Este artículo es parte de la edición de febrero, 2014

¿Avanzamos lo suficiente?

Sin entretenernos a comentar la importancia de los problemas patológicos en los que nos concentramos en este número –que la tienen– otras informaciones, de las múltiples con las que todos somos bombardeados a diario, hacen que nos queramos centrar en el viejo tema “malthusiano” sobre la evolución demográfica de la humanidad y su relación con la producción de alimentos y, más concretamente, con los de procedencia aviar. Porque éste es, en el fondo, el punto de partida para conocer lo que nos espera en torno al crecimiento de la humanidad y la aportación de la avicultura a la misma.

Sin remontarnos demasiado, veamos algunos datos a este respecto, redondeando cifras para simplificar:

Años

Población mundial

Producción de huevos

Producción de carne de ave

 

millones de personas

millones ton.

Kg per cápita

millones ton.

Kg per cápita

1980

4.400

26,2

5,7

26

5,9

1990

5.300

35,2

6,5

41

7,7

2000

6.100

51,7

8,5

68

11,1

2014 (*)

7.200

70,0

9,7

110

15,3

2030 (*)

8.100

102,0

12,6

162

20,0

(*) Estimación aproximada

Aun con las reservas consiguientes a causa de las estimaciones que hacemos para la actualidad y para un futuro bastante cercano, puede verse que la evolución prevista desde hoy hasta el año 2030 se halla en un 12 % en cuanto al crecimiento de la humanidad pero casi en un 45-50 % en cuanto a la de nuestras producciones de huevos y de carne de ave –pollos, pavos, patos, etc. incluidos-. Sin embargo, si la demanda de proteína animal de este origen continúa creciendo al ritmo que lo ha hecho hasta ahora, las previsiones apuntan hacia que los consumos respectivos de huevos y pollos en el año 2030 habrán aumentado en un 30 % en relación con las cifras actuales.

En otras palabras, esto último nos indica que, en principio, no tendríamos que preocuparnos por el riesgo de que, aun aumentando en esta proporción nuestro consumo, no pudiésemos llegar a suministrar a la población mundial los huevos y los pollos que ésta ha de requerir en el futuro.

Examinemos ahora la otra cara de la moneda, desde el punto de vista de lo que los avances tecnológicos en nuestro sector, mayoritariamente debidos a la genética, han permitido mejorar los rendimientos de nuestras aves.

Para ello, tomando el mismo lapso de tiempo antes considerado, veamos los siguientes datos:

Años

Nº de huevos/ gallina en 1 año

Índice conversión,

kg/docena

Broiler:

aumento diario de peso, g

Índice conversión,

kg/kg

1980

270

1,75

35-40

2,15

1990

280

1,67

45-50

2,07

2000

290

1,60

50-55

1,95

2014 (*)

310

1,50

55-60

1,80

2030 (*)

320

1,42

60-65

1,65

(*) Estimación aproximada

Partiendo de estas cifras, aunque sabemos que, entrando en la discusión de la llamada “ley de los rendimientos decrecientes”, todo es especulación futurista, vemos que los avances tecnológicos de la avicultura han sido tan fantásticos como, tal vez, increíbles para aquellos ajenos a nuestro sector. Nuestras estimaciones al respecto, proyectando las cifras actuales hasta el año 2030, nos muestran que las mejoras que cabe esperar en el sector del huevo pueden ser del orden de un 3 a un 6 % pero en el de la carne de ave ascenderían a un 8-10 %.

En resumen, ante todo cabe rendir homenaje a los genetistas que han creado unas aves con unos rendimientos insospechados pocos años atrás pero que, no contentos con ello, ya nos vaticinan la gallina de los 400 huevos con unas escasas 90 semanas de vida o el pollo de 4 kg en apenas 2 meses de edad. Aunque, para ser justos, tampoco nos podemos olvidar de los avances logrados en cuanto a la alimentación, en el manejo, el control de enfermedades y un largo etcétera en el que todos, desde el científico hasta el más simple criador, han aportado su granito de arena.

Y la rueda continúa girando, no lo olvidemos…

Con el apoyo de:
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