones en los sistemas convencionales de cría.

¿Un alimento más natural?

En vez de pienso convencional, se utilizó una mezcla de pienso con “gusanos de harina” vivos y fruta. Posteriormente, los faisanes fueron anillados en función de la dieta recibida – convencional o natural – y liberados en cotos de caza a las siete semanas de vida. Los resultados fueron contundentes, porque la supervivencia de los alimentados con dieta natural fue de 3 a 5 veces superior a los de la convencional. Según los investigadores, la dieta natural hace que los faisanes empleen menos tiempo en alimentarse y más en protegerse frente a la llegada de depredadores, siendo menos dependientes de la alimentación artificial ofrecida en los cotos. Además, los autores registraron que la longitud de los ciegos se acortó en los alimentados con la dieta natural, lo cual se interpreta con una adaptación dado que se ha demostrado que los ciegos muy largos podrían afectar a la habilidad al volar.

Uno de los principales problemas de todas las aves de granja es que su comportamiento difiere notablemente del de sus congéneres silvestres

Importancia de los aseladeros

Los faisanes silvestres duermen sobre ramas u otras estructuras, pero no en el suelo, lo cual reduce la predación de zorros y otras especies En los sistemas intensivos no suelen existir aseladeros y por lo tanto, tras la suelta, la mayor parte de los faisanes acaban durmiendo en el suelo. Los investigadores decidieron introducir aseladeros en los parques de cría y voladeros en los que los faisanes son mantenidos durante las primeras semanas de vida.

Por una parte, la presencia de aseladeros redujo las agresiones entre faisanes en comparación con los parques de cría y voladeros sin aseladeros – recordemos que el picaje y canibalismo siguen siendo un problema en muchas granjas -. Por otro lado, en el caso de los machos se pudo comprobar cómo aquellos faisanes que tenían aseladeros eran más pesados y sus tarsos eran más anchos. Además, una vez liberados, los faisanes con aseladeros eran mucho más propensos a dormir “en altura”, especialmente las dos semanas posteriores a la suelta, cuando el riesgo de ser comido por algún predador suele ser más alto.

¿Puede mejorarse también el comportamiento reproductivo?

Como en otras especies avícolas, es frecuente que los animales se críen en lotes en los que la proporción de sexos no lo es al 50% y surge la pregunta de si esto puede tener efectos a largo plazo en la reproducción, especialmente cuando a estos animales les cuesta reproducirse una vez liberados. El mismo grupo de investigación comprobó que las hembras de faisán criadas en proporciones de sexos al 50% o con más machos que hembras mostraban meses después un mejor comportamiento reproductivo. En concreto, estas hembras pasaban más tiempo junto con machos con mejores caracteres sexuales – bien emplumados, con espolones y barbillas más desarrollados -, lo cual se traducía en un mayor número de cópulas. Por el contrario, las hembras criadas en grupos con más hembras que machos no eran capaces de discernir entre machos con mejores o peores caracteres sexuales, lo cual también se traducía en un menor número de cópulas.

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Enfermedades: el manejo de las instalaciones importa

Uno de los problemas más frecuentes en cualquier granja de faisanes son las enfermedades, especialmente las parasitarias. De nuevo, otro grupo de la GWCT investigó los factores de riesgo para la transmisión de singamosis – producida por

Syngamus trachea -, que cada año produce la pérdida de muchos faisanes. Los investigadores establecieron que la transmisión de la singamosis está muy influenciada por la localización de los comederos, el tipo de suelo y la existencia de hospedadores intermediarios – como las lombrices -. Así, en los voladeros en los que se alojan faisanes, los huevos de

Syngamus trachea suelen concentrarse en las proximidades de los comederos. En un estudio posterior, se demostró que los faisanes más parasitados tenían menor peso, lo cual puede también explicar el bajo rendimiento a la hora de reproducirse en el medio natural. Pese a que los tratamientos anti-helmínticos son efectivos, es mejor prevenir el contacto de los faisanes con los parásitos.

¿Se podrá sustituir en el futuro las jaulas de puesta?

Uno de los temas más “delicados” en la actualidad es la utilización de jaulas de puesta, tanto en faisanes como en perdices, dado que existen evidencias que apuntan a que las aves están estresadas y pueden presentar comportamientos “aberrantes”, no garantizándose por tanto su bienestar.

En el año 2013 se finalizó un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Agricultura del Reino Unido en el que se evaluaron jaulas “enriquecidas”, tanto para faisanes como perdices. Estas jaulas tenían aseladeros, una zona para bañarse en arena, hierba artificial y materiales para afilar pico y uñas. También se utilizaron jaulas “de suelo”.

En líneas generales, por las observaciones de comportamiento y el estado de las plumas, pico y tarsos, no se demostró que las jaulas enriquecidas ofrecieran más bienestar para los faisanes en comparación con las jaulas sin enriquecimiento y tampoco se demostró que la producción se viera aumentada.

Una caza del faisán más sostenible

En Reino Unido se ha calculado que sólo un 30-40% de los faisanes que se sueltan son abatidos. Por lo tanto, el 60-70% restante no llega nunca a entrar en el morral del cazador y tampoco es capaz de reproducirse en el medio natural, pudiendo tener efectos negativos por el “efecto llamada” de predadores oportunistas, como el zorro, la transmisión de enfermedades o los daños a la flora en lugares en los que hay elevadas densidades de faisanes. Todas las mejoras explicadas persiguen incrementar la supervivencia de los faisanes para así reducir el número total de los liberados. Esto no tiene por qué ir en contra de los intereses de los productores, sino más bien a su favor: no se trata de producir muchos faisanes, sino de producir faisanes de calidad, que debiera ser reconocida y premiada por los cazadores.

En Reino Unido se ha calculado que sólo un 30-40% de los faisanes que se sueltan son abatidos.

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