Este artículo es parte de la edición de noviembre, 2016

p1b670p6451kl411if1jkg11j6jq1a.pngDe izquierda a derecha, Josep Piñol, propietario de Cal Xulic y Josep Gibert, trabajador de la explotación

Visitamos la explotación avícola Cal Xulic, en la provincia de Lleida, para profundizar en la avicultura de precisión y ver de primera mano cómo se aplica ésta en una granja de broilers.

La granja, ubicada en el municipio de la Granadella, es propiedad de Josep Piñol, que gestiona y trabaja en la explotación junto con un trabajador, Josep Gibert, y cuenta con tres naves: una de ellas (de planta y piso), de 40 años de antigüedad, se encuentra en el pueblo y las otras dos, de veinte y diez años, están situadas en las afueras.

Estas dos últimas son las que visitamos para ver de primera mano el funcionamiento de la granja. Ambas están equipadas por New Farms, tanto a nivel de suministro de pienso y agua como en ventilación y recogida de datos por ordenador. Su propietario se muestra muy satisfecho con el trabajo realizado por la empresa leridana, destacando el buen funcionamiento de los equipamientos a lo largo de los últimos 10 años, desde la construcción y equipamiento de la nave más reciente.

 

La potencia contratada en las dos naves más recientes, para un total de 65.000 pollos, es muy baja: de solamente 18 kW

Un precursor de la avicultura de precisión

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Fig.1: Datos recogidos por los sensores del programa Precission Livestock Farming. En este caso, evolución del peso y monitorización de la actividad y distribución de los animales.

Josep Piñol ha vivido rodeado de aves durante toda su vida. Su padre, que trabajó toda su vida de albañil, construyó la nave más antigua, que sigue en funcionamiento hoy en día, y él siguió adelante con la construcción de las dos más nuevas.

Pese a dejar los estudios a los 16 años, Piñol se mostró muy interesado en la gestión de la explotación avícola. Empezó entonces a estudiar y a aprender cómo llevar a cabo un control exhaustivo de los datos que se pueden recoger en una nave repleta de aves: bajas, peso de las aves, gasto de pienso y energía, etc. Unos datos que le han servido para mejorar año tras año la productividad, consiguiendo un ahorro significativo en diferentes ámbitos como ventilación o calefacción.

No me van a pagar ni medio céntimo más que a los demás, por lo que si quiero incrementar mis ingresos
debe ser mediante el ahorro o el aumento del número de aves en la granja

Actualmente es también en la gestión y análisis de datos donde Piñol dedica un tiempo muy superior al que se acostumbra a dedicar en otras explotaciones avícolas. Nos explica que, al igual que cuando empezó, su obsesión es la recogida y posterior análisis de datos: desde la frecuencia de ventilación hasta la cantidad de pienso suministrado día tras día. Afirma que las gráficas donde se procesa la información obtenida son “el todo” para saber si las cosas funcionan como es debido. En caso de que no sea así, el control exhaustivo de todos los parámetros de la granja le permite detectar y erradicar un problema mucho antes de que este crezca. De este modo consigue enmendar errores para “saber lo que no se tiene que hacer hoy que se hizo mal ayer”.

Un ejemplo de esta meticulosidad en aplicar la información obtenida con esta recogida de datos lo vemos en la ventilación de la nave: cuando el clima es favorable se realiza una ventilación transversal mínima y, si es necesario, se utilizan los ventiladores para una ventilación tipo túnel.

Hasta aquí podríamos decir que es igual a muchas otras explotaciones avícolas, pero el uso de los ventiladores se controla con una precisión absoluta, de modo que solo estén en funcionamiento en caso de ser necesarios. “Muchos avicultores dejan los ventiladores funcionando cuando no son necesarios. Esto es como ir tirando billetes de cinco euros dentro del ventilador”, nos explica Josep Piñol. Su sistema es más preciso: en caso de que los niveles de CO2 de la nave se incrementen, el programa modificará los parámetros y recalculará la ventilación idónea. En caso de no poder alcanzar el nivel de CO2 deseado, una alarma sonará en el teléfono de Josep, quién desde el mismo móvil podrá activar los ventiladores de modo que todo vuelva a los niveles estándar marcados por él mismo.

Mediante ahorros significativos que suponen un esfuerzo extra como el que acabamos de mencionar, Piñol consigue un ahorro que, al término de un año, puede suponer la diferencia entre perder dinero, ganar poco o ganar mucho.

Después de la construcción de la última de las naves, la cantidad de pollos en la explotación se duplicó, pasando de los 45.000 que había entre las dos más antiguas (la de planta y piso y la de veinte años de antigüedad) a un total de 90.000 aves. Un cálculo rápido nos llevaría a pensar que los costes se duplicaron, al igual que el número de aves, pero gracias a la pericia mostrada por el avicultor al gestionar la granja se ha conseguido que el incremento de los costes sea solamente del 50%.

Cal Xulic es una de las cinco granjas de pollos en toda Europa que se encuentran en un programa de análisis de datos en ganadería para la mejora del bienestar animal. Este programa, coordinado por la Universidad de Lovaina (Bélgica), analiza el posicionamiento y el sonido dentro de la nave mediante la instalación de cámaras Eyenamic (proporcionadas por Fancom) y micrófonos (de la empresa Sound Talks) que permiten saber la situación de los animales en todo momento.

 

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Cuadro de control del ordenador F-38 de Fancom, que regula todos los parámetros ambientales de la nave.

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Las Instalaciones

La explotación, como ya hemos mencionado, cuenta con
4 naves: las dos más antiguas, ubicadas en el pueblo, son una misma construcción de planta y piso, con capacidad para 22.000 aves. Otra, de veinte años de antigüedad y con capacidad para otras 26.000 dispone de una tecnología que permite la recogida de datos básicos, aunque éstos son de más precisión y calidad en la última de las naves, la más reciente. Todas ellas son de hormigón, que, si bien no suponen ninguna ventaja a corto plazo -de hecho, el aislamiento no es tan bueno como en paneles sándwich- sí que lo es a largo plazo, porque, como afirma Josep Piñol “dentro de veinte años esto seguirá siendo hormigón, mientras que, en las naves con paneles, si entra algún bicho, pueden dañar gravemente la estructura”.

Las dos naves más recientes, ubicadas una al lado de la otra, cuentan con equipamiento y soporte técnico de New Farms. La más moderna de las dos, la de 10 años de antigüedad, mide 144 metros de longitud por 15,6 de ancho, y tiene capacidad para unos 46.000 pollos, lo que supone una densidad de 17,8 pollos por m2 aproximadamente.

Las medidas de esta nave fueron algo revolucionario en su momento de construcción en el año 2007, y todavía hoy en día puede considerarse de tamaño grande. Esto es algo que el avicultor agradece, ya que el entrar en una sola construcción es una tarea más fácil que tener que ir de nave en nave, poniéndose y quitándose todos los elementos de seguridad necesarios dentro de la misma. Además, cuenta con ventanas naturales, por lo que se ahorra en iluminación durante las horas de día.

La nave cuenta con 6 líneas de bebederos de tetina con recuperador Plasson y otras 5 de comederos ovalados Roxell. Desde la construcción de la nave han trabajado siempre con estas dos marcas de suministro de equipamiento para alimentación avícola, aunque ambos productos han ido evolucionando a medida que New Farms incorporaba nuevos y mejores modelos.

El uso de la ventilación es muy reducido, puesto que el avicultor está muy pendiente de la ventilación y la ajusta en cada momento a las necesidades de las aves. Por lo que respecta a la calefacción, se utilizan calderas de biomasa, así como el aire caliente que queda en el falso techo de la nave que mantiene la estabilidad térmica gracias a la radiación solar sobre el tejado. Para la refrigeración, en cambio, la más reciente cuenta con nebulizadores, mientras que la de veinte años dispone de un sistema de paneles cooling.

Por lo que respecta al control de la instalación dispone de dos ordenadores Fancom, suministrados también por New Farms, uno de los cuales, el Fancom F-38 regula todo el control ambiental de la nave, mientras que el otro, el F-37, analiza las básculas, evaluando continuamente el peso de los pollos.

Ambos ordenadores son elementos muy avanzados, ya que, desde 2007, solamente han requerido una actualización para incorporar dos aparatos más que ayudan a la recopilación de datos y, sobretodo, que den la alarma en caso de emergencia: el primero de ellos es una sonda de medición de CO2, que al detectar un exceso de este gas en el ambiente puede activar los ventiladores automáticamente o avisar al avicultor de este problema. La otra incorporación es la sonda de depresión negativa, que activa una alarma en caso de que los extractores de aire estén en funcionamiento, pero no lo estén las trampillas de entrada.

La explotación de Cal Xulic se encuentra muy cerca de la sede de New Farms. Esto facilita enormemente el contacto entre la empresa y el avicultor, que sabe que puede contar siempre con el soporte, consejo y los productos de la veterana empresa de suministros avícolas.

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Interior de la nave de 20 años. En el centro vemos un ingenioso sistema que permite atrapar pollos dentro de un espacio reducido para poder cogerlos y pesarlos sin tener que perseguirlos por la nave.

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Las ventanas a ambos lados de la nave proporcionan iluminación natural a los pollos que se encuentran en ella.

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Detalle de los bebederos y comederos que se encuentran en la nave.

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Cuadro de la sonda de depresión negativa, una de las nuevas incorporaciones en la nave equipada por New Farms en Lleida.

El día a día dentro de la explotación

 

Todas las naves de Cal Xulic trabajan dentro de la Cooperativa Guissona desde hace quince años. Estos le piden pollos de un peso de 1.750 o 2.600 gramos, que, según Piñol, consigue proporcionar a la integradora después de 30 o 40 días de engorde, respectivamente. El avicultor nos explica, orgulloso, que siempre consigue estar entre los mejores integrados de la cooperativa ilerdense.

Además, se muestra muy satisfecho con Guissona, ya que le pagan lo que él considera justo y cuando toca. Aun así, agradecería más información sobre los lotes que le llegan de la integradora: “no me importa quedarme con un lote que comporte alguna dificultad, porque a alguien le tienen que tocar, pero sí que les pido que me informen sobre ello para poder actuar en consecuencia, ya sea aislando este lote dentro de la nave o aplicando algún cuidado específico”.

Gracias al enorme tamaño de la nave más reciente, se puede separar en tres compartimentos, de modo que se pueda decidir qué sección se vacía primero a la hora de llevar las aves al matadero.

En cuanto a la dedicación diaria, Josep Piñol afirma que “se necesitan tres horas para realizar los servicios mínimos de recogida de bajas y el mantenimiento y control general de cada nave”. El resto del tiempo lo emplea en mejorar la eficiencia y productividad de la explotación.

Un aspecto en el que ha depositado su confianza en la integradora Guissona es la formulación de los diferentes tipos de pienso, de los que utiliza hasta 4 diferentes: arranque, crecimiento, engorde y finalización.

La proporción de bajas es muy reducida, en los últimos dos años es de un 3,2%. Piñol afirma que se debe al exhaustivo control de los diferentes factores que pueden afectar a las aves. “Cualquier anomalía que detectamos es rápidamente comparada con los datos previos y actuamos en consecuencia”. Y es que cualquier indicador es bueno para saber si hay algún problema: desde el piar de los pollitos hasta su posicionamiento dentro de la nave, pasando por el consumo de pienso y agua o un aumento extraño en el número de bajas.

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En esta imagen se aprecian tanto las trampillas del falso techo que dejan entrar aire caliente como el tubo de la caldera de biomasa que también proporciona calor al interior de la nave.

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