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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de marzo, 2012
E D I T O R I A L
ENTERRANDO NEGOCIOS QUE FUNCIONAN
No son nuestras. Estas palabras no son nuestras. Provienen de un productor de huevos catalán entrevistado en un diario barcelonés a fines de febrero. Sirven, junto a otros comentarios recibidos en las últimas semanas y junto a un informe presentado por la Comisión de la Unión Europea al Comité de Gestión de la misma, para vertebrar nuestro comentario editorial de
este mes.
Anunciada hace casi 13 años, la célebre Directiva Europea sobre el bienestar de la ponedora, y cuya implementación vemos a principios de 2012, supone el entierro de cientos de pequeños y medianos productores de huevos, solo en España
La Directiva parece escudarse en sensibilidades varias. Por ejemplo, la que arguye que el “64% de los consumidores está preocupado por el bienestar animal”. Sin embargo, esta “sensibilidad” choca frontalmente con una realidad en la que unicamente “dos de cada diez consumidores reconoce elegir su compra en función de este criterio de tipo ético”. Son datos publicados por ADDA
Dejando aparte este dislate, hay otros datos del citado informe de la Comisión que dan qué pensar. En primer lugar, el precio de los huevos vendidos hoy por el produc- tor español es hoy más elevado que nunca, hasta el punto de hacer que la media de las diferentes categorías sea prácticamente coincidente
Al mismo tiempo, los costes de la alimentación, que en el 2011 se habían moderado, últimamente han vuelto au- mentar, estimándose así que en la UE son ahora de unos 0,30 €/kg para los piensos de ponedoras. Así que, y remitiéndonos de nuevo al citado informe, el margen entre el precio del kilo de pienso y el del kilo de huevo se ha disparado significativamente. Nada menos que alrede- dor de un 60 % desde un “tranquilo” año 2009. En consecuencia: de no reducirse aquél, éste debería seguir aumentando para mantener los mismos márgenes de beneficio. Lo cual no parece probable.
Llegamos al meollo del problema. Con el miedo a las sanciones, de los políticos de la UE a las autoridades de cada Estado y de los inspectores de estos a los productores que no hagan los deberes a tiempo, tanto en el conjunto
comunitario como en España, a lo largo del 2011 hemos visto como las entradas de pollitas de reposición eran mucho menores que en el año precedente: un 10,6 % en aquel y un 13,8 % en nuestro caso. Así, no es de extrañar que las previsiones en torno a los parques de ponedoras, en base a las cifras anteriores, sean casi exactamente las mismas para la UE y para España: alrededor de un 10,5 % inferiores, con lo que, en nuestro caso, podríamos pasar de casi 47 millones de ponedoras en abril de 2011 a 42 este año.
Nuestra gran pregunta, al aire tal vez: ¿no estaba esto anunciado?. O, ¿acaso se confiaba en que todos los productores de huevos, sin pensar en una posible mora- toria de la aplicación al 100 % de la Directiva, iban a obtener la financiación para acometer la costosa inversión que supone el cambio de jaulas?. Y, por último, ¿pensó alguien en el
Así las cosas, en medio del desbarajuste actual, otro dato interesante para evaluar el futuro del sector del huevo en la UE es el balance positivo que tienen las exportaciones comparadas con las importaciones: cerca de 216 contra 19 mil toneladas anuales. Y entonces, una última pregunta: ¿al producir menos huevos, vamos a tirar alegremente esta ventaja por la borda para permitir que se invierta la situación y convertirnos en importadores de huevos más baratos, producidos en Estados Unidos, Argentina o la India, nuestros proveedores mayoritarios hasta ahora? Conseguiremos la felicidad de las gallinas europeas al tiempo que la de los productores de dichos países.
Demasiadas preguntas, tal vez. Y lo peor es que no parece que alguien pueda responderlas.