Este artículo es parte de la edición de junio, 2015

Luis J. Romero

Jefe del Área de Epidemiología del MAGRAMA

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Luis José Romero es el jefe del Área de Epidemiología en el Ministerio. Es licenciado en Veterinaria por la Complutense de Madrid en las especialidades de Medicina y Sanidad Animal y en Sanidad y Bromatología. Pertenece al Cuerpo Nacional Veterinario desde 1991, siendo su primer destino el Laboratorio de Sanidad Animal de Barcelona. En 2003 se incorpora a la Subdirección General de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad, donde actualmente ejerce las labores de coordinación, entre ellas la de las alertas y emergencias de la lista de enfermedades de declaración obligatoria de la OIE y UE.

Es miembro del Equipo Veterinario de Emergencia de la Unión Europea.

Marisa Montes

[email protected]

¿Cuáles son las principales diferencias entre los distintos virus de IA y en qué afecta que sean de alta o baja patogenicidad?

Los virus de influenza aviar se pueden clasificar dependiendo de dos proteínas: la hemaglutinina (H1-H16) y la neuraminidasa (N1-N9). Hay 16 tipos diferentes de la primera y nueve de la segunda. A partir de aquí, se pueden hacer todas las combinaciones que quieras hasta las 144 totales. Todos los virus teóricamente pueden infectar a las aves, pero que produzcan síntomas clínicos hay dos tipos: el H5 y el H7. Los que se consideran notificables en aves domésticas son solamente estos dos tipos. El más famoso de todos estos virus es el subtipo H5N1, que procede de Asia y circuló por la mayor parte del mundo durante los últimos 15 años, causando un gran impacto mediático. Luego, a su vez, los virus se pueden clasificar en baja patogenicidad y alta patogenicidad: los de alta patogenicidad resultan muy virulentos para las aves, ocasionando una alta mortalidad y un cuadro clínico muy evidente, por lo que tienen la ventaja de que son fácilmente detectables en las explotaciones. Uno de baja cursa con cuadros clínicos poco aparentes y con tasas muy bajas de mortalidad, lo que dificulta su detección precoz. El problema de la baja patogenicidad es que se trata de virus ARN muy mutables y pueden convertirse en uno de alta patogenicidad.

“Debido a la influenza aviar, España tiene ahora mejores precios en huevos para incubar y un mercado más abierto para exportar”

A la vista de la gran expansión del virus de IA con diversos brotes en Europa, Estados Unidos, Canadá y México, ¿hay consenso sobre cómo se originan estas epidemias? ¿Son las aves migratorias el problema?

Como entrada del virus desde otros territorios, las aves migratorias suponen un grave problema, especialmente por la existencia de especies más resistentes al virus, como pueden ser las aves acuáticas (ánades principalmente), y su posibilidad de contacto con explotaciones de aves domésticas que no mantengan adecuadas medidas de bioseguridad, principalmente explotaciones al aire libre y familiares. Pero una cosa es la entrada de manera inicial y otra la propagación de los brotes en un territorio ya afectado, en cuyo caso otras vías de contagio cobran mayor importancia, como los movimientos de aves vivas y sus productos, o problemas de bioseguridad en las explotaciones, la entrada de vehículos, la de veterinarios que visitan diferentes granjas, fómites, etc. Es decir, que la vía normal de entrada en nuevo territorio pueden ser las aves migratorias, pero el virus se mantiene a posteriori por contacto entre granjas. También puede pasar que si la causa persiste, al mismo tiempo las aves migratorias pueden estar infectando nuevas explotaciones.

Al ser el medio de transmisión del virus el propio aire, da la impresión de que el ganadero tiene poco margen para prevenir estos brotes…

Sí que hay margen. Lo que se puede hacer es aumentar las medidas de bioseguridad en las zonas de mayor riesgo, en aquellas en las que transitan aves migratorias, fundamentalmente acuáticas. Cada país ha establecido las zonas de mayor riesgo, y actuamos en consecuencia; por un lado, incrementando la vigilancia -con muestreos dirigidos a las explotaciones ubicadas en estas zonas-; y por otro, incrementando las medidas de bioseguridad, evitando las explotaciones al aire libre, que las aves silvestres accedan a la explotación, que accedan al pienso y al agua de bebida… Cuando hay focos de IA en aves silvestres, se obliga a las granjas a cumplir una serie de medidas de bioseguridad, o incluso se puede restringir el permiso para dar de alta o para mantener abiertas explotaciones que no cumplen los requisitos.

Habla de zonas de riesgo perfectamente identificadas por países. ¿Cuáles son en España?

En España, que es un país que tradicionalmente se asocia a la escasez de agua, es sorprendente la cantidad de zonas húmedas, y por lo tanto de riesgo, que existen en el interior. Hay humedales que todos podemos tener en mente: el Parque Nacional de Doñana, el Delta del Ebro, las Tablas de Daimiel, etc. Pero además hay que asociar al riesgo derivado de los humedales otro tipo de riesgos de introducción y diseminación del virus, como puede ser el generado en las zonas de mayor densidad de explotaciones avícolas o en las que se realizan más importaciones de aves y de sus productos.

¿Tienen como organismo oficial una estimación del nivel de riesgo que hay en España de entrada del virus?

Desde el MAGRAMA tenemos estrecha relación con la Universidad Complutense de Madrid y con el CISA-INIA, con quienes hemos realizado estudios sobre el riesgo de entrada del virus en España, y está totalmente caracterizado.

¿En qué lugar nos deja esos estudios?

En estos estudios no tenemos contabilizados aún los últimos brotes de Estados Unidos y Europa de los últimos meses, en los que evidentemente ha aumentado el riesgo para España, ya que en Europa hacía años que no se detectaba la enfermedad. El riesgo es medio, teniendo en cuenta que España es un lugar de tránsito, por donde pasan aves que van o vuelven entre África y el norte de Europa. El mayor riesgo para España existió en otoño pasado, cuando las aves migraban del norte de Europa, con presencia de focos, hacia el sur, pero hay que decir que actualmente en Europa todos los focos están erradicados, por lo que el riesgo se ha reducido notablemente.

“Mantener una adecuada bioseguridad resulta clave para evitar la entrada del virus en nuestras explotaciones”

A un avicultor que tenga la sospecha de que puede tener el virus en su granja, ¿a qué exactamente le obliga la ley?

A comunicarlo inmediatamente a los servicios veterinarios oficiales de su comunidad autónoma, dado que la IA es una enfermedad de declaración obligatoria. Tanto el ganadero como el veterinario de la explotación tienen la obligación de informar para que se proceda a la inspección y toma de muestras, si es necesario.

Puede haber algún avicultor que tenga miedo a no cobrar la indemnización… ¿Qué cantidad recibiría y cuándo?

El ganadero tiene derecho a una indemnización en el caso de que se proceda al sacrificio y vacío sanitario. La indemnización va en función del precio del mercado
–hay un Real Decreto con los baremos- y afecta tanto a las aves sacrificadas como a los huevos en caso de las gallinas ponedoras, al pienso, etc., es decir, a todas las pérdidas. El avicultor no tendría por qué tener ninguna pérdida económica. Siempre va a tener una indemnización en el menor tiempo posible.

¿Cuál fue el último caso de IA en España?

En España el último caso fue en mayo de 2013, en Lleida. Fue un virus H7N1 en una explotación de gallinas reproductoras, un caso de baja patogenicidad que tuvo un 2% de mortalidad. La explotación tuvo que sacrificar toda la manada y se estableció un radio de vigilancia de diez kilómetros. En el resto de Europa la situación este año es la siguiente: a partir de octubre de 2014 se empezaron a detectar focos de H5N8 en Alemania, Holanda, Reino Unido, Italia, Hungría y Suecia, tanto en aves silvestres como en domésticas, lo que demuestra la importancia de evitar el contacto entre ambas. Este mismo año además hemos tenido casos puntuales en Bulgaria y Rumanía de H5N1.

Y España se ha librado de estos últimos brotes…

Afortunadamente en España no ha habido casos. Investigamos todos los movimientos de riesgo de aves domésticas procedentes de los países afectados, descartándose en todos los casos la posible presencia del virus en nuestras explotaciones. Además mantuvimos informado en todo momento al sector sobre la situaciones y recomendamos incrementar las medidas de bioseguridad en nuestras granjas. Hemos sido precavidos durante la migración del otoño pasado, y una vez que está cerrado ya estamos más tranquilos. En otoño volveremos a ponernos en alerta.

¿Qué riesgo hay de que, por ejemplo, entre una partida de huevos procedente de un país con aves infectadas?

Muy reducido. Cuando un país notifica el brote, se establece el radio de vigilancia de diez kilómetros y se inmovilizan las explotaciones, así que la posibilidad de que salga un producto infectado es muy reducido. El mayor riesgo tiene lugar en el periodo de tiempo que va desde que se infecta una explotación hasta que es detectado y notificado el brote. Hemos calculado para cada enfermedad este periodo de riesgo teniendo en cuenta desde la duración del periodo de incubación de la enfermedad, que en IA de alta patogenicidad es muy reducido, hasta cuánto tiempo se tarda en llamar al veterinario o cuánto tarda el laboratorio en obtener un diagnóstico. Para la IA, se ha establecido un tiempo de 37 días previos a la notificación para investigar los movimientos de los animales y de sus productos de riesgo.

“El avicultor no tiene por qué tener pérdidas. Siempre va a tener derecho a una indemnización”

Existe el problema de que las cepas vacunales cambian constantemente. ¿Cree que podremos tener una vacuna efectiva para todas las variantes?

Es muy difícil. El desarrollo de vacunas está muy avanzado y se está investigando con proteínas recombinantes; se están intentando obtener las partes más conservadas del virus, pero el problema es que no existen zonas que generen inmunidad frente a todas las cepas. En Estados Unidos y en México sacarán una vacuna sin problemas, pero será sólo serán efectivas frente los H5N8 y H5N2, que son los que les están afectando ahora mismo.

En Estados Unidos ya está subiendo el precio del huevo debido a este problema de influenza aviar. ¿Cómo podría afectar a España?

España ya está exportando huevos para incubar. Cualquier vaivén en el mercado con el precio va a influir en el mercado mundial. En el caso de las aves, Rusia ha bloqueado la importación de productos avícolas de Estados Unidos, y es un país que necesita comprarlos. Así que España tiene ahora un mercado más abierto y mejores precios. Recientemente me he reunido con el sector y los criadores de aves reproductoras me comentaban que el precio ha subido, y que ahora sale más rentable dejarlas más tiempo con vida. •

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Mapa con las zonas de riesgo de la I.A. en España

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