Este artículo es parte de la edición de diciembre, 2014

NUEVAS REFLEXIONES SOBRE ALMACENAMIENTO DE HUEVOS

Guo Jun
Aviagen Ltd., Reino Unido Conferencia en Utrecht, en 19-5-2014

Cuando los huevos para incubar se almacenan durante más de una semana, su porcentaje de nacimientos se reduce. Almacenado durante más de 14 días, la pérdida puede ser sustancial, y es a menudo extremadamente variable. Para optimizar la incubabilidad la mejor práctica es recoger los huevos 3-4 veces al día, enfriarlos por debajo de 24 ºC lo antes posible y luego mantenerlos durante no más de 7 días a una temperatura constante hasta su precalentamiento antes de cargarlos en la incubadora.

Las integradoras pueden organizar su producción de manera que la mayoría de los huevos se carguen dentro de los 7 días de la puesta. Sin embargo, las plantas de incubación independientes y las granjas de reproducción se enfrentan a algunos retos para disponer de huevos de pocos días debido a los variables volúmenes de los pedidos y a las fluctuaciones estacionales de la demanda. Por ello, nosotros hemos estado buscando en la aplicación de períodos cortos de incubación durante el almacenamiento la forma de mejorar la incubabilidad en el caso de que la edad del huevo esté por encima de 7 días.

Un prolongado almacenamiento de los huevos afecta tanto el embrión como a la cámara de incubación que lo contiene, el huevo. La calidad interna del huevo se deteriora, lo que afecta a la calidad del albumen y a la integridad de la membrana vitelina. El metabolismo del embrión se reduce y se produce alguna muerte celular del mismo. En la sala de incubación, estos cambios en los huevos almacenados originan una mayor proporción de claros en el miraje debido al aumento de la mortalidad embrionaria temprana. Los pollitos también tardan más en nacer y hay más pollos de desecho. Algunas de estas pérdidas pueden evitarse con una carga de los huevos lo antes posible para que todos los pollitos viables tengan tiempo para salir del cascarón. Un almacenamiento a menos temperatura y el volteo en el mismo ayudan a mantener la calidad interna del huevo. En la práctica, las salas de incubación comerciales ajustan generalmente las horas de la carga, pero es menos corriente ajustar las temperaturas de almacenamiento o el volteo de los huevos durante el mismo. Y es menos conocido que un tratamiento térmico estratégicamente programado puede, al avanzar el desarrollo del embrión, que sea más capaz de sobrevivir el almacenamiento ya que unos breves períodos de calor pueden dar a las células la oportunidad de reparar las lesiones inducidas por el envejecimiento del huevo y el embrión.

Mirando a las investigaciones anteriores, las experiencias que se han centrado en el tratamiento térmico durante el almacenamiento de los huevos datan de hace al menos los últimos 100 años. Es una zona lógica para explorar, porque cuando una gallina pone un lote de huevos en el nido, los primeros que pone son recalentados cada vez que la gallina vuelve al mismo para poner otro huevo. La mayoría de los informes muestran los efectos de los tratamientos en la granja antes de iniciarse el almacenamiento, cuando el objetivo es avanzar en el desarrollo del embrión antes de la refrigeración de los huevos, con lo que, en general, se produce una mejora de la incubabilidad, pero el proceso tiene una desventaja importante: debe aplicarse poco después de la recogida de los huevos. La posibilidad de equipar y monitorizar un pre-almacenamiento en varios lugares no es atractiva.

Cuando Ar y Meir –2002- informaron acerca de los efectos beneficiosos mediante un enfoque alternativo en el que se aplicó a los huevos un tratamiento térmico durante su almacenamiento se abrieron nuevas posibilidades (*). Una ventaja importante del mismo es que puede ser aplicado en cualquier planta de incubación, lo que hace el proceso mucho más sencillo de manejar.

Un pequeño número de plantas de incubación de alta generación ya están utilizando los tratamientos térmicos durante el almacenamiento con cierto éxito. Sin embargo, los resultados de los experimentos publicados son variables, y no es fácil entender porque algunos han tenido mucho más éxito que otros. Así se organizaron una serie de ensayos a pequeña escala, para explorar las principales variables:

  • ¿Cuántos tratamientos se necesitan para dar el mejor resultado después de 21 días de almacenamiento?
  • ¿Que tiempo de almacenaje se necesita para observar una mejora?
  • Al calentar los huevos, es mejor aplicar son largos períodos de calentamiento o cortos?

    (*) Ar, A., M. y Meir. 2002. XI Conferencia Europea de Avicultura, Bremen.

  • Si una planta de incubación sólo puede administrar un tratamiento de calor, ¿irá tan bien como los tratamientos repetidos, y cuando es el momento óptimo para hacerlo?

La mayoría de las experiencias se han llevado a cabo en EE.UU. utilizando huevos para incubar para el broiler Ross 308. Los huevos utilizados en cada ensayo procedían de la producción de un solo día, puestos por una manada en el momento máximo de la fertilidad y la incubabilidad. En cada ensayo se cargaron algunos huevos después de sólo 3 días de almacenamiento, para proporcionar un control positivo y el resto fueron almacenados a 15-18 ºC durante un máximo de 21 días. Algunos huevos se dejaron sin tratar de disponer de un control negativo y el resto fueron sometidos a diferentes tipos de tratamientos de calor.

Para cada tratamiento térmico, los huevos fueron trasladados desde el almacén refrigerado al pasillo frente a una incubadora Chickmaster de carga múltiple durante un tiempo pre-definido en los días predefinidos. Al final de la duración del tratamiento designado, los huevos fueron devueltos directamente al almacén refrigerado. Se utilizaron 1.944 huevos por tratamiento, colocándose en 12 bandejas de incubación. La técnica utilizó cortos períodos de incubación durante el almacenamiento del huevo y se denomina como SPIDES en todo lo que sigue.

Como punto de partida para el primer ensayo, los huevos de cada tratamiento se guardaron durante 4 horas en el corredor de la incubadora, lo que, mirado en retrospectiva, fue una elección afortunada. La medición de las temperaturas internas de huevo mostraron que los huevos se calentaron hasta o justo por debajo de la temperatura de incubación en este tiempo, dependiendo de donde estaban situados en el carro. Si hubiesen estado colocados en un carrito de carga totalmente lleno de una incubadora de carga única habrían tardado el doble de tiempo para llegar a la misma temperatura.

El seguimiento de la incubabilidad del contenido de cada bandeja mostró que los huevos calentados a unas temperaturas finales entre 32 y 38 º eclosionaron de forma similar, sin diferencias significativas debido a su posición en el carrito de almacenaje durante el tratamiento SPIDES.

figura_1.jpg
Fig. 1. Temperatura interna del huevo durante un tratamiento térmico de 4 horas en los colocados en los carritos colocados en el pasillo de una incubadora Chickmaster de carga múltiple. Los ventiladores dirigidos hacia abajo calientan primero los huevos en la parte superior del carro y los del centro más lentamente. Las temperaturas máximas oscilaron entre 33 y 38 ºC.

Los huevos tratados con SPIDES tuvieron una menor mortalidad embrionaria temprana y dieron lugar a nacimientos antes que los controles almacenados

A partir de los ensayos basados en Estados Unidos hemos aprendido que:

  • Cuando se almacenan los huevos durante 21 días, el aplicar dos, cuatro o cinco tratamientos SPIDES repetidos durante 4 horas mejoró significativamente (P <0,001) mejoró la incubabilidad.
  • Los huevos tratados con SPIDES tuvieron una menor mortalidad embrionaria temprana y dieron lugar a nacimientos antes que los controles almacenados.
  • En duraciones de almacenamiento de 7 y 14 días, el tratamiento SPIDES permitió una numéricamente pequeña, pero aún estadísticamente significativa (P <0,05 y P <0,005, respectivamente), mejora de la incubabilidad -figura 2-.
  • Los mejores resultados se obtuvieron a partir de 2 o 3 tratamientos térmicos cortos, de tal manera que el tiempo acumulado que los huevos estaban por encima de 32 ºC fue de menos de 10 horas. Los tratamientos largos repetidos no funcionan tan bien, y en los extremos hicieron que la incubabilidad fuera peor -figura 3-.
  • Los tratamientos únicos no funcionan tan bien como los repetidos de los huevos almacenados más de 12 días. Sin embargo, el momento del tratamiento parece ser relativamente poco importante.
figura_2.jpg
Fig. 2. Experiencia Nº 2: Incubabilidad de todos los huevos. El SPIDES dio importantes mejoras con 7, 14 y 21 días de almacenaje.. Al igual que en la primera prueba, el tratamiento redujo la mortalidad embrionaria temprana y aceleró el momento del nacimiento.
figura_3.jpg
Fig. 3. La pérdida de incubabilidad después de 21 días de almacenamiento puede ser recuperada con un tratamiento SPIDES, dependiendo del tiempo que la temperatura de la superficie del huevo se mantenga por encima de 32 grados C. Para los mejores resultados, el tiempo acumulado por encima de 32 ºC debe estar entre 5 y 10 horas.

Otra prueba se llevó a cabo en el Reino Unido utilizando huevos de Arbor Acres GGP con objeto de comparar el impacto de SPIDES cuando los huevos se calentaron rápidamente hasta el mismo punto final -como en las pruebas anteriores- o lentamente, en una incubadora de carga única. Los huevos de ambos tratamientos fueron calentados a una temperatura final de 37,5 °C y después enfriados enseguida. Un tratamiento alcanzó esta temperatura en 4 horas y el otro tardó 8 horas. Ambos tratamientos mejoraron la capacidad de eclosión y dieron exactamente la misma incubabilidad media de todos los huevos cargados, lo que conduce a la conclusión de que el tiempo necesario para alcanzar la temperatura de incubación no es probable que sea un problema. Los ensayos de campo se han ejecutado en Aviagen GP y salas de incubación de reproductores de PS (**) en el Reino Unido, Hungría, EE.UU., Nueva Zelanda, India y Turquía. Las plantas de incubación tenían máquinas de los principales fabricantes de incubadoras e incluyeron tanto modelos de carga única como de carga múltiple. A partir de estas pruebas se ha demostrado que:

(**) PS, Parent stock: Reproductores. GP, Grand Parent: Aves abuelas. GGP, Great Grand Parent: Aves bisabuelas.

En una sala de incubación de mucho trabajo el SPIDES puede ser un reto adicional no deseado para el personal. Sin embargo, vale la pena probarlo si los huevos se cargan regularmente de 7 días o más. Las mejoras que se pueden esperar son de alrededor de un 3 % en los huevos de entre 7 y 12 días, aumentando rápidamente después de 13 días a una meseta a unos 18 días de alrededor del 14%, o incluso más si el almacén de huevos está especialmente mal. Los beneficios de tener más pollitos, una mejor utilización de los huevos y el espacio de incubación, así como una ventana de incubación más estrecha son todos unos aspectos de valor comercial real.

  • Con SPIDES se puede mejorar la incubabilidad de los huevos producidos por reproductores jóvenes y viejos.
  • SPIDES sirve para todas las marcas y tipos de incubadora que se han probado hasta ahora, siempre y cuando los tiempos de calentamiento se ajusten lo necesario y los huevos se tengan en bandejas de los carritos, debidamente separados y espaciados.
  • Es importante enfriar los huevos rápidamente después del calentamiento, antes de volver al almacén.
  • No ayuda en nada predefinir un tratamiento térmico en términos de tiempo sino que lo importante es que los huevos se calienten justo por debajo de la temperatura de incubación y después se enfrien.
  • Realizado correctamente, los tratamientos SPIDES pueden restaurar entre el 65 y el 75% de toda la incubabilidad perdida.
  • Los tratamientos SPIDES permiten una ventana de nacimientos más estrecha cuando la edad de los huevos es variable.
  • Los huevos infértiles no se ven afectados.
  • La calidad del pollito fue en general un poco mejor después del tratamiento SPIDES
Con el apoyo de:
Categorías
En esta edición diciembre, 2014

Setna

Leer

Tashia biopure

Leer

Tecno Farms

Leer

Cosma

Leer

Gandaria

Leer

JPA

Leer

Otras ediciones

12 / 2022 LEER
11 / 2022 LEER
10 / 2022 LEER
09 / 2022 LEER
08 / 2022 LEER
07 / 2022 LEER
06 / 2022 LEER
05 / 2022 LEER
04 / 2022 LEER
03 / 2022 LEER
02 / 2022 LEER
01 / 2022 LEER
12 / 2021 LEER
11 / 2021 LEER
10 / 2021 LEER
09 / 2021 LEER
08 / 2021 LEER
07 / 2021 LEER
06 / 2021 LEER
05 / 2021 LEER
04 / 2021 LEER
03 / 2021 LEER
02 / 2021 LEER
01 / 2021 LEER
12 / 2020 LEER
11 / 2020 LEER
10 / 2020 LEER
09 / 2020 LEER
08 / 2020 LEER
07 / 2020 LEER
06 / 2020 LEER
05 / 2020 LEER
04 / 2020 LEER
03 / 2020 LEER
02 / 2020 LEER
01 / 2020 LEER
12 / 2019 LEER
11 / 2019 LEER
10 / 2019 LEER
09 / 2019 LEER
08 / 2019 LEER
06 / 2019 LEER
06 / 2019 LEER
05 / 2019 LEER
04 / 2019 LEER
03 / 2019 LEER
02 / 2019 LEER
01 / 2019 LEER
12 / 2018 LEER
11 / 2018 LEER
10 / 2018 LEER
09 / 2018 LEER
08 / 2018 LEER
08 / 2018 LEER
07 / 2018 LEER
06 / 2018 LEER
05 / 2018 LEER
04 / 2018 LEER
03 / 2018 LEER
02 / 2018 LEER
01 / 2018 LEER
12 / 2017 LEER
11 / 2017 LEER
10 / 2017 LEER
09 / 2017 LEER
08 / 2017 LEER
06 / 2017 LEER
05 / 2017 LEER
04 / 2017 LEER
03 / 2017 LEER
02 / 2017 LEER
01 / 2017 LEER
12 / 2016 LEER
11 / 2016 LEER
10 / 2016 LEER
09 / 2016 LEER
08 / 2016 LEER
07 / 2016 LEER
06 / 2016 LEER
05 / 2016 LEER
03 / 2016 LEER
02 / 2016 LEER
01 / 2016 LEER
11 / 2015 LEER
10 / 2015 LEER
09 / 2015 LEER
08 / 2015 LEER
07 / 2015 LEER
06 / 2015 LEER
05 / 2015 LEER
04 / 2015 LEER
03 / 2015 LEER
02 / 2015 LEER
01 / 2015 LEER
11 / 2014 LEER
10 / 2014 LEER
08 / 2014 LEER
07 / 2014 LEER
06 / 2014 LEER
05 / 2014 LEER
04 / 2014 LEER
03 / 2014 LEER
02 / 2014 LEER
01 / 2014 LEER
12 / 2013 LEER
11 / 2013 LEER
10 / 2013 LEER
09 / 2013 LEER
08 / 2013 LEER
07 / 2013 LEER
06 / 2013 LEER
05 / 2013 LEER
04 / 2013 LEER
03 / 2013 LEER
02 / 2013 LEER
01 / 2013 LEER