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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de enero, 2013
Nueva Zelanda eliminará las baterías convencionales de puesta durante la próxima década
Nueva Zelanda irá eliminando progresivamente las explotaciones de gallinas en baterías convencionales durante los próximos diez años. A mediados de diciembre, un nuevo código de bienestar animal entró en vigor, por el que se prohíbe instalar a las ponedoras en los sistemas convencionales de baterías. Los que ya existen se irán progresivamente sustituyendo antes de 2022, que es la fecha en la que definitivamente estarán prohibidos en cualquier granja.
El Ministro de Industrias Primarias de Nueva Zelanda, David Carter, declaró que era necesario este cambio, provocado por una fuerte opinión pública y “evidencias científicas”. Sin embargo, aclaró que una prohibición más inmediata no era posible, ya que tendría efectos negativos sobre el precio de los huevos -lo que ha ocurrido en Europa- en la estructura de la industria y en la estabilidad de los suministros.
La Federación de Productores de Huevos ha argumentado que el tiempo de adaptación es demasiado corto y que forzará a algunos granjeros a dejar su negocio. En Nueva Zelanda el 80% de los huevos proceden de ponedoras en baterías. Por su parte, las asociaciones animalistas tampoco están de acuerdo porque consideran que la normativa es demasiado laxa y continúa permitiendo el sistema de jaulas.
En Nueva Zelanda se estima que el coste de cambiar de un sistema de alojamiento a otro costará a los granjeros unos 150 millones de dólares, como mínimo, pero que si el cambio es hacia un sistema de gallinas en libertad, los costes se disparan hasta 250 millones de dólares.