Este artículo es parte de la edición de junio, 2016

Problemas locomotores de las aves: Implicaciones nutricionales

Ricardo Martínez-Alesón Sanz

[email protected]

De todos es conocida la incidencia y prevalencia de las patologías locomotoras en las aves, las consecuencias productivas en la calidad de canales, y por supuesto, su repercusión en el bienestar animal.

Procesos locomotores más frecuentes

  1. Cojeras y postración con deformaciones y alteraciones del desarrollo óseo en extremidades
  2. Cuadros y lesiones de varus/valgus. Raquitismo
  3. Osteomielitis y necrosis de la cabeza del fémur
  4. Artritis
  5. Tenosinovitis
  6. Dermatitis tarsianas y plantares (pododermatitis)
  7. Discondroplasia tibial
  8. Postración y parálisis por lesiones de columna vertebral (osteomielitis, abscesos sépticos, lesiones en vértebras lumbares…)

En un mismo caso de cojeras y postración en algunas granjas podemos encontrar lesiones de diferentes procesos y etiologías: raquitismo – desviaciones y torsiones óseas -, necrosis de las cabezas del fémur – osteomielitis – y discondroplasia tibial.

Si realizamos necropsias completas, podemos encontrar lesiones de espondilitis y abscesos sépticos en vértebras lumbares, de etiología infecciosa.

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Fig. 1. Cojeras y postración con lesiones: Raquitismo (desviaciones, torsiones óseas), necrosis de la cabeza femoral (osteomielitis), lesiones discondroplasia tibial.

Causas de las cojeras y claudicaciones

En la bibliografía especializada encontramos diferentes clasificaciones de los problemas locomotores que se presentan en las granjas, pero la etiológica tal vez sea la más explícita.

Estos procesos locomotores están provocados o desencadenados por distintas causas:

I – Etiología no infecciosa:

  • Ligadas a la genética -estirpes de crecimiento rápido-, con alta demanda vitamínica y mineral.
  • Alteraciones y problemas durante el desarrollo embrionario, por deficiencias en el manejo durante la incubación o altas temperaturas.
  • De origen nutricional, por deficiencias de nutrientes básicos para el desarrollo del músculo esquelético, bien en los aportes óptimos o por falta de absorción y/o biodisponibilidad para las funciones metabólicas.
figura_2.jpg

Fig. 2. Lesiones de espondilitis y abscesos sépticos en vértebras lumbares

  • Deficiencias en los procesos metabólicos.
  • Por tóxicos o problemas iatrogénicos.

II – Etiología infecciosa: bacteriana, micoplásmica, vírica, etc., provocando un cuadro con necrosis e isquemia en el hueso, tejido óseo necrótico, fracaso del soporte que debe realizar el hueso y multiplicación del agente infeccioso correspondiente, es decir, lo que conocemos como una osteomielitis. Esto conlleva dolor, cojeras y postración, como síntomas clínicos principales de las aves.

Entre los procesos de etiología infecciosa y no infecciosa, se ha de precisar que dadas las características genéticas, de manejo y alojamiento de las aves, los procesos locomotores que encontramos en las granjas en muchas ocasiones son de etiología multifactorial y/o suelen evolucionar y complicarse con procesos infecciosos, aunque su origen y su etiología primaria tenga un componente no infeccioso, genético o nutricional.

Medidas preventivas

Ante esta problemática, hemos de considerar que la nutrición es un factor importante a la hora de prevenir la aparición de los procesos locomotores y el correcto aporte de nutrientes necesarios para el desarrollo músculo-esquelético adecuado es crucial en la prevención de los mismos.

Hay que revisar el programa de alimentación, en lo referente a los nutrientes estructurales, corregirlo y adaptarlo a cada tipo de ave y a sus condiciones de alojamiento y manejo en lo referente a:

  1. El aporte de nutrientes, con especial atención a los macro y micro minerales y la relación calcio/fósforo, considerando la acción de las fitasas de la dieta. Sin olvidar ingredientes tan importantes, como las vitaminas, para el desarrollo músculo-esquelético. También las vitaminas antirraquíticas y sus metabolitos más biodisponibles, revisando su estabilidad y resistencia en las condiciones de las granjas.Hay que considerar que el hueso está compuesto aproximadamente en un 45% de materia inorgánica – calcio y fósforo -, en el 30% de materia orgánica – colágeno – y en un 25 % de agua. El correcto aporte, equilibrio, digestibilidad y metabolismo de los minerales de la dieta es necesario mantenerlo para prevenir las cojeras.
  2. Garantizar la correcta absorción y biodisponibilidad de estos nutrientes para el adecuado desarrollo, manteniendo la integridad del tracto digestivo y garantizando la salud intestinal con el correcto equilibrio de la dieta -presentación física, granulometría, nutrientes y ausencia de factores antinutricionales-, contribuirá al mantenimiento de la macrobiota intestinal.
  3. Potenciando y modulando la inmunidad para paliar las enfermedades que puedan provocar los agentes infecciosos presentes en muchas granjas y con los que se ha de convivir, evitando las consecuencias clínicas con la correcta modulación del sistema inmunitario de las aves.
  4. La actividad de la vitamina D3 o su deficiente biodisponibilidad para las estirpes de aves de conformación cárnica y crecimiento rápido, así como para estirpes de ponedoras más longevas y con mayor persistencia de la puesta, es la causa más frecuente para la predisposición a la aparición de problemas locomotores.

Diagnóstico clínico y etiología

La observación clínica de las aves y su sintomatología, siguiendo el método empleado por el Prof. C. Whitehead en sus diagnósticos de campo, nos dará la estimación del nivel de cojeras –morbilidad- observado en la visita a la granja y nos ayudará en la necropsia para realizar un diagnóstico diferencial, a veces casi definitivo, si encontramos lesiones como:

  1. Cuadros y lesiones de varus/valgus y raquitismo, por deficiencias nutricionales.
  2. Deformaciones, torsiones, rotaciones respecto a eje de crecimiento y alteraciones del desarrollo óseo en extremidades, provinentes de alteraciones durante el desarrollo embrionario.
  3. Necrosis de cabeza de fémur y osteomielitis de etiologia infecciosa.
  4. Artritis, tenosinovitis, rotura del gastrocnemio; problemas infecciosos, reovirosis, estafilococias.
  5. Postración y parálisis por lesiones de columna vertebral: osteomielitis, abscesos sépticos, lesiones en vértebras lumbares, con áreas de presión en la medula por deformaciones en el canal medular o alteraciones en el crecimiento de los cuerpos vertebrales. Procesos infecciosos de etiología bacteriana.
  6. Lesiones de discondroplasia tibial por causas genéticas y/o deficiencias nutricionales.

La observación de una sección de la tibia proximal – epífisis + metáfisis + diáfisis proximal – aporta una información imprescindible para el diagnóstico diferencial de problemas carenciales y de discondroplasia tibial. Debemos observar el cartílago de la meseta tibial, el del crecimiento, la estructura interna del cóndilo tibial, las travéculas óseas, etc., pudiendo dar todo ello mucha información del estado de desarrollo, crecimiento, mineralización del hueso y posibles deficiencias vitamínicas y/o deficiencias o desequilibrios minerales de calcio y fósforo – figura 3 -.

La vitamina D3, su biodisponibilidad y su metabolismo, es fundamental para el correcto desarrollo óseo, la mineralización de los huesos y la reducción en la incidencia de problemas locomotores de etiología no infecciosa. Esto está avalado por los estudios realizados sobre mineralización de los huesos por el grupo de investigación del Dr. Whitehead, del instituto Roslin – 2004 -, que revelan los beneficios obtenidos con niveles altos de la vitamina D3 y sus metabolitos – 25-OH Colecalciferol -, mejorando la mineralización ósea, reduciendo la incidencia cojeras y la discondroplasia tibial.

La vitamina D3, su biodisponibilidad y su metabolismo, es fundamental para el correcto desarrollo óseo

La vitamina D3 puede ser sintetizada por el organismo en condiciones normales y mediante la acción de la luz ultravioleta, a partir del 7 de dihidro-colesterol, pero las cantidades requeridas por el organismo son superiores, por lo que debe suplementarse su ingestión a través de la dieta. Y sus necesidades son variables en función de la demanda del organismo. Siempre hay una demanda superior en animales en crecimiento o con un metabolismo elevado. Sin olvidar que la vitamina D3 no sólo interviene en el metabolismo mineral, sino que también tiene una acción importante en el desarrollo al existir receptores de la misma en las fibras musculares e interviene en la miogénesis. Además, la vitamina D3 y en concreto unos niveles elevados de 25-OH-colecalciferol en el suero sanguíneo tienen un efecto directo en la miogénesis y en el desarrollo y crecimiento de las miofibrillas musculares.

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Fig. 3. Sección de tibias, con lesiones en desarrollo del cartílago de crecimiento: A, normal; B, deficiencia calcio y fósforo; C, raquitismo por deficiencia de fósforo; D, Discondroplasia. (Whitehead, 2009)

El correcto desarrollo del sistema esquelético es el soporte fundamental y la base de un desarrollo muscular mayor. Esto redunda en la disminución del número de aves que presentan dificultadas motoras, cojeras y claudicaciones y, en consecuencia, en reducir la desigualdad del lote y el descarte de aves con problemas de mobilidad, mejorando también el peso, el rendimiento final del lote y la calidad de las canales.

Para evaluar o analizar el estado de la vitamina D en los animales se analiza la concentración de 25-OH-D3 en el suero sanguíneo. El estatus de vitamina D en el organismo siempre se refiere siempre a los niveles de 25-OH-D3 y como referencia en humanos, 30 ng 25-OH-D3/ml plasma es el nivel mínimo recomendado.

Es importante recordar que además del tejido músculo-esquelético, otros tejidos como las células del sistema inmunitario poseen la enzima 1-alfa hidroxilasa, que es la responsable de la conversión del 25-OH D3 circulante en sangre, a su forma activa hormonal 1,25OH2D3. Gracias a esta enzima, en estos tejidos se va a regular la concentración necesaria del metabolito activo de la vitamina D3 para su acción local.

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Fig. 4. Respuesta a la administración de D3 frente Hy·D® en pollos: control: 2.200 UI de vitamina D3/kg de pienso; HyD® :62,5 mg de 25-OH-D3/kg de pienso (Modificado de Bray, J. et al., 2012)

Las células de los sistemas músculo esquelético y del inmunitario son células diana de la vitamina D3 ya que poseen los VDR receptores de la misma, lo que justifica su efecto directo en el desarrollo óseo, el crecimiento muscular y la modulación del sistema inmunitario.

En la actualidad se investigan los mecanismos de acción del 25-OH-Colecalciferol y el efecto positivo de Hy·D® en la miogénesis, desarrollo y crecimiento de las miofibrillas musculares -Birge y Haddad 1975; Wassner 1983; Alvarez 2010; Starkey 2011; Berri C.et al 2013; Hutton K.C. et al. 2014-.

La acción de 25-OH-colecalciferol (Hy·D®) y su efecto positivo en el metabolismo óseo, en la miogénesis, el desarrollo y crecimiento de las miofibrillas musculares y su intervención en lamodulación del sistema inmunitario supone un beneficio importante en materia salud, bienestar animal y calidad de producto final. Estos son factores clave que hacen de este nutriente un elemento necesario para conseguir la expresión del potencial genético de las aves. •

Referencias bibliográficas

(Se enviarán a quienes las soliciten)

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