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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de febrero, 2017
El tema es que solo el 33 % de todas las patas de los pollos producidos en Estados Unidos son consumidas en el país y que el 67 % restante tiene que ser exportado, siendo Méjico el primer cliente, con un 25 % de esta cifra – algo más de 45 millones de toneladas el año pasado.
Según Aho, el año 2015 ya fue muy duro para este sector, debido a un exceso de oferta de patas de pollo, las restricciones comerciales impuestas por la influenza aviar, el alto valor del dólar y la débil economía mundial. Y aunque en el 2016 las circunstancias mejoraron debido al levantamiento de barreras comerciales y una elevación del precio del petróleo, la situación actual es muy tensa y solo faltaría la pérdida de un buen cliente como es Méjico.
Y, de paso, advierte Aho, “no perdamos de vista a Cuba, un mercado que hay que cultivar ya que el año pasado nos compró unas 150.000 toneladas de patas de pollo”.