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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de julio, 2014
MARO IBARBURU
Analista de negocios del Egg Industry Center
“El consumidor de huevos de EEUU mira más el precio que el europeo”
Marisa Montes
Maro Ibarburu trabaja para el Egg Industry Center desde junio del 2009, un centro ubicado en Iowa State University, en Estados Unidos. Sus mayores responsabilidades son proveer datos estadísticos, hacer análisis de costos de producción y mercados para el sector del huevo y participar en investigación relacionada con la producción de huevos. Maro recibió su título de maestría en economía agrícola en la Universidad de Iowa en el año 2005 y trabajó como investigador en el Departamento de Economía Agrícola de la misma entre los años 2005 y el 2009, haciendo investigación en producción y mercadeo de bovinos de carne y cerdos. Anteriormente, recibió su título de ingeniero agrónomo de la Universidad de la República Oriental del Uruguay en 1999, y trabajó 4 años administrando el predio familiar donde se produce ganado de carne, ovinos y cultivos en medianería.
¿Qué diferencias hay entre el consumidor de huevos europeo y el norteamericano?
Básicamente la diferencia que podría remarcar es que el consumidor de Estados Unidos mira mucho más los precios que el europeo, sobre todo que el europeo del norte, así que es más difícil convencerlos de pagar un sobreprecio por un huevo producido de manera diferente; aunque ellos digan que prefieren huevos camperos, después, cuando llega el momento de pagar un poco más, la mayoría no está dispuesta a hacerlo. En ese sentido son más parecidos a los consumidores de la parte sur de Europa.
En Europa hemos sufrido las consecuencias de la Directiva de Bienestar Animal en el sector de puesta. En Estados Unidos, ¿cómo se ha seguido este tema?
En Estados Unidos tenemos varias disposiciones de este tipo, pero todo empezó en realidad con la Proposición 2 en California, que fue votada en octubre de 2008. Lo que dice la ley es que las gallinas deben ser capaces de extender sus alas y poder girarse sin tocar a otra gallina o el extremo de la jaula, lo cual es muy ambiguo. Por eso llevó muchos años que se pusieran de acuerdo sobre lo que eso representa en términos de espacio en las naves. Ahora todo indica que con 750 cm2 por gallina, aún rozando las jaulas convencionales, se puede cumplir con esa normativa. California puso similares condiciones para entrar huevos de otros Estados del país, y ahora están en un juicio con otros cinco Estados que la denunciaron, porque por la Constitución de Estados Unidos supuestamente no se puede poner limitaciones sobre cómo se produce en otros Estados. Así que este tema todavía no está resuelto y obviamente depende de dónde estás ubicado como productor para estar a favor o en contra: si eres un lugar netamente exportador no quieres que eso siga adelante pero si eres un productor de un Estado importador quieres que esas regulaciones de California se cumplan.
¿Los productores están viviendo con inquietud la posibilidad de que les obliguen a hacer más inversiones por esta normativa?
Sí, desde el punto de vista del productor es la primera preocupación que tienen en la cabeza en este momento, porque en enero de 2015 es cuando entra en vigor la “Prop 2” y se tienen que preparar. Muchos todavía no saben qué camino seguir. En este momento se está invirtiendo mucho en nuevas naves para darles más espacio a las gallinas para afectar lo menos posible a la oferta total.
¿Se sabe si va a haber algún tipo de ayuda por parte del Estado?
No, no va a haber. No se está hablando de ningún tipo de ayuda institucional. Cada productor va a tener que hacer su inversión, lo cual pone en una gran dificultad, con muchos problemas de financiación, a los más pequeños, porque son los que tienen más difícil acceder a un crédito. Así que muchos están pensando salir del sistema y dejar de producir.
¿Cómo se regulará la entrada de huevo de fuera de California?
El reglamento pone condiciones para exportar a California, que es netamente importador. California tiene 39 millones de habitantes, o sea que para abastecerla se necesitan unos 39 millones de gallinas, pero California en este momento tiene 16 millones; así que en este momento precisa la importación de los huevos de más de 20 millones de gallinas. Se calcula que va a bajar unos 10-11 millones de cabezas, así que va a necesitar importar el equivalente a 26 millones de ponedoras. Muchos de los productores en otros Estados son los que están invirtiendo en las nuevas naves, y no tanto dentro de California. Los que están invirtiendo allí lo hacen más pensando en irse hacia sistemas de huevos en el suelo o aviarios. No se invierte en jaulas enriquecidas, porque no saben si la Proposición 2 dentro de unos años les va a pedir un poco más.
¿Qué investigaciones se están llevando a cabo actualmente en Estados Unidos en el campo avícola?
Desde por ejemplo estudios de eficiencia en torno a la producción de granos, fertilizantes, si los rendimientos han aumentado o no, etc., hasta los avances que se han conseguido en genética, nutrición, erradicación de enfermedades, vacunaciones y todo ese tipo de cosas. También hemos estado viendo que para reducir un poco más que de aquí en adelante el manejo de la gallinaza será muy importante evaluar muy bien los nutrientes que proporcionamos a la gallina y conseguir mejores eficiencias de conversión del alimento. Hay que elegir bien los ingredientes a utilizar en la dieta.
Has comentado que en Estados Unidos los productores de huevos tienen un margen muy estrecho. ¿Como en Europa?
No sé cuál es el de los europeos, pero en Estados Unidos es el similar a los últimos 30 años. Ha sido muy variable, pero el margen promedio ha sido de 6 centavos de dólar por docena, que es muy, muy bajo. Así que los productores tienen que producir grandes cantidades para ganarse la vida. Esto crea una situación donde sólo los grandes siguen adelante. Se ha dado una gran concentración de empresas que seguramente se seguirá dando. Los pequeños productores han optado más bien por nichos de mercado donde los precios de los huevos son más altos, que pueden pagarles mejor los gastos fijos que en el mercado convencional.
Entonces en Estados Unidos también valoran estos productos con valor añadido. ¿Triunfan los enriquecidos con Omega 3 y de este tipo?
Hay un porcentaje de la población que paga más por ellos. Más o menos el precio del Omega 3 y de las gallinas alimentadas con dietas vegetales son dos veces más caros que los convencionales, pero no representan una gran proporción del mercado total. Los productores han estado mirando también opciones, como enriquecer con vitamina D y también la posibilidad de hacerlo en todos los casos, pero aún no se han puesto de acuerdo pues hay ciertas limitaciones para implementarlo.