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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de octubre, 2016
El sector del huevo, especialmente sensible a los acuerdos de libre comercio
Información facilitada por INPROVO
El 15 de septiembre se reunió el Grupo de Diálogo Civil de la Comisión sobre Aspectos Internacionales de la Agricultura, con participación del representante de la asociación EUWEP, que representa a los comercializadores del sector en el UE y a la que pertenece INPROVO.
La Comisión confirmó que, por primera vez, está negociando normas de bienestar animal en los acuerdos TTIP y con Mercosur. Estados Unidos y los miembros de Mercosur tendrán que cumplir con normas equivalentes a la Directiva de bienestar de las gallinas comunitaria, que la Comisión entiende que aumenta el 2-4% del coste de producción en la UE, algo significativo en comparación con los márgenes. El problema es que reclamar equivalencia en las normas de bienestar animal da pie a la contraparte a pedir más cantidades de acceso al mercado de la UE.
Por parte de la EUWEP se puntualizó que la Directiva de bienestar es solo una parte del Modelo Europeo de producción, que supone un 15,1% de los costes totales de producción del huevo en la Unión Europea. Por ello se requiere fijar contingentes arancelarios para productos sensibles como el huevo. La Comisión respondió que eso es parte de las negociaciones. Mientras los aspectos de seguridad alimentaria se dan por supuestos y no hay que exigirlos, los de medio ambiente resultan difíciles de negociar debido a las diferentes sensibilidades entre países. El sector recalcó también la importancia de las ventajas comparativas que tienen otras áreas comerciales en los costes de producción respecto de la UE.
La Unión Europea tiene abiertas negociaciones para llegar a acuerdos de libre comercio con importantes socios, como EE.UU., Japón o Mercosur, y ha concluido recientemente el acuerdo con Canadá – CETA .
Portavoces de los gobiernos alemán y holandés han mostrado serias dudas de que pueda llegarse a un acuerdo con EE.UU. Las negociaciones del TTIP, que debían finalizar este año antes de las elecciones en Estados Unidos, tienen varios puntos con dificultades para el acuerdo. Mientras la diplomacia de EE.UU. ha difundido su reciente documento sobre el TTIP, las organizaciones de productores agrarios y ciudadanos alzan su voz contra los acuerdos de libre comercio, una parte consustancial de la tendencia hacia la globalización de la economía que puede amenazar las peculiaridades de la producción y el mercado de la UE. Los estándares de seguridad alimentaria, bienestar animal y medio ambiente son distintos y responden a una demanda de los ciudadanos comunitarios, que desean protegerlos.
Por último, la Asociación Nacional de Defensa de los Animales – ANDA – ha remitido un escrito a la Secretaría de Estado de Comercio solicitando que se tengan en cuenta las particularidades del modelo europeo de producción para no menoscabar los niveles de protección animal alcanzados en Europa ni poner en riesgo el sistema de producción europeo. Afirma que, tras muchos años de trabajo, se ha conseguido que los ganaderos europeos deban cumplir con altos estándares de bienestar animal, pero con la firma de estos tratados podrían encontrarse en una situación de competencia desleal ya que los productores norteamericanos no deben respetar tantas exigencias y podrían ofrecer sus productos mucho más baratos. •