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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de enero, 2018
2017, AÑO ATÍPICO,
¿MARCARÁ UN CAMBIO
DE CICLO? Balance de 15 años.
Iniciado ya enero el balance ya definitivo de la evolución de los mercados avícolas durante el ejercicio anterior nos confirma lo que adelantábamos el mes pasado: unas cotizaciones sin precedentes en los últimos 15 años. Excepto en el 2012 y motivado por el cambio de normativa europea de promedio nunca antes habían estado tan altos los precios avícolas.
En el corto plazo, en las primeras jornadas hábiles de enero hemos presenciado un mantenimiento de los precios del pollo vivo, posiblemente una señal de un ligero alargamiento de las crianzas para sacar unos pollos de mayores pesos a fin de atender los cambios en la demanda a causa de las festividades navideñas. Y aunque ello no refleje la situación real del mercado del pollo, desde hace años en manos de las grandes integradoras que se disputan el favor de las grandes superficies, al menos es un cierto indicativo de la “temperatura” de este sector, uno de los puntales -por no decir el más evidente- de la calidad de la alimentación proteica de la población.
Con esta afirmación, evidentemente, no intentamos menospreciar el aporte del huevo en la alimentación humana, como bien se refleja en los hechos sucedidos en el último semestre del año anterior. Bastó una contaminación por fipronil en algunas granjas de puesta holandesas y el sacrificio de varios centenares de miles de gallinas en algunos países de la UE para ocasionar una profunda caída en la oferta europea de huevos, que se ha arrastrado hasta casi finales de 2017.
Uno de los beneficiarios de esta situación ha sido el sector español del huevo, ya netamente exportador desde hace años, por más que, normalizada ya casi la situación del mercado europeo, era de prever una cierta cesión de los precios, como así ha sucedido en los últimos días de diciembre, lo que se apunta que pueda continuar en enero.
En el medio plazo anterior, al hacer el cierre definitivo del año 2017 podemos decir que, pese a las dificultades políticas -al menos en Cataluña- que han terminado por afectar a la economía catalana y, de rebote, a la española, para el sector avícola en general ha sido un año al que solo le ha faltado para poder calificarse de “excelente” el descenso que ha habido en los costes de la alimentación. ¡Que se repita!, diríamos, aunque con mayor tranquilidad social, si se nos permite esta digresión.
Por último, recalcar que en el largo plazo anterior, tomando cómo referencia los últimos 15 años, período 2003 hasta 2017 inclusive, el precio del pollo amarillo ha subido un 52% y el del pollo blanco un 30%. Buena noticia sino fuese por que en el mismo período de 15 años el coste de la vida (IPC) ha subido el 33,4% con lo que a efectos prácticos el pollo amarillo ha subido realmente un 19% y el blanco prácticamente se ha mantenido. En el caso de los huevos, la subida de las cotizaciones ha sido claramente inferior a la subida del coste de la vida…•