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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de diciembre, 2016
La tecnología que puede permitir este descubrimiento ha sido desarrollada por la Universidad McGill, en Montreal – Canadá – y se basa en una máquina con un sistema de visión acoplada a un sofisticado proceso de algoritmos generados por ordenador. Se trata del “Hypereye”, un proceso no intrusivo que primero entrena a los algoritmos a calibrar la instrumentación, examinando luego a los huevos individualmente, sin contacto físico entre ellos, con lo cual se elimina cualquier posible peligro de contaminación cruzada.
El sistema está en manos de la empresa MatrixSpec, de Montreal, que ya ha solicitado una patente mundial, que espera le sea concedida en unos pocos meses. La misma está trabajando con la ERDF – “Egg Resaearch Development Fund” – y otra empresa especializada en la automatización de las plantas de incubación para completar la tecnología necesaria para lanzar el producto al mercado el próximo año o, a lo sumo, a comienzos del 2008.
Un paso definitivo en la carrera para determinar el sexo del embrión antes del nacimiento
El proyecto, de llegar a término, sería un paso definitivo en la carrera actualmente existente en todo el mundo para determinar el sexo del embrión antes del nacimiento y evitar el sacrificio por eutanasia de los machitos recién nacidos, atajando así las críticas que en algún país ha suscitado esta práctica (*). Su importancia radica en el reconocimiento del sexo del embrión en el huevo recién puesto, lo que en el sector de la puesta permitiría incubar solo aquellos huevos de los que haya de nacer una hembra. Pero incluso en el sector del broiler cabría la posibilidad de incubar por separado los huevos previamente identificados con embriones de sexos diferentes, con las ventajas derivadas de ello.
Pero en fin, a los anuncios hechos en otros países – Alemania y Países Bajos – de que diferentes centros de investigación están trabajando sobre el sexaje “in ovo”, en los últimos meses se ha sumado también una empresa de Texas, Vital Farms, por su anuncio de haberse asociado a la compañía Novatrans, de Israel, para el mismo fin.
El dilema, ahora, es ver quien llega antes para desarrollar y comercializar este descubrimiento que, de confirmarse, sería de tanta trascendencia en avicultura como, hace ya un siglo, lo fue el sexaje cloacal del pollito recién nacido. •
(*) Ver las noticias publicadas sobre ello en los números de SELECCIONES AVÍCOLAS de abril 2015 y julio de este año.