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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de enero, 2013
En búsqueda de los orígenes…
Un artículo recientemente publicado en la revista norteamericana “Science” -ver “www.sciencemag. org”- en su número de noviembre del 2012 ha puesto en escena nuevamente un viejo tema de discusión: el del origen de las gallinas.
En realidad, no es que no se conozca el mismo pues todos los autores coinciden en que las razas de gallináceas actuales proceden de la llamada “Red Jungle fowl” –literalmente, “ave roja de la jungla”-, originaria de la región que conocemos como el sudeste asiático y domesticada por el hombre hace muchos miles de años. Sin embargo, a partir de aquí ya empieza la discusión para fijar la zona con más precisión –hoy en día abarca los países de Malasia, Tailandia, Vietnam, Laos, Bangladesh y parte de China y la India-, el cuándo empezó a domesticarse –se opina que puede ir desde 8.000 hasta 4.000 años antes de Cristo– y el cómo se realizó el cambio, si en un solo lugar o en varios independientes.
El artículo en cuestión no nos desvela el misterio, pero en base a la secuenciación de los genes de la gallina –Gallus gallus -, conseguida en el 2004, explica algunas teorías sobre el tema, en base a los trabajos realizados por diversos investigadores de Estados Unidos, Suecia, Alemania, Francia, China, etc. y al hallazgo del ADN de muestras de huesos de aves hallados en todo el mundo. Por ejemplo, desde la teoría de Darwin –1868– de que todas nuestras gallinas domésticas proceden directamente del gallo Bankiva –el de la jungla– hasta las muy posteriores de Ghigi –años 1920-1930– de que el origen está en cruzamientos de diversas subespecies de la misma región, hay para todos los gustos.
Aunque parezca que el tema no tenga importancia para la avicultura actual, si la tiene para comprender mejor los factores que gobiernan la resistencia de las gallinas ante un medio o unas condiciones adversas, como ocurre, por ejemplo, en la actualidad por la coincidencia en la zona originaria de Asia de unos focos endémicos de influenza aviar ¿No vale la pena profundizar en este tipo de estudios para conocer y proteger mejor a la más importante fuente de proteína animal con que cuenta hoy la humanidad?, termina preguntándose el autor del artículo.