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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de octubre, 2017
María del Mar Fernández Poza
Directora ASEPRHU
El incremento del precio del huevo en origen desde finales de julio es noticia en la UE. Los consumidores quieren saber si tendrá consecuencias sobre su bolsillo. Los productores también. Algunos han subido los huevos destinados a industrias, restauración, obradores o pequeño comercio, aunque no en la medida en que ha aumentado el precio del mercado. La distribución se resiste.
El cierre de las granjas contaminadas con fipronil redujo la oferta de huevos, y puede prolongarse. Operadores comunitarios buscan huevos en España a precios muy superiores a los que pagan los detallistas. Los super quieren huevos baratos, un reclamo para el consumidor en plena guerra de enseñas, que pagan los productores para mantener su huevo en los lineales. Y cada día exigen más. Ahora prometen eliminar los huevos de gallinas en jaula. ¿Pagarán los costes? ¿Han preguntado al consumidor qué quiere? Necesitamos una cadena alimentaria más transparente y equitativa, que controle los abusos de una distribución que juega con sus reglas, no con las del mercado.