Este artículo es parte de la edición de noviembre, 2017

REPRODUCCIÓN DE LAS GALLINAS PONEDORAS

Ferry Leenstra y Frans Sambeek

LowInbputBreeds Technical Note

Resumen

Esta nota describe cómo la mejora de gallinas ponedoras se desarrolló en todo el mundo y si y cómo los programas de genética deberían adaptarse a los sistemas de explotación al aire libre y ecológicos. Como base se han utilizado las discusiones con productores de Francia, Suiza y los Países Bajos de gallinas ponedoras al aire libre o ecológicos al comienzo del proyecto de Low Input Breeds sobre lo que sería la gallina ideal para tales sistemas.

Historia de la crianza de aves domésticas

La domesticación de las aves domésticas comenzó hace más de 4.000 años. Desde entonces, se han ido seleccionando ya sea por su apariencia o por sus resultados productivos. Al principio, las aves se utilizaron para fines religiosos y culturales, por sus plumas y huesos utilizados para rituales, como decoración o para herramientas. Poco después, el entretenimiento también cobró importancia; por ejemplo, en las peleas de gallos.

Hoy en día, las aves domésticas desempeñan un papel importante en nuestra cadena alimentaria, pero esto recién comenzó hace unos siglos. En el siglo XIX hubo un fuerte aumento en la cría de “gallinas extravagantes”, y la clase alta gastó grandes sumas de dinero en la mejora de las aves por su apariencia para mantenerlas en parques especiales. Se creó una enorme variedad de razas y se organizaron exposiciones avícolas para exhibir sus creaciones en todo el mundo.

La cría especializada para la producción de huevos o de carne no se manifestó hasta el siglo XX. Las aves comunes se guardaban como camperas y solo ocasionalmente se comían huevos o pollos. Sin embargo, alrededor de 1900 se inventó el nidal registrador de confianza -que permite registrar qué huevo pertenece a qué gallina- y se reconocieron los principios mendelianos de la herencia, siendo las aves domésticas una de las principales especies para probar estos principios, de cuya forma fue posible seleccionarlas para la producción. A principios del siglo XX, en todos los continentes se seleccionaron las razas existentes para la producción de huevos y/o de carne. Alrededor de 1940 se observó en Estados Unidos que el cruce de razas ofrecía una ventaja con respecto a los caracteres de la producción.

Inicialmente, la mayoría de las razas de producción eran de doble utilidad. Las gallinas se guardaron para sus huevos y al final, las ponedoras viejas se utilizaron para la confección de sopas, mientras que los machos se criaban por su carne. Unas famosas razas de doble utilidad fueron las Plymouth Rock, Rhode Island Red y Australorp.

Un invento japonés representó el comienzo de una mayor especialización hacia 1930: el desarrollo del sexaje de los pollitos recién nacidos, eliminando así la necesidad de criar a todos ellos pollitos hasta unas 8 semanas hasta que pudieran separarse los machos de las hembras. De hecho, el inicio de la industrialización de la producción de aves domésticas fue el sexaje de los pollitos recién nacidos y la aparición de vacunas y medicamentos para prevenir la coccidiosis, que condujo a una reducción significativa de la mortalidad entre las aves jóvenes.

Mejora para una producción avícola industrializada

En todo el mundo, todas las aves domésticas comerciales están siendo producidas por empresas de genética. Cuando comenzó la industrialización de la producción avícola, todos los países tenían numerosas empresas de genética pequeñas, pero con la creciente importancia mundial de la producción avícola se producido una gran consolidación de las mismas.

Actualmente, dos empresas – de propiedad familiar – dominan el mercado mundial de los reproductores para puesta y aunque también operan varias compañías locales más pequeñas, lo hacen sobre todo para nichos de mercado. La selección para la producción de carne de ave se concentra en tres empresas de genética, una de las cuales relacionada con una de las empresas de genética de puesta, otra de propiedad familiar y otra subsidiaria de una compañía cotizada en bolsa.

Esta nota se centra en la selección de las gallinas ponedoras, aunque en todos los casos la reproducción comercial sigue el mismo sistema: dentro de la empresa se selecciona una gran cantidad de líneas puras para una diversidad de caracteres, líneas que se cruzan en combinaciones específicas para producir los padres de las gallinas ponedoras comerciales o de los broilers comerciales. Una gallina o un pollo comercial es, por lo tanto, lo denominado cruce de 4 vías. Debido al esquema de cruce pueden combinarse diferentes capacidades. Y hay un efecto claro y positivo de la heterosis, por ejemplo, el hecho de que un híbrido o cruce es superior a las dos líneas parentales. Aunque no hay información pública o reciente sobre la comparación del rendimiento de aves de líneas puras versus otras cruzadas, tanto de la teoría como de comparaciones experimentales de hace más de 50 años todavía se puede suponer que las gallinas procedentes de cruces funcionan de 10 a 40 por ciento mejor que las de líneas puras Las mejoras más grandes se pueden ver en los caracteres de baja heredabilidad, como supervivencia y la reproducción.

Fig. 1. Esquema de los cruzamientos híbridos de las ponedoras comerciales.

En todo el mundo, la mayor parte de las gallinas comerciales se mantienen en grupos pequeños en jaulas, aunque en algunos lugares se observa la tendencia de que cada vez más ponedoras se alojen en grupos grandes y algunas incluso con acceso al exterior. Este tipo de alojamiento implica nuevos requisitos para las gallinas. El comportamiento social es de gran importancia, como lo es el hábito de la puesta en sí y un temperamento que evite los amontonamientos y el picaje. Para las gallinas ponedoras, la producción de huevos, la conversión del alimento y la calidad de la cáscara también son caracteres económicos importantes.

Para medir el potencial genético de las gallinas, se requieren datos sobre la producción individual de huevos, lo que es bastante fácil cuando las gallinas se mantienen en jaulas individuales, pero mucho más complicado para las mantenidas en grupo. En este caso, el nidal registrador es un requisito necesario y también para evaluar el comportamiento de anidación – para eliminar los huevos puestos en el suelo -. El registro individual de la puesta podría llevarse a cabo mecánicamente, aunque el seguimiento y rastreo electrónicos subsiguientes de los huevos está todavía en pañales y requiere una gran inversión para reducir el trabajo necesario para controlar los nidales. La precisión de los registros es fundamental para tener éxito en los programas de selección genética. Actualmente, las empresas de genética están utilizando principalmente la selección por grupos y las llamadas Pruebas Recurrentes y Pruebas Recíprocas Recurrentes – selección de líneas puras basadas en el rendimiento de su progenie -, para la mejora de las razas modernas por su supervivencia, un menor picaje e interacción social en el campo.

Los concursos de muestras al azar

En los viejos tiempos, cuando todavía había muchas empresas de reproducción, en muchos países se utilizaban los denominados Concursos de Puesta por Muestras al Azar, consistentes en el envío de muestras aleatorias de huevos para incubar de cruces comerciales a los centros de prueba y la comparación de sus resultados en condiciones idénticas.

En Europa, los resultados de los diferentes Concursos se realizaron hasta aproximadamente 1990. En ese momento, el número de empresas reproductoras y el interés en las pruebas de muestras aleatorias disminuyeron significativamente y la mayoría de los Centros de prueba se cerraron durante las últimas décadas del siglo xx (*). Hoy, solo quedan tres lugares de prueba: Ustracise en la República Checa, Kitzingen en Alemania y Carolina del Norte en EE. UU. Las gallinas se tienen alojadas en jaulas, así como en un sistema de piso, aunque sin acceso exterior.

(*) N. de la R.: En España llegaron a haber 4 Concursos de puesta de este tipo, en Caldas de Montbuy – Barcelona -, Madrid, Palma de Mallorca y Valencia. Los dos primeros fueron los más conocidos pero todos ellos también terminaron de celebrarse en las mismas épocas.

Razas “rústicas”

En la producción ecológica existe cierta demanda de razas llamadas rusticas que deberían ser más robustas en comparación con las criadas para la producción de jaulas. Durante las discusiones con los agricultores organizados en LowInputBreeds, se indicó que la producción al aire libre y la ecológica soportan unas condiciones más imprevisibles que pueden ser estresantes para las gallinas. Además, con la producción ecológica los requisitos de la alimentación – por ejemplo, sin aminoácidos de síntesis – dificultan la formulación de dietas adecuadas, lo que también puede implicar estrés. Unas aves más robustas, con una capacidad alimenticia relativamente alta, podría ser más capaz de lidiar con tales circunstancias.

Para LowInputBreeds, en 2012 entrevistamos a un total de 260 productores con gallinas camperas, en Suiza, Francia y los Países Bajos, comprobando que se emplea una gran variedad de genotipos comerciales.

Rendimiento de razas rústicas

Hasta la fecha no hay ninguna sugerencia de que las razas rústicas superen a las cruces comerciales cuando se explotan para la producción comercial de huevos. La producción de huevos de razas rústicas puede ser de 200 a 250 huevos por gallina por año. Pero esto es inferior a la producción de los cruces comerciales mantenidos en la misma situación, donde son posibles de 280 a 300 huevos, a menudo con un menor consumo de pienso, lo que reduce el coste de la alimentación.

En algunos países, existe un mercado para la producción mediante razas de doble utilidad a pequeña escala, a menudo en granjas mixtas, donde se cría pequeños lotes de gallinas con subproductos de cultivos y/o residuos de cocina. En tales situaciones, cuando los costos de alimentación son muy bajos, una raza rústica puede ser una opción y más aún si la granja está abierta al público y vende huevos y carne de pollo directamente. Entonces, un ave “alternativa” es un activo adicional y una herramienta de marketing.

WUR-Livestock Research

Calidad gustativa y propiedades sensoriales de las razas rústicas

Más razas rústicas están disponibles para la producción de carne que para la de huevos. Una razón principal es que la carne de las aves de razas rústicas difiere significativamente en sabor y textura de la de las ave estándar debido a la superior edad de sacrificio de aquella, lo que proporciona un sabor más pronunciado y una textura más firme. Hay un mercado pequeño, pero significativo, para esta carne de ave de alta cocina. Las razas rústicas son más pesadas que los genotipos de las gallinas de puesta actuales, pero tienen un crecimiento mucho más lento que el de los actuales tipos comerciales de pollos de engorde.

Con los huevos apenas es posible distinguir la calidad gustativa y menos aún en el sabor en comparación con los estándar. Solo con dietas cuidadosamente diseñadas es posible modificar la composición de los ácidos grasos, la pigmentación de la yema o el contenido de algunos minerales. No se han encontrado diferencias en el sabor debido a la raza o al alojamiento para los huevos en catas ciegas de degustación.

Sin embargo, existe un mercado minoritario para huevos especiales, a menudo basado en el color de la cáscara o el tamaño del huevo. Por ejemplo, la raza Marans de Francia tiene su valor por el excepcional color marrón oscuro de la cáscara (*) y en Asia los huevos pequeños con un color cremoso – llamados huevos teñidos – de las razas locales a veces obtienen un precio superior como “huevos Kompong”.

La variación en la calidad de la cáscara y el color están claramente relacionados con la genética. Para las grandes empresas de genética, una cáscara fuerte y un color específico uniforme de la misma – brillante, blanco puro, marrón profundo, etc. – son un criterio de selección importante.

(*) N. de la R.: Esto también ocurre en España con los huevos de las gallinas de la raza Penedesenca.

¿Cría tus propias estirpes?

Los criadores ecológicos, en particular, tienen preferencia por criar sus propios animales, cualquiera que sea la especie. En principio esto es posible con las gallinas ponedoras, pero a escala comercial, en la práctica tal vez no, por varias razones:

En primer lugar, las ventajas en el rendimiento y la bioseguridad que garantizan las empresas comerciales con sus intensos programas de selección y esquemas de cruce son difíciles de igualar por los criadores a pequeña escala.

En segundo lugar, incluso las manadas comerciales de ponedoras ecológicas son bastante grandes, lo que implica inversiones en equipos de incubación y la habilidad para criar los pollitos de la próxima generación. Las gallinas ponedoras pueden producir durante más de 365 días, y si la incubadora es solo para uso propio, es improbable que una ocupación periódica tenga éxito o un coste aceptable. Por otro lado, si se comercializan pollitos, gallinas o huevos, las regulaciones sobre la seguridad de los alimentos y sanidad animal tal vez sean un reto para las manadas de aves camperas al obligar a realizar pruebas para demostrar que las aves y el criadero están libres de enfermedades.

En conjunto, las posibilidades de éxito de un programa de reproducción a pequeña escala para la producción comercial de huevos son limitadas.

 

Con el apoyo de:
Categorías
En esta edición noviembre, 2017

publicidad CAVENCO

Leer

Publicidad Munters

Leer

publicidad EXAFAN

Leer

Publicidad Itpsa

Leer

Publicidad Clasificados

Leer

publicidad Tomra

Leer

Otras ediciones

12 / 2022 LEER
11 / 2022 LEER
10 / 2022 LEER
09 / 2022 LEER
08 / 2022 LEER
07 / 2022 LEER
06 / 2022 LEER
05 / 2022 LEER
04 / 2022 LEER
03 / 2022 LEER
02 / 2022 LEER
01 / 2022 LEER
12 / 2021 LEER
11 / 2021 LEER
10 / 2021 LEER
09 / 2021 LEER
08 / 2021 LEER
07 / 2021 LEER
06 / 2021 LEER
05 / 2021 LEER
04 / 2021 LEER
03 / 2021 LEER
02 / 2021 LEER
01 / 2021 LEER
12 / 2020 LEER
11 / 2020 LEER
10 / 2020 LEER
09 / 2020 LEER
08 / 2020 LEER
07 / 2020 LEER
06 / 2020 LEER
05 / 2020 LEER
04 / 2020 LEER
03 / 2020 LEER
02 / 2020 LEER
01 / 2020 LEER
12 / 2019 LEER
11 / 2019 LEER
10 / 2019 LEER
09 / 2019 LEER
08 / 2019 LEER
06 / 2019 LEER
06 / 2019 LEER
05 / 2019 LEER
04 / 2019 LEER
03 / 2019 LEER
02 / 2019 LEER
01 / 2019 LEER
12 / 2018 LEER
11 / 2018 LEER
10 / 2018 LEER
09 / 2018 LEER
08 / 2018 LEER
08 / 2018 LEER
07 / 2018 LEER
06 / 2018 LEER
05 / 2018 LEER
04 / 2018 LEER
03 / 2018 LEER
02 / 2018 LEER
01 / 2018 LEER
12 / 2017 LEER
10 / 2017 LEER
09 / 2017 LEER
08 / 2017 LEER
06 / 2017 LEER
05 / 2017 LEER
04 / 2017 LEER
03 / 2017 LEER
02 / 2017 LEER
01 / 2017 LEER
12 / 2016 LEER
11 / 2016 LEER
10 / 2016 LEER
09 / 2016 LEER
08 / 2016 LEER
07 / 2016 LEER
06 / 2016 LEER
05 / 2016 LEER
03 / 2016 LEER
02 / 2016 LEER
01 / 2016 LEER
11 / 2015 LEER
10 / 2015 LEER
09 / 2015 LEER
08 / 2015 LEER
07 / 2015 LEER
06 / 2015 LEER
05 / 2015 LEER
04 / 2015 LEER
03 / 2015 LEER
02 / 2015 LEER
01 / 2015 LEER
12 / 2014 LEER
11 / 2014 LEER
10 / 2014 LEER
08 / 2014 LEER
07 / 2014 LEER
06 / 2014 LEER
05 / 2014 LEER
04 / 2014 LEER
03 / 2014 LEER
02 / 2014 LEER
01 / 2014 LEER
12 / 2013 LEER
11 / 2013 LEER
10 / 2013 LEER
09 / 2013 LEER
08 / 2013 LEER
07 / 2013 LEER
06 / 2013 LEER
05 / 2013 LEER
04 / 2013 LEER
03 / 2013 LEER
02 / 2013 LEER
01 / 2013 LEER