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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de marzo, 2014
PROCAVI: carne de pavo de la granja a la bandeja
Marisa Montes
Procavi es una empresa con peso propio en el sector avícola. No en vano se trata de la firma líder en Europa en la producción integral de carne de pavo. En España, su cuota de mercado se sitúa alrededor del 52%, y en cuanto a su facturación, se trata de una de las diez primeras en el sector agroalimentario de la comunidad andaluza. Una de sus claves en este camino ha sido la feliz idea de cerrar completamente el círculo de producción. De esta manera, controla desde el origen hasta el final de la cadena.
La recría(1)
El origen de todo comienza con la compra de reproductoras, con un día de vida, que serán las futuras madres de los pavitos. Se adquieren en Canadá, Inglaterra o Alemania, en las diferentes casas de genética que hay en el mercado: Hendrix o Aviagen, que producen tres estirpes de pavos: Hybrid y BUT -British United Turkeys- y Nicholas, respectivamente. Estas reproductoras (2) comenzarán su función en el centro de multiplicación de Procavi, que se construyó recientemente en Cañete de la Real –Málaga-. Aquí se aseguran el control de la reproducción mediante la producción de huevos para incubar. Se crían los pavos hasta que alcanzan la edad adecuada para la puesta. Una vez obtenidos los huevos incubables, estos se llevan al centro de incubación, que se encuentra en Campillos –Málaga-, en el que la clave será simular perfectamente el proceso natural de la incubación del pavo con el volteo del huevo cada cierto tiempo y consiguiendo las mismas condiciones de humedad, temperatura, oxígeno, etc.
Una vez que nacen los pavos, se tienen que sexar, porque se crían separados, debido a dimorfismo sexual: las hembras alcanzan 9 kilos, mientras los machos pueden llegar a los 16. Una vez en las granjas de recría, donde estarán los primeros 28 días de vida, hasta que alcancen un peso medio de un kilo –los machos alrededor de 1,1 kg y las hembras 900 gramos-. Hay que extremar las precauciones en esta fase de arranque, que es primordial para un buen desarrollo del animal. Cuando pasan estos primeros días de recría, los pavos vuelven a trasladarse, esta vez a unas granjas de cebo o engorde, donde permanecerán hasta su sacrificio, que tendrá lugar en el matadero de Procavi de Marchena –Sevilla-. Las hembras, por su parte, adelantarán siempre un poco su salida frente a los machos.
Los pavos que vemos, todos machos, tenían alrededor de 60 días.
El engorde
Las granjas de engorde pueden ser propias o propiedad de los granjeros colaboradores de la empresa. Estas están diseminadas en diversos puntos de la geografía andaluza, y con ellas trabajan en régimen de integración, suministrándoles los pavos, el pienso y el asesoramiento de un equipo de veterinarios. En Procavi, el 70% de las granjas especializadas, tanto de reproductoras como de recría, son de su propiedad. Pero también trabajan con unas 300 explotaciones colaboradoras en régimen de integración, que suman unos 900.000 m2 de granjas.
Durante nuestra visita a sus instalaciones en la provincia de Sevilla, pudimos acceder a una de sus granjas propias, concretamente una de investigación y desarrollo llamada La Masegosa, localizada en el término municipal de Marchena, donde Procavi realiza pruebas con diferentes tipos y pautas de alimentación, equipamientos, diseños, etc. y en función de los resultados decide aplicar los sistemas en el resto de explotaciones de engorde.
Aquí disponen de cinco naves que llevan unos dos años funcionando. Están dotadas de diferentes equipamientos, y tienen unas medidas de 115 por 13 metros. Los pavos conviven dentro de una nave, de unos 1.500 m2, donde se alojan a diferentes densidades dependiendo de si son machos o hembras, del tipo de las instalaciones y de la calidad de las mismas.
Jerónimo Roldán, del equipo de veterinarios encargados del engorde, en una de las cinco naves de la Masegosa.
Realizamos la visita acompañados por Jerónimo Roldán, del equipo de veterinarios encargados del engorde. Nos comenta que para Procavi es muy importante la alimentación del pavo, controlando rigurosamente los parámetros nutricionales de los diferentes piensos, su calidad físico-química así como las pautas de alimentación. Roldán explica que “nos tenemos que basar mucho en asegurarnos del bienestar del pavo de tal manera que aseguremos el desarrollo óptimo de los mismos”.
A lo largo del proceso de crianza se suministran 3 ó 4 tipos de pienso diferentes.
La alimentación que se suministra a las aves procede de las dos fábricas de pienso de Procavi, una en Campillos y otra en Carmona –Sevilla-. En este campo disponen de un equipo de profesionales formado por nutrólogos, biólogos y químicos que formulan para ofrecer a los pavos la alimentación más adecuada en función de su sexo y edad.
Los pavitos, durante sus primeros 50 días, se alimentan de pienso en migajas. A partir de aquí ingieren granulado. A lo largo del proceso de crianza, sus criaderos les suministrarán 3 ó 4 tipos de pienso diferentes, en función de la edad y el sexo, que es distribuido en los platos gracias a un sinfín.
Los pavos que vemos, todos machos, tenían alrededor de 60 días. Habían pasado en las granjas de recría de Málaga sus 28 primeros días antes de acabar en esta explotación sevillana, donde llevaban aproximadamente otro mes. Las naves que los alojan están aisladas con panel sándwich, unos pilares y una cortina de lona en los laterales.
Procavi realiza pruebas con diferentes equipamientos y diseños de nave y en función de los resultados decide aplicarlos en el resto de granjas.
Uno de los primeros detalles que observamos en la explotación es la presencia de un generador de luz para evitar problemas con los cortes de electricidad. También disponen de un aljibe de medio millón de litros de agua, ya que a los animales no les puede faltar. Esta agua se higieniza y acidifica con un equipo dosificador, para eliminar las bacterias y patógenos.
Un buen manejo implica tener un buen control de la temperatura. Cuando los pavitos nacen, deben tener una temperatura de 37º C, que progresivamente se irá bajando dependiendo de la zona en la que se encuentre la granja, el día que haga, la época del año, etc. En el momento de la visita, por ejemplo –mes de noviembre-, la temperatura era de 19º C.
La calefacción va mediante una estufa de biomasa que funciona con orujo, cáscara de almendra o pellets. Con ella se consigue repartir el calor uniformemente por la nave gracias a una manga de lona que va longitudinalmente de una punta de la instalación hasta la otra. También hay otro tubo por el que circula la ceniza y que la dejará caer en la parte exterior.
En una estancia separada de las naves almacenan todo el material de biomasa para la estufa. Para Procavi es muy importante el tema de la calefacción en la crianza de los pavos ya que éstos tienen que crecer en las mejores condiciones ambientales posibles. Por eso ayuda a toda su red de colaboradores suministrándoles los pellets. Por otro lado, para premiar a sus granjeros asociados, Procavi tiene en cuenta las bajas que registra cada granja, las transformaciones o conversión, el peso medio y si se trata de machos o hembras. En función de todos estos datos, obtendrán una prima u otra.
La calefacción va mediante una estufa de biomasa que funciona con orujo, cáscara de almendra o pellets.
La ventilación es a través de ventanas a lo largo de la nave. Además, cuentan con ventiladores que se bajan en verano mediante un sistema de poleas. A lo largo de la nave tienen varias sondas de temperatura, que van controlando el ambiente. Cuando el aire es muy caliente, por ejemplo, se ponen en marcha unos nebulizadores, que dejan caer unas gotitas muy finas que recogen los ventiladores y finalmente se evaporan. En función de la temperatura en el interior, primero se pondrá en marcha un ventilador, y si no es suficiente, estará seguido por otro de refuerzo. En otoño es posible que no necesiten ventilación forzada, sino que simplemente con las ventanas corra suficiente aire –son naves abiertas-. Si no es suficiente, se cierran las ventanas y se manejan estos ventiladores que hay dispersos por la nave, colocados cada 30 metros, en un sentido de la nave y en el otro –ocho en total-. Lo que se consigue con ellos funcionando son unos flujos de aire en movimiento.
En cuanto a la iluminación, es totalmente normal: solo luz natural y en invierno dos horas de luz artificial encendida, porque las noches son más largas. Pero eso es todo. “El pavo tiene que descansar”, explica Jerónimo Roldán.
Cada vez que sale un lote de la granja, la empresa de desinfección es la encargada de extraer la yacija. Después barren, se baldea con espuma detergente y se deja secar para posteriormente usar desinfectante en todos los equipamientos de la nave.
La yacija del pavo es muy demandada, porque el animal está en ella mucho tiempo y por tanto es un buen abono para campos. El vacío sanitario implica que no introducen animales durante un periodo de 20 días. Todas las naves se vacían a la vez.
La cama de los pavos está hecha a base de cascarilla de arroz. También usan viruta y paja, dependiendo del año. Una curiosidad es que en el caso de la recría, Procavi cuenta con una viruta especialmente fabricada para sus aves.
Cada núcleo de producción estándar –cada granja- lo gestiona una persona, mientras que en momentos puntuales se contrata a alguien más para tareas específicas, por ejemplo la limpieza de bebederos. “El avicultor tiene que velar por el grado de bienestar de los animales y que su crecimiento y desarrollo sea el deseado”, asegura Jerónimo Roldán, “no se puede dedicar, además, a arreglar los equipos”. En cuanto al equipo veterinario, cuentan con un profesional especializado en la recría, otro en reproductores y cinco para el cebo.
El calor se reparte uniformemente por la nave gracias a una manga de lona que va de una punta de la instalación hasta la otra.
El matadero
Procavi hace unas 3,5 camadas al año, alternando una de machos y otra de hembras. El macho hace un ciclo de 120 días -28 días en recría y el resto en cebo-, dependiendo de la época del año y las hembras uno de 105 días con sus 28 días incluidos de recría. Cuando los pavos alcanzan la edad adecuada para el sacrificio, se trasladan hasta el matadero, a pocos kilómetros, que cuenta con unas modernas instalaciones, incluyendo el sistema de aturdido por CO2, habiéndose convertido en la primera empresa del sector avícola español en implantarlo. El objetivo es que el pavo quede inconsciente antes de que se inicie el proceso. El pavo está relajado y esto, por tanto, se notará en la calidad de la canal.
El matadero de Procavi, con capacidad para procesar 250.000 pavos por semana, cuenta con dos salas de despiece, en las que la canal se trocea en varias partes. También hay dos áreas de preparación de productos envasados. En estos momentos, se encuentra inmersa en un plan de crecimiento empresarial con más de 15 millones de euros de inversiones en curso para duplicar en breve su capacidad productiva. En concreto la inyección económica está destinada a la construcción, en el Centro de Procesamiento Cárnico de Marchena, de un área fabril de 15.000 m2 donde se ubicarán una nueva sala de preparación y elaborado de productos cárnicos, una sala de envasado de artículos, cinco cámaras frigoríficas para almacenar productos en todas las fases de la producción, una nueva sala de expediciones, un almacén de envases de plástico y cartón, una amplia sala de máquinas, así como un nuevo lavadero de cajas y gavetas. •