Este artículo es parte de la edición de febrero, 2017


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¿Nos puede explicar el origen de Addfield? ¿Cómo surge en el mercado británico?

La empresa se inició hace 32 años, cuando en 1984 su fundador, Mr. Richard Sherratt, de Shrewsbury, Inglaterra, proveedor de maquinaria agrícola, vio la necesidad de poder contar con un sistema para poder eliminar por separado los residuos de una granja: cadáveres, residuos medicamentosos, residuos líquidos, etc., empezando el desarrollo de los primeros prototipos de incineradoras para ganadería.

Imagino que la crisis de las vacas locas de 1996 dispararía la necesidad de poder eliminar cadáveres de manera higiénica, rápida y en la propia explotación. ¿Qué repercusión tuvo en sus procesos de fabricación de incineradoras?

En 1999, ante la necesidad de seguir sacrificando e incinerando a miles de vacas, las autoridades británicas obligan a perfeccionar las incineradoras para que reduzcan a casi 0% la emisión de humos y cenizas. Las incineraciones en pleno campo o incineradoras rudimentarias no evitaban este “impacto social” ante una población atemorizada por la proliferación de “fumatas”.

Además del “impacto social”, las vacas locas evidenciaron el “impacto ambiental” originado por el gran volumen de ganado vacuno que tuvo que ser destruido, obligando a los criadores a pensar que había que hacer con ello debido a los líquidos producidos, que no se podían echar sobre la tierra ni contaminar los acuíferos.

La solución en la que se pensó fue la incineración, aunque ello a su vez planteaba un problema: el asegurar la eliminación de las cenizas producidas.

Más tarde, y operando ya bajo el nombre de AddField, a la vista de los cada vez más exigentes requisitos para la eliminación de todo tipo de desperdicios, la empresa decidió la fabricación de diversos modelos de máquinas, según el producto o residuo del que se tratara. Así se llegó a la situación actual en la que Addfield dispone de una extensa gama de soluciones de incineración, para explotaciones agrícolas y ganaderas, para desperdicios médicos y hospitalarios, para acuicultura, etc., obligándose a diseñar máquinas diferentes para cada sector a fin de ajustarse a la nueva legislación que en el Reino Unido obligó, en 1999 a controlar las emisiones de olores y gases a la atmósfera.

“Una incineradora no es un horno grande. La crisis de las vacas locas y el tener miles de equipos funcionado en granjas nos ha dado un “know how” único”

¿En qué momento se produce el “cambio de chip” del avicultor británico para abandonar los servicios de retirada de cadáveres y asume que lo más higiénico es destruirlos en la propia explotación?

En el Reino Unido han cambiado muchas cosas en los últimos 10 ó 15 años pues por razones legales y de bioseguridad ahora hay muchos productores que quieren controlar la eliminación de sus desperdicios, por lo que ya asumen el costo de la eliminación de sus cadáveres de animales cómo una partida más del equipamiento de su granja avícola o ganadera.

Y como al mismo tiempo tienen que tener un seguro que garantice que su granja es segura y que no contamina, han visto que la incineración de sus animales muertos es la mejor solución.

¿Tiene Addfield diferentes tamaños de incineradores para los distintos tipos de empresas o ganaderías?

Efectivamente, cada incineradora es específica para el sector al que se dirige. Nuestra experiencia, tras haber fabricado miles de incineradoras, ha hecho que dispongamos de una gama específica para ganadería -con subgamas para avícola, porcino, vacuno, etc.-, clínicas veterinarias, hospitales, agricultura, acuicultura, etc.

No somos simplemente un “fabricante de incineradoras”, somos el socio que acompaña a las industrias anteriormente mencionadas a dotarles de medios que, cumpliendo las más estrictas normas medioambientales, le ayuden a eliminar sus desperdicios.

Los residuos a eliminar de una granja de 80.000 o 200.000 pollos, o si es de puesta, pavos o de una sala de incubación, varían considerablemente. ¿Cómo se aseguran que el avicultor dimensione correctamente su incineradora?

Dependiendo del volumen de cadáveres a eliminar, disponemos de varios modelos, a partir de una capacidad de carga de 250 kg hasta 8.000 kg. El modelo de elección depende del tamaño de la granja y del nivel de mortalidad esperada, que es muy diferente según las granjas, a veces del 2 % y a veces hasta del 8-10 %.

Normalmente recomendamos poner la incineración en marcha 2 ó 3 veces por semana y no llenar el tanque de cadáveres. Con ello nos aseguramos también de la necesidad de ampliación por aumento de capacidad de la granja ya que la primera opción, antes de pensar en un cambio, sería aumentar la frecuencia de la incineración.

“Nuestras incineradoras para avicultura cumplen todas las estrictas normativas medioambientales europeas”

¿Qué tipo/s de combustible/s utilizan para la incineración?

Cualquiera: gas-oil, gas propano o gas natural. El tipo de combustible afecta al precio final de la máquina, pero muy poco. En el Reino Unido el más usual es el gas-oil, por ser el más económico, pero si los criadores de pollos utilizan habitualmente el gas propano para calefacción, lo lógico es que adquieran una máquina operando con él.

¿Y que garantías pueden dar a un criador para que él, a su vez, tenga garantía de no molestar a unos vecinos o a unas autoridades locales que le puedan denunciar?

Nuestro sistema es seguro pues no contamina el ambiente y esto está bien reconocido por la certificación de la CE que poseen todas nuestras máquinas incineradoras. La incineración es extremadamente limpia y no produce olores, humos ni residuos contaminantes, cualquiera puede comprobarlo “in situ” o con los videos de nuestras instalaciones en funcionamiento en el Reino Unido.

A nivel regulativo, todas ellas están aprobadas por el DEFRA – Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales -, del Reino Unido y cumplen con las regulaciones de la UE sobre subproductos animales. Por otro lado, trabajamos con la homologación Ip65 para poder instalarlos a la intemperie y con los ISO 9001 y 14001. La garantía de las máquinas es de 12 meses.

¿Cuál es la principal característica diferenciadora de sus soluciones de incineración frente otros equipos de incineración?

En primer lugar nos diferencia nuestra amplia experiencia en el mercado de la incineración además de colaborar con las organizaciones más reconocidas a nivel mundial como ONU, OMS, Cruz Roja, Unicef…. Por otro lado disponemos de incineradores diseñados y construidos específicamente para los diferentes sectores y tipos de residuo existentes en el mercado actual. Según lo que hayan de tratar se recomienda un modelo u otro porque, por ejemplo, el ganado tiene un menor contenido de agua que los peces, en los hospitales hay muchos residuos patológicos, etc.

Otro aspecto es que nosotros controlamos a través de un sofisticado software de última generación la emisión de gases con el quemador de la cámara de post-combustión, enfriándolos a la salida en lo que sea necesario y eliminando sus impurezas, lo que no todos hacen. En ello seguimos las directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre emisiones de gases a la atmósfera.

¿Es posible planificar la incineración de las aves o hay que estar frente a la máquina al encenderla?

Por supuesto, si uno tiene pocas aves para quemar es preferible planificar el encendido para más tarde, cuando haya más, lo que significa que el incinerador se ponga en marcha progresivamente.

Si, por ejemplo, es la primera semana y los cadáveres de pollitos son muy pocos, es posible programar la incineradora para que vaya sólo al 20% de su capacidad.

A través de esta planificación y/o regulación de la potencia, se logra la máxima eficiencia para el gasto de combustible.

De cara a los posibles compradores, ¿ofrecen Uds. un servicio de mantenimiento, o de suministro de recambios, a quienes han de decidirse por una compra?

Si, de dos formas. Primero nosotros ofrecemos nuestros servicios en todos aquellos países en los que vendemos, como en España a través de IGE Incineradores Grupo España, para lo cual podemos ofrecer toda clase de soporte técnico, ayuda y asesoramiento en el papeleo con la administración, permisos, puesta en marcha, etc. Y segundo, ofrecemos un mantenimiento anual recomendado para todos nuestros clientes. Pero de todas formas quiero destacar que lo interesante de nuestros incineradores es que los materiales de alta calidad utilizados en la construcción de nuestras máquinas garantizan un uso a largo plazo con un mínimo mantenimiento

¿Cuáles son las principales características de sus incineradores, de que están hechos?

Podemos asegurar que la vida útil de nuestros incineradores está establecida en un mínimo de 32 años y gracias a nuestra extraordinaria eficiencia térmica llegan a gastar hasta un 40% menos de combustible que los existentes en el mercado. Somos líderes en el sector de la incineración con un espesor de material refractario -ladrillo-, de baja porosidad 12%, de 180-220 mm recubierto por una capa de acero de 10 mm y ésta a su vez con doble capa de pintura.

¿Qué tipo de filtros utilizan en la chimenea a fin de minimizar las emisiones al ambiente y respetar la ley?

Para las máquinas de baja capacidad <50Kg/h, que son las que ofrecemos a los avicultores, lo único que se necesita es tener una cámara de baja presión, que se elimine el humo blanco, que este esté por encima de 850ºC durante un mínimo de 2 segundos y tener un depurador de gases. Tenga en cuenta que en las granjas no quemamos productos plásticos ni que produzcan sustancias o gases tóxicos.

¿En conclusión, nos podría resumir en 3 puntos las ventajas de la incineración, en comparación con otros medios de eliminación de cadáveres en las granjas avícolas?

En primer lugar garantizar el respeto con el medio ambiente, la no contaminación y asegurar la calidad del aire.

En segundo lugar la eliminación de los residuos de acuerdo con lo marcado por la ley.

Por último el convertir un producto peligroso en unas cenizas seguras.

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Todas sus incineradoras se fabrican íntegramente en el Reino Unido. En la foto Derek Carr, acompañado de Isidro Escalante (primero a la izquierda) y Myriam Gómez-Salas Villanueva representantes de addfield en exclusiva para el mercado español a través de IGE (Incineradores Grupo España). A la derecha, Eduardo Sierra, de addfield GB.

“Si es preciso ayudamos en cada país con el papeleo con la administración, pues con frecuencia los inspectores desconocen el prácticamente nulo impacto ambiental de las modernas incineradoras”.

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