Directrices para corregir programas de incubación
Maciej Kowalczyk
Pas Reform Hatchery Technologies
Cualquier programa de incubación, incluso cuando tiene éxito, nunca es definitivo pues más tarde o temprano tendrá que adaptarse de acuerdo con los cambios resultantes del clima, la raza, la calidad del huevo, las actualizaciones técnicas de incubadoras y nacedoras y otros muchos factores. La necesidad de adaptación vendrá marcada por los resultados en cuanto a la incubabilidad y la calidad de los pollitos. La vigilancia rutinaria de la temperatura de la cáscara del huevo y la pérdida de peso de éste, por ejemplo, puede proporcionar una alerta temprana de que se necesitan cambios.
Cada planta de incubación funciona en su situación específica, única y sus programas de incubación también deben ser específicos para que se corresponda con las condiciones locales. La adopción de un programa de incubación que tiene éxito para otra planta, e incluso uno que opera en condiciones similares a las propias, por lo general no es la mejor opción.
Antes de ajustarse a un programa es útil responder a una serie de preguntas:
En resumen, es importante establecer porque un programa tiene que ser cambiado y donde ha surgido el problema.
Un programa de incubación es de una construcción compleja: es la expresión de una estrategia que conduce al desarrollo óptimo de los embriones, donde se combina cada elemento para influir en otro, y viceversa. En general, los programas o las estrategias de incubación intentan una tarea aparentemente sencilla:
El objetivo es lograr todo esto con un calentamiento mínimo, una refrigeración y humidificación para la mejor eficiencia energética y lo que parecen ser pequeños cambios. Por ejemplo, el cambio de punto de ajuste de temperatura en 0,5 °F o de la humedad relativa en un 2-3 %, puede representar una gran diferencia en los resultados. Y el ventilar un poco más refrescará el aire, pero también reducirá la humedad, aumentando el efecto de enfriamiento y forzando a la máquina para restaurar los puntos de ajuste.
Las preguntas sobre “¿que cambio se ha hecho?”, “¿cuándo?” y “¿desde cuándo?” pueden transformar una tarea sencilla en un tema complejo. Un programa existente que representaba, hasta hace poco, la obtención de unos resultados “aceptables” debe formar el esqueleto de un nuevo programa, haciendo solo un cambio para poder evaluar su impacto y evolucionar en consecuencia, lo que es mejor que el revolucionar la programación de incubación. •
CONSEJO