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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de enero, 2015
Esperanza Orellana
Subdirectora Gral. de Productos Ganaderos -MAGRAMA
“No somos capaces de exigir a otros países las trabas que nos imponemos para que el consumidor esté orgulloso del sistema productivo»
Licenciada en Veterinaria por la Complutense de Madrid, en la especialidad de Medicina y Sanidad. En 1994 se incorpora a la Dirección General de Ganadería, para trabajar en la gestión de los sectores vacuno y ovino y, a partir de 2002, también en la puesta en marcha de los sistemas de trazabilidad de las producciones ganaderas. Desde 2002 es subdirectora de Porcino, Avicultura y otras Producciones Ganaderas. En los últimos años, ha sido responsable de la gestión de los acuerdos veterinarios para exportaciones a terceros países de productos de origen animal. Desde 2008 es Subdirectora General de Productos Ganaderos, y en 2010 asume las competencias en bienestar animal.
Marisa Montes
[email protected]
Como consecuencia de la Directiva de Bienestar Animal hemos estado viendo cómo aumentaba la producción de huevos alternativos. Pero, ¿qué diferencias podemos encontrar en otros países de Europa?
En España hasta hace poco, prácticamente en 2009, el 97% de la producción de huevo era en batería. En otros países, ya en ese mismo año –por ejemplo en Reino Unidola proporción ya superaba el 50% a favor del huevo alternativo. Hay países, como Austria u otros del norte de Europa, que hace seis o siete años ya daban esas cifras. El consumidor lo demandaba. En España esa demanda no se producía porque estábamos más orientados al precio. Sí es verdad que en los últimos tiempos han empezado a aparecer esas preocupaciones, incluso en situaciones de crisis económicas, es decir, en un momento en que la gente no tiene mucho interés en pagar mucho más por un producto. También es verdad que nuestro huevo alternativo tiene un precio relativamente competitivo. Hay países en los que este producto vale cuatro o cinco veces más que el de batería, quizás porque los de batería los importan, porque no los tienen ya.
La producción alternativa no se ha salvado de los fraudes. ¿Cómo se puede luchar contra esto?
Los huevos se parecen mucho externamente. Aparte de la responsabilidad del sector, que es el primer interesado en que exista esa leal competencia y credibilidad, las administraciones tenemos que asumir también un papel activo en esta fase inicial de nacimiento del sector. El que hiciéramos un protocolo de control del huevo alternativo fue una demanda del propio sector, y por eso se diseñó este plan, que se aprobó a primeros de año y que ya está en marcha; ya se están haciendo inspecciones.
¿Cómo cree que está actualmente la credibilidad del consumidor?
Yo creo que la industria agroalimentaria es enormemente sólida y que genera confianza. El consumidor debe asumir que tenemos un sistema agroalimentario de los más avanzados del mundo. Otra cosa es que ha habido puntualmente en ciertos sectores noticias de fraude, y cada vez que eso ocurre y es amplificado por los medios, los consumidores pierden la credibilidad o en el producto, en el sistema o en la industria agroalimentaria en general, que eso es más preocupante. Hubo un escándalo en los huevos ecológicos en Alemania, y eso es lo que no queremos que vuelva a ocurrir.
El protocolo de control del huevo alternativo fue una demanda del propio sector. El plan se aprobó a primeros de año y ya se están haciendo inspecciones
El sector de puesta viene arrastrando muchos problemas desde que entró en vigor la famosa Directiva, hace ya dos años…
Afectó mucho algo que es muy español, y que es dejar las cosas para el último momento. Cuando tú dejas una adaptación como esta, que suponía realizar inversiones muy importantes, y por una Directiva que se había aprobado hacía diez años, y decides hacerlo el último año, que es un año de crisis económica –en el que no te dan créditos-, en el que todo el mundo lo ha decidido al mismo tiempo y faltan hasta materiales para cometer las reformas…; todo eso nos hizo, primero, irnos a seis meses más de lo previsto y, segundo, provocó un desabastecimiento: casi todas las granjas cerraron a la vez para hacer a la vez las obras. Se produjo una caída de más de diez millones de gallinas en muy poquitos meses. El huevo subió mucho de precio, la industria que trabajaba con huevo no lo encontraba, y se provocó un pico en el mercado que tampoco es deseable. La adaptación se debería haber hecho de una manera escalonada.
Ahora mismo aún hay mucha gente que desconoce qué herramientas tenemos para evitar la entrada de huevo de terceros países.
Esto es un problema en todos los sectores que hemos dotado de normas más exigentes que el estándar internacional. El huevo de cáscara, si está producido con otras normas, en el etiquetado tiene que poner: “No UE”. Pero la verdad es que el huevo de cáscara no entra prácticamente; es un producto que se transporta mal y no a distancias muy grandes. Puede entrar huevo de cáscara de Portugal a España o de Francia –que cumplen las mismas normas que nosotros-. El problema es el huevo pasteurizado, huevo en polvo, clara, albúmina, etc. Ahí sí que no hay métodos, porque es contrario a las normas de la Organización Mundial del Comercio poner trabas de ese tipo. Así que, lamentablemente, nos auto-imponemos unas trabas para que nuestro consumidor esté orgulloso de nuestro modelo productivo que luego somos incapaces de exigir a otros países.
La tendencia del aumento del huevo alternativo, ¿cree que se seguirá manteniendo en el futuro o es, por el contrario, una moda pasajera?
Es de esperar que sí, si cuidamos al sector y no hacemos cosas raras, porque es una tendencia normal que ha habido en los países de nuestro entorno. Quizás en España se ha retrasado un poquito, o no ha sido tan evidente por efecto de la crisis, pero sí, va a continuar, estoy convencida. Además, la evidencia es que las empresas grandes que han trabajado toda la vida con huevo en batería han realizado importantes inversiones para hacer grandes explotaciones –a lo mejor de un millón de gallinas- de sistemas alternativos: huevos camperos, ecológicos, etc. No es una cuestión que lleven a cabo unos pocos productores pequeñitos, sino que hay grandes empresas que han visto que hay un nicho de mercado. •