Este artículo es parte de la edición de octubre, 2014

EN UN LUGAR DE LA MANCHA…

Recordando al Quijote en sus andanzas por los campos manchegos, con sus características mesetarias peculiares, una visita a las tierras de su autor nos ha brindado la posibilidad de conocer una nueva instalación avícola, obra de una de las empresas líderes del sector de las naves ganaderas y una referencia mundial en el sector de los silos metálicos, SYMAGA.

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Noticia destacada el año pasado por haber adquirido a PAL, una multinacional francesa del sector de los equipamientos avícolas, SYMAGA es una con base en Villarta de San Juan –Ciudad Real– que en los últimos años se ha ido introduciendo cada vez más en el campo ganadero, tanto con sus archiconocidos silos como con sus naves prefabricadas que en nada tienen que envidiar a otras más arraigadas desde hace años.

Permítasenos pues insistir en ello, antes de pasar a la descripción de la nave objeto de este reportaje, por lo que ha estado avanzando SYMAGA en los últimos años con el objetivo final de satisfacer las necesidades del mercado de lo principales sectores ganaderos –y especialmente la avicultura– en España. Fruto de ello ha sido la citada adquisición de PAL Industries y la potenciación de su división avícola con el fin de poder ofrecer proyectos completos para naves de engorde de pollos y pavos, incluyendo un control ambiental perfecto gracias a la colaboración, por otra parte, con la empresa HOTRACO, una de las líderes de los Países Bajos en la climatización de las instalaciones ganaderas.

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Exterior de la nueva nave de Symaga.

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Inauguración con obsequios de Symaga.

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Celebración en familia.

Cuando la crisis financiera nos hace desconfiar de las entidades bancarias. El mercado laboral está por los suelos. Se tienen hijos adolescentes y preocupa su futuro. Unos vecinos, y amigos, nos aconsejan. Y además se dispone de dinero para invertir. Cuando todos estos factores confluyen montar una granja avícola no es ninguna locura.

Esto es lo que ocurrió con las familias que han montado G9, una granja y nueve familiares, cada uno con sus propias ocupaciones, acordando hacerse cargo, por turnos, de la explotación de manera que nunca esté descuidada.

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El cuadro eléctrico con el ordenador de Hotraco.

Ilusión puesta en el futuro de hijos y sobrinos que cada uno con sus diferentes capacidades ofrecía ayuda: informática, cámaras de vigilancia, mano de obra.

Cuidado en los consumos: tuvimos que hacer las fotos a toda prisa para que no se perdiera el calor de la nave.

Por último, la inestimable ayuda de los técnicos de Symaga que, al ser los propietarios nuevos en el negocio, aportarán todo el tiempo y conocimientos necesarios para que los rendimientos de las polladas sean lo más altos posibles y que la inexperiencia no se convierta en un problema.

Agradecer el recibimiento tanto por Symaga como por los “nuevos granjeros” que consiguieron hacernos sentir como en casa y disfrutar de la visita para hacer el reportaje.

La nueva instalación

Pero vayamos al grano, en interés de nuestros lectores, intentando describir los aspectos más destacados de la instalación que prácticamente íbamos a inaugurar –los pollitos habían llegado 3 días antes– en aquel remoto lugar manchego, Casas de Juan Núñez.

Ante todo diremos así que la nueva explotación es la Avícola G-9 CB, propiedad de Bárbara García Jiménez y Encarna Gómez Tornero, que, junto con Juan, esposo de la primera inician ahora en la avicultura de carne. La explotación está integrada en el Grupo TOLVASA, una empresa de la cercana Casas Ibáñez, proveedora de los piensos y los pollitos y que, como es habitual, al final de la crianza se hará cargo de los pollos para su transporte hasta el matadero.

En un terreno llano y a unos 760 m de altitud, la nueva instalación es un edificio diáfano de 15 x 136 m –más otros 6 m para almacén, en un extremo– con capacidad para 30.000 pollos. La densidad de población resultante, pues, no es excesiva, 14,7 pollos/ m2, lo que se explica por lo que nos indican sobre el objetivo de la integradora, el retirar los pollos al final de su crianza todos de vez, a 3 kg de peso.

La nave, de ambiente controlado –casi no hace falta decirlo – es una estructura modular, totalmente atornillada de acero galvanizado en caliente. Está perfectamente aislada, con paneles sándwich en los muros -60 mm de poliuretano-, mientras que en la cubierta dispone de un cubrimiento de chapa galvanizada, aislada con 30 mm de poliuretano, cámara de aire y otro panel sándwich –éste con 50 mm de aislante-, como falso techo.

Control ambiental

El sistema de ventilación de la nave es transversal o cruzada, disponiendo para ello de:

  • En una fachada, 144 trampillas en la parte más alta del muro, de apertura regulable.
  • En la fachada opuesta, 9 ventiladores de gran caudal, 4 de caudal medio –ambos trifásicos- y 4 de pequeño caudal, estos últimos monofásicos y de velocidad regulable.

Para calefacción, la nave dispone de 4 calefactores Systel a gas, de 85 kw, lo que representa un aporte total de 340.000 kcal/h, más que suficiente para la dura climatología invernal de la zona, generalmente bastantes días con el termómetro debajo de los 0º de mínima media.

Los calefactores están situados en el exterior de la misma fachada que las entradas de aire, pudiendo tomar todo el aire de fuera, o bien de dentro para hacerlo re-circular, con el consiguiente ahorro de gas.

Si bien con ambos elementos, ventilación y calefacción, se pueden ajustar las condiciones ambientales ideales para los pollos en buena parte del año, hay que tener en cuenta las también duras temperaturas estivales, bien por encima de los 30 ºC de máxima media en julio y agosto, aunque como contrapartida, con una extrema sequedad –por debajo del 50 % de humedad relativa– en esta época del año. Ello justifica el equipamiento de la nave con un sistema de nebulización de alta presión -65 bar-, con 288 boquillas repartidas entre dos líneas situadas una en el eje central de la misma y otra justo enfrente a las trampillas de entrada aire.

Para la gestión de climatización se cuenta con el programa de la antes citada empresa holandesa Hotraco, que monitoriza y ajusta el medio ambiente de la nave de forma automática basándose en curvas de ventilación previamente configuradas.

El programa se puede gestionar desde una ubicación determinada –en el cuadro de control situado en el almacén de la nave– y también mediante control remoto usando un “smartphone”.

La regulación de la ventilación se basa en el seguimiento de la temperatura y la humedad en la nave por medio de 4 sensores situados en distintos puntos estratégicos de la misma a media altura.

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El comienzo de una línea de comederos.

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Los dos silos Symaga, de 36 m3.

De acuerdo con los parámetros ambientales prefijados, el caudal de aire entrante se regula mediante el grado de abertura de las trampillas y la depresión creada por el funcionamiento de los distintos ventiladores, que se van poniendo en marcha según se requiera.

El ordenador cuenta con las salidas habituales para controlar los procesos medioambientales de ventilación, calefacción, refrigeración e iluminación y además, dispone de salidas adicionales para futuras necesidades.

El ordenador también puede registrar con precisión los consumos de pienso y agua –aquel mediante los sensores de peso a instalar en los silos y esta última mediante un contador-, lo que permite tener una visión completa de la marcha de la crianza y detectar posibles irregularidades.

También se le puede adaptar un potente software para permitir datos completos, gráficos, comparativas, etc., de cualquier momento de la crianza, incluso en relación con crianzas anteriores. Además, la totalidad de los datos son imprimibles y exportables a otros formatos.

Un completo equipamiento

En cuanto al sistema de alimentación, está compuesto por:

  • 4 líneas de comederos Symaga PAL Star, de 128 m de longitud un modelo que garantiza una fácil limpieza pues se abre simplemente con un giro y con una altura de 69 mm permite un acceso cómodo de los pollitos desde el primer día.
  • 2 silos de pienso, de 36 m3 de capacidad

El suministro de agua se compone de:

  • 5 líneas de bebederos, divididas en tramos de 64 m con reguladores independientes y tetinas multidireccionales de gran caudal, con recuperador Symaga.
  • Un Kit hidráulico de filtros de agua, regulador de presión, dosificador, medicadores y agitadores.

Un grupo electrógeno de 50 kw.

… y un comentario final

Como nota final, añadiremos que las conversaciones con vecinos y amigos, los problemas con los bancos y la idea de hacer una inversión de futuro, así como de asegurar dos o más puestos de trabajo, es lo que ha llevado a estas familias a unirse al colectivo de avicultores.

Tanto la puesta en marcha de SYMAGA, que les ha facilitado un rápido aprendizaje, como el continuo asesoramiento que han tenido para que desde el primer día puedan conseguir beneficios de la crianza, así como la ilusión y la gran implicación de todos los miembros de las familias involucradas, nos hacen creer en que será una instalación beneficiosa y rentable en un futuro no muy distante.

Durante la visita a la granja, cliente e instalador comentaban que las cámaras de vídeo, así como cualquier tecnología, ayudan a la crianza pero la experiencia de los técnicos de Symaga les hace insistir en que es mejor estar presente que el controlar a los animales mediante un monitor. Las sensaciones, el olfato y el oído del granjero, no los puede suplir una cámara pues tal como se dice, “el ojo del amo…” •

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Los platos Symaga PAL Star, con pollitos de 3 días.

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Symaga instala bebederos Lubing.

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Sistema de tratamiento de aguas.

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