Aspectos clave en el éxito del transporte de pollos

Gerrit van der Linde
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Intern. Hatchery Practice,
30: 5, 21-24.2016

Introducción

La salud y la productividad de las aves de corral muestran grandes variaciones en diferentes circunstancias. La comprensión de los efectos de las condiciones que conducen a esta variación ayuda a trabajar con el fin de obtener un mejor rendimiento. Un buen comienzo es esencial y el vulnerable pollito recién nacido tendrá que adaptarse a unas condiciones complejas.

Para que un pollito recién nacido responda al medio ambiente en que se halla de la mejor forma posible ha de estar en condiciones de comodidad desde el comienzo de su vida. Si el equilibrio es incorrecto, el estrés se traducirá en un mal desarrollo, lo que afectará a la inmunidad, al consumo inicial de pienso y a su digestión, a la uniformidad y al aumento de peso y en casos graves, incluso a la mortalidad. Por tanto, no tiene sentido poner el máximo esfuerzo en las técnicas de crianza e incubación cuando la buena calidad de los pollitos se echan a perder durante el transporte.

El transporte

El transporte de los pollitos recién nacidos significa su privación de alimento y agua, un posible estrés ambiental – por temperatura, humedad, velocidad del aire y presencia de CO2 – y todo esto durante un tiempo determinado. Es cierto que el transporte no puede mejorar la calidad del pollito recién nacido, pero sin duda podría afectarla negativamente. Por tanto, si se requiere un transporte por buenas razones, se debe hacer correctamente para evitar pérdidas innecesarias ya que en tal caso no tiene que influir en la calidad del pollito.

El transporte de pollitos recién nacidos se realiza tanto con los de reproducción, como por los de carne, para llevarlos desde la planta de incubación a las granjas e incluso, en grandes integradoras en el Medio Oriente entre las naves de una misma granja, por las grandes distancias entre ellas, con el consiguiente impacto negativo sobre su salud, según los casos.

Actualmente hay una tendencia para sustituir el transporte de los pollitos recién nacidos por el de los huevos embrionados de 18 días o bien el alimentarlos en la planta de incubación y llevarlos a la granja a los pocos días (*). Sin embargo, el riesgo de romper los huevos para incubar durante el transporte y las instalaciones adicionales necesarias en el criadero están a favor de transporte de los pollitos recién nacidos.

El pollito que ha sido alimentado muestra una producción de calor mucho más alta, con el riesgo de altas temperaturas durante el transporte. Se ha establecido un ritmo de alimentación que no debe ser interrumpido por más de un ciclo de digestión normal, lo que incluye el momento de la carga, transporte y descarga. Si se supera este tiempo, el perjuicio puede ser superior que la ventaja de la alimentación precoz.

La suspensión inherente del pienso y el agua pueden hacer que un pollito recién nacido esté bien preparado para su transporte y se suministra pienso o agua durante el mismo, el plazo se pueden estirar hasta 72 horas, lo que permite el transporte internacional, por ejemplo de los reproductores.

Los pollitos recién nacidos tienen una notable capacidad para sobrellevar el estrés inicial. El manejo de las plantas de incubación de los pollitos, con el ruido, la oscuridad y las vibraciones durante el movimiento parecen tener casi ninguna influencia en su confort después de que el factor de estrés ha desaparecido. Incluso la privación precoz de pienso, que lleva a reducir el peso corporal al cabo de unos pocos días, luego parece recuperarse mediante un crecimiento compensatorio. Sin embargo, un aumento de la temperatura corporal de 40 a 41 ºC durante 12 horas durante los primeros días, causada por un estrés ambiental, originó un peso corporal 30 g inferior al cabo de 35 días.

El transporte tradicional de las aves se lleva a cabo en cajas o cajones. En climas cálidos, se utilizan camiones abiertos, en relativamente pequeñas cantidades y en cortas distancias o poco tiempo: hasta unos 100 km o 2 horas. En las temporadas más frías o más húmedas, los pollitos se protegen a menudo por una cubierta. Esta solución relativamente simple y barata se acepta ampliamente, a pesar de cierta mortalidad que se produce a la llegada.

Las normas de calidad para el transporte son más estrictas con el aumento de tamaño de la explotación, de unas cantidades más altas, unas mayores distancias y unos más estrictos niveles de higiene de normas de seguridad alimentaria y de fiabilidad. La fisiología de las aves también tiende a cambiar, habiendo una necesidad creciente por una mayor ventilación, refrigeración y control ambiental. Así, el mentalizarse del perjuicio que puede originarse con un transporte inadecuado de pollitos recién nacidos es un primer paso importante para mejorar la eficacia del mismo y para llegar a disponer de una flota de camiones rentable parta ello.

En nuestra opinión, los camiones para pollitos y sus conductores deben ser tan profesionales como el material de la planta de incubación y el personal de ésta para que el rendimiento del transporte asegure la máxima calidad y uniformidad de aquel, su higiene y la fiabilidad de la operación. La parte positiva de la inversión en el desarrollo del transporte de pollitos es que si se elige con precisión, esto dará sus frutos, mejorando la calidad de los mismos y su rendimiento, con la consiguiente mayor rentabilidad en comparación con las mejoras que se realicen en la planta de incubación y las granjas.

La calidad del pollito

El aspecto más importante es la calidad del pollito recién nacido o, en otras palabras, ¿cuál será su rendimiento en la granja?. Las diferentes fases de la cadena de producción influyen en la calidad – el manejo de los reproductores, el transporte y almacenaje de los huevos, la incubación y el transporte de los pollitos recién nacidos -, siendo difícil evaluar la contribución de cada uno de estos aspectos por separado.

Los factores estresantes durante el transporte pueden provenir de la carga y descarga, la duración del viaje, la velocidad del aire, la humedad, los golpes, las vibraciones y el ruido. Lo más importante, sin embargo, es la temperatura, ya que la respuesta de las aves a unas temperaturas no óptimas puede causar graves perjuicios. La temperatura corporal del pollito durante el transporte debe mantenerse entre 39,5 y 40,0 °C. Este parámetro no es fácil de medir, pero se puede utilizar para evaluar el propio sistema de transporte.
Factores ambientales

La combinación de humedad, velocidad del aire y temperatura decide si el transporte va a ser un éxito. La temperatura corporal, medida como en el ombligo o la cloaca es más fiable, teniendo en cuenta que la temperatura medida en el ombligo es normalmente 0,5 °C menor que la interna en la cloaca y resulta más influida por la temperatura ambiente. Sin embargo, la temperatura del aire en las cajas de los pollitos puede servir de guía y así, la de 30 a 33 ° C se considera óptima, al igual que al inicio de la crianza. Lo más práctico es medir la temperatura del aire en el camión, aunque la más correcta depende de la velocidad de éste. Cuanto mayor sea la velocidad del aire, menor será la diferencia con el aire en la caja de los pollitos, de manera que más alto debería ser el punto de ajuste de la temperatura.

A modo de ejemplo, en un camión cerrado con poca ventilación, el punto de ajuste de la temperatura del aire puede ser tan bajo como 24 °C, mientras que en camiones mejor ventilados se puede llegar a 30 °C con el fin de mantener la temperatura deseada en las cajas de los pollitos. Una baja velocidad del aire siempre está relacionadas con una gran variación de temperatura en el camión, en el que las cajas para pollitos más calientes podrían estar a unos 33 ° C, si no a más. En un camión abierto, la variación será más grande, al no haber ningún control de la temperatura o del flujo de aire. Por esta razón, este tipo de transporte sólo es apto para temperaturas ambiente moderadas y tiempos de transporte cortos por las pérdidas o la mortalidad de los pollitos si la distancia es grande.

En cuanto a la humedad, expresada como humedad relativa, y en porcentaje, tiene una importante relación con la temperatura: cuando esta aumenta, la humedad relativa se reduce. Es por ello que, en climas moderados, cuando calentamos el aire frío en el invierno, vemos los niveles de humedad más bajos, en torno al 20%. Ya que esto no causa ningún perjuicio durante el transporte, los niveles aceptables se pueden definir entre 20 y 80 %. Sin embargo, esto sólo es válido en las temperaturas de confort, de 30 a 33 ° C como ya se ha indicado. A temperaturas más bajas o más altas, una alta humedad es peligrosa y se debe limitar a alrededor del 60 %. La razón es que a bajas temperaturas el aire húmedo toma más calor de los pollitos que el aire seco, por lo que aumentará el stress del frío. A altas temperaturas y humedades, el enfriamiento por evaporación que los pollos a alcanzar mediante una rápida respiración – jadeo – se reduce, lo que origina un estrés por calor, aumentando la mortalidad.

En nuestra opinión, el control de la humedad mediante la humidificación en los camiones de pollitos no es aconsejable ya que un aumento de la humedad no es necesario en invierno – cuando los niveles son bajos – y es peligroso en altas temperaturas. Un argumento habitual que hemos escuchado es que los pollitos se deshidratan durante el transporte y con los humidificadores se podría contrarrestar esto. La realidad es que los pollitos se deshidratan debido a su jadeo a altas temperaturas, lo que implica una pérdida de agua. El control de temperatura es la manera de resolver este problema, no la humidificación. La producción de humedad por los pollitos, especialmente a altas temperaturas, no se debe subestimar.

En un clima desértico, con alta temperatura y baja humedad, se puede utilizar un sistema de paneles de refrigeración para reducir la temperatura y aumentar la humedad. El reto en la climatización de un camión de pollitos recién nacidos es doble: en primer lugar, las condiciones climáticas ambientales tienen que ser modificadas hasta las temperaturas y humedades adecuadas y en segundo lugar esto se ha de hacer de forma que el aire se distribuya uniformemente en cada caja de pollitos. El objetivo es lograr de 30 a 33 ° C en las cajas para mantener una temperatura corporal entre 39,5 a 40 ° C. En un clima desértico, la temperatura y humedad tienen que ser modificadas a fin de lograr unas condiciones internas óptimas.

El gráfico adjunto muestra un informe real de un transporte de pollitos de un camión, tal como se obtiene a partir del sistema online de Heering. A una temperatura ambiente superior a 50 ºC, las temperaturas en el interior se mantienen alrededor de 27 ° C, con poca variación entre la parte delantera, central y posterior del espacio de carga. Un sistema de pre-enfriamiento reduce la temperatura y lleva la humedad hasta alrededor del 60 %, mientras que el CO2 es de alrededor de 1.500 ppm.

Confiabilidad

En los modernos camiones, los pollitos recién nacidos se agolpan en grandes cantidades en un relativamente pequeño volumen. Las condiciones climáticas se mantienen dentro de unos márgenes pequeños y dependen de la ventilación forzada y el control ambiental. Cuando estos sistemas fallan, el perjuicio tiene lugar daño en corto tiempo por lo que se necesita contar con unos sistemas muy fiables para garantizar un transporte seguro y confortable durante toda la vida útil del transporte. Esto hace que la fiabilidad sea un factor clave, para lo que hay que saber elegir un buen material y tecnología, un diseño correcto y un adecuado mantenimiento y reparación, viendo si los sistemas de copia de seguridad contribuyen a ello.
Requisitos de los camiones