Este artículo es parte de la edición de mayo, 2014

ALIMENTACIÓN DE GALLINAS PONEDORAS EN SISTEMAS DE ALOJAMIENTO ALTERNATIVOS

Robert Pottgüter

Lohmann Tierzucht GmbH

19th European Symp. on Poultry Nutrition. Potsdam, 26/29-8-2013

¿Deben realizarse cambios nutricionales dependiendo del sistema de alojamiento?

En relación al título de este trabajo, desde el punto de vista de un nutricionista se pueden plantear diversas cuestiones, tales como:

  • ¿Puede ser que las mismas aves tengan demandas nutricionales diferentes bajo sistemas de alojamiento distintos?
  • ¿Pueden las mismas aves tener una demanda nutricional diferente bajo un manejo diferente?
  • ¿Es posible que las mismas aves tengan una demanda nutricional diferente bajo distintas condiciones climáticas?

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En principio las aves no tienen distintos requerimientos nutricionales básicos en sistemas de alojamiento alternativos. Sin embargo, las aves van a regular su ingesta diaria de nutrientes con el fin de compensarlos posibles cambios ambientales que se pueden dar en sistemas de alojamiento sin baterías. Si las aves tienen la posibilidad de ajustar su ingesta diaria de pienso, pueden contrarrestar fácilmente los diferentes retos que se pudieren presentar dependiendo del manejo. La mayoría de los temas que se discuten a continuación van a estar relacionados por tanto con las prácticas de manejo. En este contexto, es fundamental que se permita a las aves regular su consumo de pienso diario para que puedan ser capaces de resistir situaciones ambientales adversas.

Las aves deben ser alimentadas de forma que se fomente su salud hepática e intestinal. Los nutricionistas y los veterinarios tienen que trabajar en estrecha colaboración a fin de apoyar a los granjeros en aspectos del manejo y tienen que “escuchar” a su lote de gallinas. Básicamente la nutrición no puede solventar errores en el manejo y hacer frente a las condicione ambientales negativas en alojamientos sin baterías. ¿Existen los retos nutricionales basados en los diferentes sistemas de alojamiento?. Hasta cierto punto, sí y los nutricionistas tienen que mejorar la calidad de sus piensos, evitar realizar decisiones de compromiso que acaban derivando en malas soluciones, estar pendientes de lo que está ocurriendo en la granja. Es decir, cada vez es más importante ampliar la visión más allá de los aspectos puramente nutricionales relacionados con la calidad del alimento. En definitiva, los retos nutricionales en los sistemas de alojamiento alternativos engloban una serie de aspectos que van más allá de la simple optimización de la dieta en el ordenador. Este es el reto más importante.

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Introducción

A nivel mundial, la producción de huevos se basa principalmente en los sistemas de alojamiento en baterías. Esto se debe a la óptima situación higiénica y al estatus de salud de las gallinas que se alcanza con este sistema, y también a su buen resultado económico. Sin embargo, en muchos países está teniendo lugar un proceso de cambios hacia sistemas sin baterías debido a las demandas del consumidor y a aspectos relacionados con el bienestar animal.

En Europa las jaulas convencionales están prohibidas totalmente y la mayoría de los países ya han finalizado el proceso de cambio bien a sistemas de jaulas acondicionadas o bien a los diferentes sistemas desprovistos de jaulas, también conocidos como “sistemas alternativos”. Con estos cambios, un gran número de antiguos problemas – anteriores a la introducción del alojamiento de las ponedoras en batería – han reaparecido otra vez y los nutricionistas se enfrentan a la cuestión: ¿existen retos nutricionales basados en los diferentes sistemas de alojamiento?

Las principales empresas de genética ofrecen – cada una por su cuenta naturalmente – prácticamente las mismas gallinas en todo el mundo y para todos los sistemas de alojamiento. La mayoría de ellas son muy prolíficas y desde el punto de vista genético provienen del cruce de diversas líneas. Esto es igual para las ponedoras de huevos de cáscara blanca o marrón, distribuidas cada una de ellas con una cuota del mercado mundial en torno al 50%. La mayoría de estas ponedoras están alojadas en diferentes sistemas de jaulas, si bien nos podemos encontrar con toda clase de sistemas de alojamiento sin baterías, al igual que con unidades de producción de traspatio. Lo cierto es que vemos casi a las mismas gallinas rindiendo bien bajo toda esta gama de sistemas diferentes.

Es importante mencionar que los lotes de reproductores -machos y hembras- se alojan normalmente en el suelo a fin de que los machos “hagan su trabajo” sin problemas. Es decir que los reproductores están habituados a los sistemas sin baterías, luego en teoría, su progenie podría seguir bajo el mismo sistema. Sin embargo esto no siempre es así y sus descendientes, denominadas “ponedoras comerciales”, estarán alojadas bajo distintos sistemas. De ahí que surjan varias preguntas: ¿Pueden tener las mismas aves una demanda nutricional distinta bajo alojamientos diferentes? ¿Pueden las mismas aves tener una demanda nutricional distinta bajo diferentes tipos de manejo? ¿Pueden tener las mismas aves una demanda nutricional distinta bajo distintas situaciones climáticas?

¿Cuál puede ser el problema?

El sector de la avicultura de puesta se ha desarrollado prósperamente por todo el mundo en las últimas décadas, después de la implantación de los sistemas de alojamiento en baterías para la producción de huevo. En general, muchos de los antiguos problemas sanitarios y de higiene de la producción de huevos pudieron ser resueltos. Después de un largo período de experiencia, todos los granjeros dedicados a la producción de huevos sabían como tratar a las aves en jaulas y dominaban por completo su manejo. En definitiva, es un sistema más o menos fácil de manejar. Sin embargo, al sacar a las aves de las baterías, nos enfrentamos de nuevo con los viejos problemas que teníamos antes de la introducción de los sistemas en jaulas. En ocasiones, solo nuestras madres y padres aun sabrían como hacer frente a los retos y problemas del pasado. ¿Nos encontramos ahora con una falta de conocimiento?

Demanda nutricional

¿Han cambiado los requerimientos nutricionales durante este período? La demanda por gramo de masa de huevo sigue siendo la misma: 2,29 Kcal/g de masa de huevo. También la demanda por crecimiento de masa corporal es más o menos similar. Sin embargo, está claro que no tenemos las mismas aves que en el pasado pues las actuales son mucho más prolíficas. La mejora genética de estas aves está enfocada hacia una mayor eficiencia alimenticia – Índice de Conversión -, lo que suscita la cuestión de la ingesta diaria de pienso. Seguramente tampoco tenemos el mismo pienso que antes en relación al contenido en nutrientes y a su calidad, aunque con frecuencia se siguen empleando las mismas materias primas básicas. Lo que sin ningún tipo de duda ha cambiado son las nuevas expectativas y demandas de los consumidores. ¿Tenemos que considerar que los bajos precios de las materias primas y de los piensos son para siempre cosa del pasado?. Todo el mundo está obsesionado por conseguir unos piensos más baratos y unos costes nutricionales más bajos. ¿Cómo podemos conseguir este objetivo si los precios de las materias primas no disminuyen? Algunas personas pueden tener la idea de reducir la densidad de las dietas y conseguir finalmente una dilución del pienso. Otros piensan en limitar la ingesta diaria de pienso y/ o llevar a cabo programas muy precisos de restricción de pienso. Muchos granjeros han tenido una experiencia más o menos buena con estas prácticas en los sistemas de alojamientos en baterías. Los productores han intentado transferir esta estrategia a los sistemas de alojamiento alternativos sin baterías, pero han fracasado sin poder acabar de entender el motivo de porque no funciona.

¿Puede ser que la demanda de energía sea diferente? Sí, es posible, debido a una mayor actividad de las aves y a una mayor demanda de nutrientes para su mantenimiento, que puede ser un 10% mayor en los sistemas en el suelo y un 15% en los sistemas al aire libre, según la GFE -Gesellschaft für Ernährungsphysilogie-. Esto significa unos 6 g diarios más en el suelo y unos 10 en los sistemas al aire libre. Debemos tener en consideración que la demanda de nutrientes para el mantenimiento representa alrededor de dos tercios de la demanda total. ¿Hay quizás una mayor demanda debido a un mal plumaje?. En caso de que la calidad del plumaje empeore, la ingesta diaria de pienso puede aumentar fácilmente hasta en más de 13 g diarios por gallina. Cuando hablamos de la demanda en energía de las estirpes de ponedoras debemos constatar que ésta no es un nutriente como la proteína, la lisina, la metionina, el calcio, el fósforo, etc. La energía siempre supone una descripción colectiva, es decir, es el efecto aditivo de todos los nutrientes básicos que aportan energía dentro de la ración, que son la proteína, la grasa y los carbohidratos/almidón. Debido a esta energía, existe una descripción diferente para la densidad nutritiva de una materia prima determinada o un pienso completo.

Hoy en día, las estirpes de ponedoras altamente prolíficas necesitan piensos de densidad relativamente alta a fin de satisfacer la demanda diaria de nutrientes y permitir a las gallinas expresar su potencial genético. Si la densidad de los nutrientes de un pienso compuesto es demasiada baja, se requerirá una mayor ingesta diaria pues, en caso contrario, se reduciría el rendimiento.

Tal como acabamos de exponer, la energía siempre es la suma de los nutrientes básicos proveedores de la misma en base a una fórmula específica. Casi cada país está usando un sistema diferente de evaluación de la energía: a veces incluso varía dentro de un mismo país. A pesar de esto, observamos un rendimiento similar con la misma estirpe de ponedoras en los países con un manejo adecuado si las gallinas gozan del “permiso” para variar su ingesta diaria de pienso, ajustando de esta manera la ingesta de nutrientes. Entre el 60 y el 66% del requerimiento total de energía se usa para el mantenimiento. De ahí que veamos una alta influencia de la temperatura ambiental sobre la demanda de energía. La temperatura óptima fluctúa aproximadamente entre 20 y 24º C. Con una densidad de alojamiento y una temperatura ambiental más bajas, la demanda de energía y la ingesta diaria de pienso aumentan a fin de mantener la temperatura corporal – siempre que el granjero esté de acuer-. Por el contrario, si la ventilación es deficiente y la temperatura aumenta, la demanda de energía para el mantenimiento disminuirá, si bien si la temperatura continúa aumentando y las aves comienzan a jadear intensamente, la demanda de energía aumentará. Debido a todos estos aspectos no se suele formular para una demanda diaria de energía -en kcal/gallina/día-, en general y, especialmente, para los sistemas de alojamiento alternativos sin jaulas

El reto de la conducta de las aves

Alojadas en jaulas, las gallinas desarrollan una estructura u orden social estable, que es difícil y a veces incluso imposible de establecer en sistemas alternativos. Se sabe que el picaje y el canibalismo son un síndrome multifactorial. En los sistemas alternativos la conducta de las aves está muy influenciada por la iluminación, la ventilación, la densidad de alojamiento, la temperatura y la humedad. Adicionalmente, observamos una extraordinaria influencia del manejo en la cría-recría sobre el período de producción, en relación con las diferentes condiciones de alojamiento. Además, la conducta de las aves está influenciada por el estatus de salud de los lotes, que podrían verse afectados negativamente por parásitos, como por ejemplo los piojos rojos. Por último observamos también influencias nutricionales sobre la conducta de las aves.

El reto de la nutrición

Uno de los mayores retos entre las condiciones de alojamiento ya mencionadas previamente es la capacidad de ingesta del pienso, la cual es de máxima prioridad. Durante la recría, las pollitas y futuras ponedoras tienen que desarrollar una buena capacidad de ingesta de pienso, a través del manejo de la alimentación y de la formulación de la dieta, basada especialmente en la fase de desarrollo. El objetivo general es el de conseguir una ingesta de nutrientes adecuada al inicio del período de puesta. La nutrición tiene que fomentar una conducta dócil y normal del ave, que se verá influida por el contenido en proteína del pienso y por un contenido en aminoácidos bien equilibrado. También el contenido de algunos de los minerales más importantes, especialmente el sodio, está muy relacionado con la conducta de las aves. El contenido en fibra bruta y la estructura en general contribuirán de forma positiva en la manifestación de una buena conducta por parte de las aves. En relación a una buena estructura del pienso, vale la pena resaltar que la presentación óptima del pienso para pollitas y gallinas ponedoras es en forma de harina.

gallinas_camperas_opt.jpeg

Al hablar sobre las influencias nutricionales a fin de contrarrestar los peligros antes mencionados, deben seguirse las siguientes recomendaciones:

  • Aumentar el contenido de sodio en el pienso hasta el 0,17-0,19 %, equilibrándolo con el cloro en una relación 1:1.
  • Evitar un exceso de proteína y aumentar la cantidad de aminoácidos sintéticos añadidos.
  • Formular con una mínima restricción de fibra bruta.
  • Formular siempre con una restricción mínima para la grasa/aceite añadidos.
  • Investigar sobre suplementos que favorecen la salud intestinal: enzimas, pre/probióticos, ácido butírico, etc.
  • Evitar materias primas de granulometría muy fina – pulverulentas – en los piensos en harina ya que aumentaría el consumo de agua.

El reto de la fibra

La fibra en general constituye un tema bien conocido en el ámbito de la nutrición de los rumiantes y del ganado porcino. Paralelamente se está desarrollando una investigación científica con relación a este tema aplicado a la nutrición de las aves. Por citar algunas investigaciones podemos referirnos a la investigación sobre la motivación del picaje de plumas en ponedoras, realizada por la Dra. Harlander-Matauscheck, en la Universidad de Hohenheim, Alemania. Obviamente un material con una buena estructura influye positivamente sobre la conducta y la tendencia al picaje de las gallinas. Al investigar el comportamiento de la ingesta de alimento de las aves se observa que las gallinas buscan alimentos que tengan cierta estructura o contenido en fibra. Según el Prof. Bessei, de la Universidad de Hohenheim, hasta ahora, todas las experiencias muestran una influencia de “la estructura y la fibra” sobre la conducta de las aves – actividad, picaje y canibalismo -. Según Van Krimpen, de la Universidad de Wageningen, la fibra aumenta el peso de la molleja y el tiempo de retención del alimento al comienzo del intestino. La fibra alarga el tiempo de absorción de nutrientes, disminuye la ingesta de pienso y reduce la tendencia al picaje de plumas, mientras que la fibra bruta indigestible aumenta el ritmo de su paso por el intestino grueso y previene de esta forma que se establezcan y proliferen agentes patógenos.

cereales_opt.jpeg

Los beneficios del uso de fibra bruta en las dietas para aves, extraídas tanto de los resultados de investigaciones científicas como de experiencias prácticas, se pueden resumir de la siguiente forma:

  • es un estabilizador que fomenta una digestión saludable, siendo la condición previa para que el tracto gastrointestinal pueda luchar contra los patógenos –clostridios, enteritis, etc.–,
  • ayuda a la reducción de amoníaco en el ambiente del gallinero, lo que beneficia a la salud de las aves,
  • tiene un efecto positivo sobre la conducta de las aves –picaje agresivo, canibalismo–
  • su inclusión en las dietas para las aves conlleva que se añada más grasa y aceite al pienso, lo que siempre es positivo
  • los aportes de fibra basados en lignocelulosas ofrecen nuevas posibilidades ya que reducen el problema de la “falta de espacio” en la formulación de piensos si se desea optimizarla con una restricción mínima de fibra y obtener al mismo tiempo una fuente de fibra económica.

El reto de la forma del pienso

La presentación del pienso en forma de harina es la base óptima en la alimentación de las ponedoras. Sin embargo, todavía constituye un gran reto el hacer realidad los beneficios de un pienso en harina con una estructura óptima y el establecer los requerimientos necesarios para su fabricación. En el caso de la nutrición de los broilers es bien sabido que la suplementación de trigo entero sobre una dieta granulada tiene como resultado que la yacija esté más seca y que se obtenga un mejor rendimiento. Observando los detalles vemos que la alimentación con trigo entero aumenta el peso de la molleja y, en consecuencia, su actividad. En el pienso en harina para ponedoras es necesario incluir carbonato cálcico grueso para favorecer la calidad de la cáscara del huevo. Este es el motivo que hace que la homogeneidad del pienso sea una premisa esencial y un reto continuo en su fabricación . Las partículas de mayor tamaño en el pienso hacen aumentar el tiempo de retención en el buche y la molleja y, debido a esto ello se estimula un descenso del pH, lo que tiene efectos bactericidas. Una cantidad excesiva de partículas más pequeñas de 1,0 mm causa una tránsito muy rápido a través de la molleja, lo que reduce su utilización.

Para asegurar y promover que la molleja trabaje de forma activa tienen que incluirse siempre partículas gruesas en el pienso en harina. Esto ayuda a una digestión saludable –y en consecuencia a que la yacija esté más seca y los huevos más limpios– e influye en la buena conducta de las aves ya que ellas buscarán las partículas gruesas cuando comen. Además, la homogeneidad y las partículas gruesas mejoran la aceptación del pienso en harina y la ingesta diaria.

Una molienda grosera de las materias primas aumenta incluso la ingesta de los “finos” en los piensos que son molidos y posteriormente granulados. Cuando van a comer, las aves se centran primero en la granulometría del pienso, eligiendo primero las partículas más gruesas, como son toda clase de cereales y que, principalmente, representan la energía. Las partículas más finas por el contrario, incluyen el “premix”, los aminoácidos, la sal y el carbonato cálcico.

Las fuentes de proteína, como las harinas de soja, de girasol o de colza, suelen tener partículas de tamaños intermedios. Si las aves tienen la oportunidad de una ingesta de pienso selectiva tenderán a hacerlo. Las gallinas más dominantes comen primero las partículas más gruesas, dejando las finas para las otras. Esto causa una ingesta de nutrientes desigual y algunas gallinas sufren deficiencias alimenticias. De ahí que la homogeneidad del pienso en harina sea realmente un gran reto y el objetivo en la fabricación de piensos para ponedoras. La granulación del pienso para ponedoras no es una solución ya que siempre provoca problemas en la conducta de las aves. Además, el pienso granulado o en migajas nunca incluye carbonato cálcico grueso, que es imprescindible para favorecer la calidad de la cáscara del huevo. En general, los costes de producción de los piensos granulados son más elevados que los de los piensos en harina. Para producir un pienso en harina realmente bueno es posible que haya que realizar inversiones en la tecnología de la molienda en la fabrica de pienso, pero uno puede estar seguro de que las gallinas se beneficiarán enormemente con ello.

El reto de la salud de las aves

Los nutricionistas nunca sustituirán a los veterinarios ¡No teman!. Sin embargo, debido a la menor bioseguridad de los sistemas alternativos, los veterinarios tienen que hacer frente a nuevos retos. Si los nutricionistas y los veterinarios colaboran, se conseguirá mantener un buen estatus de salud de las aves. Por ejemplo, se ha tratado en un apartado anterior el tópico de la alimentación para favorecer la salud intestinal y con ello asegurar y mantener una flora intestinal saludable. Adicionalmente tenemos medios disponibles para asegurar un estatus microbiológico óptimo del pienso, añadiendo, por ejemplo, ácidos orgánicos líquidos. Si se evita un exceso de proteína siempre se descongestionará el tracto intestinal, el cual constituye un tema crítico a nivel europeo en relación al pienso ecológico. Contribuir a la salud del hígado, añadiendo suplementos especiales basados en cloruro de colina puede constituir otro tema en el que los veterinarios y nutricionistas pueden y deberían colaborar con el fin de mejorar la salud de las aves.

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Discusión

Refiriéndonos a las preguntas enunciadas en la introducción, diríamos que, básicamente, las gallinas no deberían tener unas demandas nutricionales diferentes. Sin embargo, variando la ingesta de nutrientes, las gallinas intentan contrarrestar condiciones ambientales desfavorables en los sistemas de alojamiento alternativos y si tienen la posibilidad de hacerlo podrán hacer frente fácilmente a los posibles retos que puedan surgir debido a los distintos tipos de manejo.

Las estirpes de ponedoras que producen en distintos sistemas de alojamiento no tienen una demanda básica de nutrientes diferente debida al sistema en sí. Las gallinas tienen que ser capaces de contrarrestar una posible mala situación ambiental variando el nivel de la ingesta diaria de pienso. Se las tiene que ayudar mediante la alimentación a mantener la salud del intestino y del hígado. Los nutricionistas y los veterinarios tienen que trabajar en estrecha colaboración con el fin de apoyar al granjero en los diversos aspectos del manejo, teniendo que “escuchar” a las aves dentro de un lote. En definitiva y de un modo general la nutrición no puede hacer frente a los retos ambientales negativos que se pueden presentar en los alojamientos alternativos sin jaulas.

Conclusión

Los retos nutricionales en los sistemas de alojamiento alternativos sin baterías implican algunos aspectos más sobre la calidad del pienso, que los que aparecen cuando se procede a la optimización de la fórmula básica con el ordenador. Este es el mayor desafío.

Tabla 1. Impacto del estado del plumaje sobre la demanda diaria de energía, en base a una mayor demanda para el mantenimiento (*)

Plumaje, %

100

90

80

70

60

50

Demanda adicional de mantenimiento, kcal

0

7,5

14,4

21,6

28,8

36

Demanda adicional de pienso g / día (&)

0

2,6

5,2

7,8

10,4

13

Ración con 2770 kcal/kg
(*) Peguri y col., 1993

gallinas_1_opt.jpeg

Con el apoyo de:
En esta edición mayo, 2014

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