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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de febrero, 2016
Directrices para corregir programas de incubación
Maciej Kowalczyk
Pas Reform Hatchery Technologies
Cualquier programa de incubación, incluso cuando tiene éxito, nunca es definitivo pues más tarde o temprano tendrá que adaptarse de acuerdo con los cambios resultantes del clima, la raza, la calidad del huevo, las actualizaciones técnicas de incubadoras y nacedoras y otros muchos factores. La necesidad de adaptación vendrá marcada por los resultados en cuanto a la incubabilidad y la calidad de los pollitos. La vigilancia rutinaria de la temperatura de la cáscara del huevo y la pérdida de peso de éste, por ejemplo, puede proporcionar una alerta temprana de que se necesitan cambios.
Cada planta de incubación funciona en su situación específica, única y sus programas de incubación también deben ser específicos para que se corresponda con las condiciones locales. La adopción de un programa de incubación que tiene éxito para otra planta, e incluso uno que opera en condiciones similares a las propias, por lo general no es la mejor opción.
Antes de ajustarse a un programa es útil responder a una serie de preguntas:
- ¿Responden con precisión las incubadoras a los puntos de ajuste programados? Si no, puede que simplemente se necesita un poco de mantenimiento o una re-calibración de los sensores.
- Si el problema es incidental o evidente sólo en algunas de las máquinas, es probable que la solución se encuentre revisando el mantenimiento de aquellas afectados.
- ¿Puede establecerse el origen del problema? Por ejemplo, si se trata de un retraso en el desarrollo del embrión o de una mortalidad temprana, el problema puede estar relacionado con la máquina de carga, pero si hay un aumento de la mortalidad en embriones completamente desarrollados lo probable es que esté en la nacedora.
- ¿Afecta el problema a todos los huevos, o sólo a ciertos lotes? El estado actual de las manadas de reproductores puede requerir ser investigado.
En resumen, es importante establecer porque un programa tiene que ser cambiado y donde ha surgido el problema.
Un programa de incubación es de una construcción compleja: es la expresión de una estrategia que conduce al desarrollo óptimo de los embriones, donde se combina cada elemento para influir en otro, y viceversa. En general, los programas o las estrategias de incubación intentan una tarea aparentemente sencilla:
- Mantener los huevos a una temperatura estable de 100,0 °F en la incubación, aumentando gradualmente hasta no más de 101,0 °F en los últimos días,
- Permitir una pérdida de peso de los huevos del 11-13 %,
- Garantizar la correcta concentración de oxígeno en el aire.
- Voltear los huevos con regularidad.
El objetivo es lograr todo esto con un calentamiento mínimo, una refrigeración y humidificación para la mejor eficiencia energética y lo que parecen ser pequeños cambios. Por ejemplo, el cambio de punto de ajuste de temperatura en 0,5 °F o de la humedad relativa en un 2-3 %, puede representar una gran diferencia en los resultados. Y el ventilar un poco más refrescará el aire, pero también reducirá la humedad, aumentando el efecto de enfriamiento y forzando a la máquina para restaurar los puntos de ajuste.
Las preguntas sobre “¿que cambio se ha hecho?”, “¿cuándo?” y “¿desde cuándo?” pueden transformar una tarea sencilla en un tema complejo. Un programa existente que representaba, hasta hace poco, la obtención de unos resultados “aceptables” debe formar el esqueleto de un nuevo programa, haciendo solo un cambio para poder evaluar su impacto y evolucionar en consecuencia, lo que es mejor que el revolucionar la programación de incubación. •
CONSEJO
- Asegurar que las incubadoras y nacedoras están realmente trabajando para establecer los puntos de ajuste con precisión antes de realizar cambios.
- Seguir una rutina de mantenimiento estricto y periódico.
- Evitar los puntos de ajuste poco realistas que están más allá de las capacidades de la propia tecnología.
- Realizar los cambios en los parámetros de incubación de uno en uno para poder supervisar su efecto.
- Probar y repetir cada nuevo programa de 2-3 veces en las máquinas seleccionadas antes de aplicarlo en general.
- Mantener registros precisos para monitorear y evaluar los resultados.
- Observar cuidadosamente los efectos de los cambios: considerar nombrar a los nuevos programas para reflejar esos cambios.