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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de diciembre, 2014
SOLUCIONES DE GRANJEROS PARA ENTRAR EN LA BONIFICACIÓN DE LOS NUEVOS CONTRATOS DE INTEGRACIÓN
¿Cómo han solucionado los problemas plantares y las pechugas quemadas los granjeros que lo habían padecido?… Ahora nos lo explican.
En esta ocasión, visitamos a Ángel de San Carles de la Rápita, en el Delta del Ebro. Tiene una granja de unos 20 años de antigüedad de planta y piso fabricada con hormigón armado de 840 m2 por piso (70×12) con ventilación lateral, ayudada con extractores y orientada norte-sur. A nivel del mar y a menos de 1.000 metros de la costa. Esto supone un alto nivel de humedad en el ambiente. Durante toda la vida se dedicó al engorde de pavos, pero el nivel de riesgo al tener sólo dos crianzas anuales, le llevó a la cría de broilers con seis crianzas anuales.
Para el cambio tuvo que readaptar la granja a nivel de comederos y bebederos, así como actualizar las ventanas. La calefacción continúa mediante pantallas de gas Kromschroeder hasta que la moratoria de la nueva ley se lo permita.
Tiene 22.300 pollos por crianza con aclarado de hembras a 1.850 kg y 30 días, y los machos a 2.800 en 45 días aproximadamente. Para mantenerlos a una temperatura de 30ºC durante los primeros días, consumía cerca de 1.000 € de gas por manada con 16 pantallas, y sólo 8 encendidas en la pollera.
Durante el primer año de cría tuvo muchos problemas de humedad en la cama -cascarilla de arroz- debido a la coccidia
Esto pudo solucionarlo con el cambio de agua de pozo a la red urbana y mejorar la calidad de esta. Aun después de disminuir un cien por cien las heces líquidas, seguía teniendo la yacija muy húmeda y no terminó con los problemas plantares y las segundas. La única solución era tener una constante ventilación. Esto le suponía un gasto enorme en calefacción que rebajaba muchísimo los beneficios de explotación. Aconsejado por el técnico de su integradora decidió instalar intercambiadores-recuperadores de calor para aumentar la ventilación sin que tuviera un alto coste de suministro de gas. Aunque es una zona con temperaturas benignas- mínimas de 5 ºC en invierno-el estar tan cerca de la costa y los vientos fríos y húmedos que llegan de la cercana Sierra de Montsià crean problemas con el ambiente.
Para acabar de solucionar los problemas instaló 4 Recuperadores de Calor en la nave coincidiendo en el espacio de la pollera. Con ellos aumentó significativamente el nivel de ventilación y la temperatura del aire. Tras varias visitas a granjas vecinas, se decidió por el modelo IP-2600 de COMERCIAL CABANES. Estos son los únicos Recuperadores de Calor del mercado que se instalan en el interior de las naves aprovechando el calor ambiente para obtener un mejor rendimiento. Otras características que son propias de sus equipos son la electrónica OMRON y las turbinas CASALS, que permite controlar el sistema de flujos al trabajar por depresión. Además la programación de la máquina queda grabada en una memoria EEPROM –sin necesidad de energía- para que no le afecten los micro cortes de luz. El número de máquinas necesarias para una nave, viene determinado por el tamaño de la nave, la densidad de animales y el número de días que se tenga planeado aguantar los recuperadores encendidos sin otro tipo de ventilación-normalmente 20 días.
Según las tablas de ventilación de Ross, una máquina cada 250 m2 con una densidad de hasta 15 pollos m2 y una máquina cada 180 m2 si se supera esta densidad.
La capacidad máxima de ventilación es de 2.000 m3/hora regulable desde 100 m3/hora.
En el caso de Ángel la necesidad era de 8 unidades, tras la primera manada con 4 Recuperadores de Calor adquirió 2 unidades más, que instaló el mismo, para la planta baja.
La limpieza general se realiza con el vacío sanitario, pero para que sean 100% efectivos limpia los filtros a diario. Son fácilmente desmontables y ligeros por lo que se lleva la parte interna al exterior y la limpia a presión.
Obtuvo los siguientes rendimientos:
Disminución del consumo de gas de 6.000 € hasta los 2.000 € anuales
Ahorro en yacija ya que antes de instalar los aparatos tenía que reponer cama constantemente.
Desaparición de condensación en techos.
Mejora del índice de conversión con ahorro, según Ángel, de “hasta 18.000 kilos de pienso en una pollada.” Calculó que su Índice de conversión era muy elevado y consiguió rebajarlo hasta en un kilo por animal.
La calidad del pollo ha subido tanto que ha recibido las bonificaciones llegando a ganar hasta 0.50 € por animal de media. Está tan satisfecho que da por amortizadas las máquinas en un solo año, y que con el ahorro generado, en enero finalizará la instalación con las dos últimas unidades para el primer piso. Además en un futuro, cuando tenga que retirar las pantallas de gas por la nueva normativa, transformara sus IP-2600 en IPB-2600 instalando el radiador de agua y la caldera para que sirvan tanto para la ventilación como para apoyo la calefacción.