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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de noviembre, 2016
En respuesta al descubrimiento de un nuevo mecanismo de resistencia de las bacterias a la colistina – causada por el gen MCR-1 -, la Comisión Europea pidió a la EMA que volviera a evaluar el impacto del uso de la misma en la salud humana y animal, las consecuencias de la resistencia y qué tratamientos alternativos están disponibles.
Según la EMA, el gen MCR-1 se puede transferir entre diferentes tipos de bacterias, de forma que se causa potencialmente un rápido desarrollo de la resistencia. Manifiesta que el citado gen fue identificado por primera vez en bacterias en el sur de China y, desde entonces, se ha encontrado también en países de la Unión Europea y otros lugares.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimenticia – EFSA – ha colaborado proporcionando los datos presentados por los estados miembros sobre la aparición de resistencias a la colistina en E. coli y Salmonella de alimentos y animales productores de alimentos, participando en las reuniones del grupo de trabajo.
La EMA recuerda que la colistina se ha empleado durante los últimos 50 años tanto en salud humana como animal. Se ha utilizado ampliamente para combatir las infecciones por Enterobacteriaceae en los animales de granja y actualmente también en medicina humana como último recurso ante infecciones bacterianas resistentes. Teniendo en cuenta el incremento de las resistencias a otros antibióticos, el uso de la colistina ha ido en aumento durante los últimos años hasta ser hoy en día el quinto antibiótico más utilizado en la medicina veterinaria.
Por tanto, la EMA ha recomendado el uso de colistina sólo en los casos en que los antibióticos de primera elección sean ineficaces en los tratamientos veterinarios, así como reducir su comercialización, para poder minimizar el riesgo de resistencia antimicrobiana. Tanto es así, que la EMA ha propuesto como objetivo, reducir en un 65% la venta de los medicamentos que contengan este principio activo.
Esta reducción en el uso de la colistina no debería ser compensada con el de otros antibióticos, sino sustituido por medidas que mejoren las condiciones de bienestar animal en las granjas, mediante la mejora de los niveles de bioseguridad entre ciclos productivos y la vacunación del ganado. •