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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de noviembre, 2014
Pollos engordados con agua, la enésima mentira del periodismo amarillista
Estamos hartos de ver en prensa la sarta de mentiras que se publican contra el sector agroalimentario. La última tiene formato de vídeo, y se llama “Revelan cómo engordan a los pollos que se consumen en las tiendas”. El sector avícola ha tenido que lidiar una y otra vez, a lo largo de la historia, con las informaciones erróneas, o directamente malintencionadas, que cada cierto tiempo se publican sobre la producción de carne de ave. Si bien es cierto que en producción animal no todo se ha hecho bien siempre y que es verdad que ciertos escándalos no deberían haberse producido nunca –tolerancia cero por nuestra parte contra todas aquellas prácticas que vayan en contra de la normativa-, la realidad es que el sector avícola se ha caracterizado siempre por ser uno de los más avanzados de todas las especies, por ejemplo en el terreno de la bioseguridad, y por lo tanto no es justo que pague el pato de lo que hacen mal otros.
Esta última mentira que corre por la red, y que de nuevo puede ser demoledora para los productores de pollo españoles, es un vídeo publicado por El Mundo y ABC, en el que se puede ver que alguien inyecta alguna sustancia a los pollos para que aparezcan falsamente engordados. ¿Pollos engordados con agua? Nosotros decimos rotundamente “NO”.
El vídeo no hay por dónde cogerlo. No se le ve el rostro a la persona que lleva a cabo esta práctica –primera sospecha para el autor del “vídeo-reportaje”-, ya que de forma anónima es mucho más fácil acusar. Además no se especifica en qué país se está produciendo esta práctica, pero el titular bien que generaliza y hace añicos la credibilidad del sector: “Skinny chicken to fat chicken in 10 seconds” y la traducción a la española: “Así se engorda a los pollos” (El Mundo, 16/10/2014) y “Revelan cómo engordan a los pollos que se consumen en las tiendas” (ABC, 17/10/2014). Por último, los pollos protagonistas del reportaje: unas aves casi famélicas que difícilmente pueden pertenecer al proceso de producción industrial del pollo broiler. Muy mal tiene que hacerlo el granjero para que engorden tan poquito sus pollos.
No todo vale para conseguir lectores. Los medios y plataformas informativas nunca debemos perder de vista el código deontológico de la profesión, lamentablemente amenazado por intereses económicos, partidistas o, simplemente, de audiencia. Está muy bien abrir la puerta a bloggers con un gran número de seguidores, pero a veces, lo que ganamos en visibilidad podemos perderlo en rigor y en prestigio.
¿Qué dice la interprofesional del sector de todo esto? El secretario general de Propollo, Ángel Martín, ha declarado a SELECCIONES AVÍCOLAS que está intentando localizar a algún responsable del canal de televisión de El Mundo, el primero que lo publicó, para pedirles que, al menos, se especifique el país en el que se tomaron las imágenes, que a su juicio “podría ser China, por ejemplo”, porque lo que está claro es que “en la UE no puede darse esta práctica de inyectar ni aire ni agua, que está terminantemente prohibida”. Así, el asunto lo ve como “una más de tantas tonterías”.
Una tontería, sí, y esto lo ponemos nosotros, sin pizca de gracia, pues el generalizar algo esporádico que pueda haber ocurrido en algún lugar, saltándose la legislación, es lo que los medios no debieran hacer por poco sentido de la responsabilidad que tengan, por el perjuicio que pueden ocasionar a todo un sector que no opera de esta forma.